Son las 3:00 de la tarde, me encuentro acostada en el sofá, leyendo en Wattpad, ya que soy pobre y no tengo un solo libro en físico. ¿Por qué soy tan pobre?
El libro se llama "Sigue mi voz" de Ariana Godoy.
Es el más triste de todos, y mi favorito; pronto saldrá en físico y yo justo en la pobreza, lo necesito en mi vida.
Y dirán que soy obsesiva, pero lo he releído unas cinco veces.
¿Qué?
Me gusta sufrir.
***
Después de tantas lágrimas derramadas sobre la pantalla de mi celular, me pongo de pie y me estiro un poco.
Estoy hambrienta; me dirijo a la cocina, abro el refri, y apenas veo una manzana.
Pero qué demonios.
Ay, mañana iré al súper para no morir de hambre en estas cuatro paredes.
Tomo la manzana y me voy a mi habitación; agarro mi celular y le dejo un mensaje a mi madre.
—Mamá, ya tengo trabajo.
El mensaje llega, pero no me responde. Y no me sorprende; mi mamá siempre está en su trabajo, no descansa.
Me pregunto qué diría mi mamá si supiera que mi "jefe" es un chico casi de mi edad, y que encima está guapísimo.
Bueno, eso es lo que ella diría. Pero sí, lo está.
¡Ay que cosas piensas, Eloy!
Admito que Naím está muy guapo y toda la cosa; su cuerpecito todo delgado y su torso tan poco definido, su cabello oscuro, desordenado; lo hacen ver a simple vista como un chico bueno, incluso como uno tierno.
Pero no se dejen llevar por las apariencias; él es todo, menos tierno.
O eso creo.
Pero su carita sí lo hace parecer que lo es.
Además a mí qué me importa sí lo es o no.
El hecho de que me haya traído esos medicamentos para que me sintiera mejor hace un rato, no lo hace diferente; sólo sintió pena por mí, eso es todo.
Tampoco soy una experta en chicos o en analizar sus actos para conmigo.
Para mí sólo son eso; buenas acciones que haría cualquiera.
No suelo confundir buen trato con otras intenciones. Y así es mejor, por muchas razones.
***
Me despierto temprano para ir al súper; aún tengo dinero de la última vez que mis padres me enviaron mi mesada.Termino de arreglarme rápido y salgo de la casa.
Al salir, curiosamente veo un Mercedes negro estacionado al otro lado de la calle.
Me acerco y cruzo los brazos, mientras el conductor se baja.
—¿Qué haces aquí?—exijo una explicación.
—Pasaba por aquí.—dice mientras introduce sus manos en sus bolsillos.
—No te creo; habla, vamos.-—lo miro fijamente.
—Quería asegurarme de que ya estabas mejor.—dice con tono serio.
—Pudiste haber llamado. ¿No crees?—insisto.
—Por un demonio, Eloy; quería ver con mis propios ojos que estás bien.—habla firme—Si hubiese llamado, probablemente me hubieras mentido diciendo que estás bien, cuando no es así.
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"Maldito Fuck Boy."
Teen FictionTodo era perfecto e impecable. Mi vida era maravillosa; sin fiestas, sin alcohol y sin chicos. Todo estaba bajo control. Pero... ¿Pueden tus emociones llegar a ser más fuertes que tú misma? ¿Podrían salirse de control sin que tú puedas hacer nada p...