Capítulo XVI

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No sé en qué diablos estaba pensando cuando acepté ser su "tutora" por Dios.

¿Ahora él es mi jefe?

Wow, mi primer empleo, y no requiere de experiencia previa. No está tan mal, excepto que no pedí trabajo, más bien el trabajo me pidió a mí.

Se supone que ahora debemos estar juntos todo el tiempo después de clase, y eso no suena tan mal.

Lo digo porque no hemos tenido tiempo de conocernos mejor, ni de platicar y conocer los intereses del otro; porque se supone que somos amigos, y eso hacen los amigos, ¿No?

¡Ah!

¿Cómo le diré esto a Laura?

Se volverá loca y se inventará una película de romance en su cabeza; conociéndola haría una fiesta porque ya conseguí trabajo y porque mi jefe es un sexy chico de aproximadamente unos 19 años «eso sería motivo suficiente para que mi querida Laura haga una fiesta» a la cual yo no asistiría por cierto.

Creo que mejor no le digo nada, al menos no por ahora.

***
Son las 7:00 pm y me encuentro en la cocina preparando algo de comer; lo único que me sale bien, "plátanos fritos con salami," esa es mi especialidad a la hora de la cena.

Termino de preparar mi cena; me sirvo, tomo el ketchup del refrigerador y me siento en el sofá. Enciendo la tele y busco algo interesante, cambio de canal unas tres veces seguidas hasta que me detengo al ver la película más triste del mundo basada en hechos reales; "Hablando con él" es tan triste que de solo recordarla me causa mucho dolor.

¡Y ay, como me gusta sufrir!

***

Ya ha pasado media hora desde que empecé a ver la película, y cómo duele.

Si tan solo Rachel Scott hubiera sido menos aplicada en clases, y no hubiera provocado la envidia de ese psicópata, si tan solo no hubiera puesto en su lugar a ese idiota de su salón; ella estaría con vida, y todas las demás víctimas del ataque también.

¿Pero a quién engaño?

Yo en su lugar hubiera hecho lo mismo. Si muero por la verdad, moriré en paz; antes muerta que callarme. Porque si no puedo expresar cómo me siento, para qué quiero vivir; no sirvo para fingir que todo está bien, ni para aplaudir ninguna babosada para caer bien. Digo lo que pienso, y lo que no digo es porque no lo pensé lo suficiente antes de soltarlo.

Si eso me hace "antisocial" —utilizando el término erróneo que usan aún las personas para referirse a alguien asocial— entonces lo seré de por vida, y no espero la aprobación de nadie.

Termino de ver la película con los ojos hinchados de tanto llorar, el alma rota y con un tremendo ardor en mi nariz por tanto pasar el bendito pañuelo ese por esta.

Me levanto del sofá como momia salida de su tumba y me dirijo a mi habitación, tomo mi celular de la mesita junto a mi cama; veo la hora y aún es temprano.

Entro a revisar mis mensajes en Messenger y me sorprendo bastante al ver algunos mensajes de Naím:

Naím Velásquez:

Buenas noches, pequeña psicópata.

Estoy ansioso porque ya sea jueves, para que empecemos con la tutoría.

Sonrío ante sus mensajes.

Ahora resulta que además de ser pequeña delante de él, también soy psicópata. Por Dios, sólo era una frase, ya debería de haberlo superado.

Eloy Montero:

Yo también estoy muy ansiosa por empezar, querido.

Sólo espero que no me hagas renunciar por falta de paciencia.

Naím Velásquez:

Tranquila preciosa, aprendo rápido.

Eloy Montero:

Ummm, eso espero Naím.

Buenas noches.

***
Me despierto tan aliviada;  siento que ayer fue el día más loco e interminable de mi vida, pero aún así hoy me siento en calma, con una preocupación menos. Uff

Preocupación que me duró menos de un día, como por arte de magia se desapareció.

Al llegar a la universidad, voy directamente a la cafetería; me encuentro con Eddy y nos sentamos juntos, mientras me platica de lo difícil que está siendo su carrera.

Sé que la arquitectura le apasiona bastante, pero que estresante es, Dios.

***

Durante la clase nuestro maestro nos habló sobre el ensayo y puso fecha de entrega, para dentro de tres semanas.

¡Tres semanas!

Yo me exploté la cabeza haciéndolo el mismo día, mientras que todos estos vagos no han hecho nada; podría jurar que ellos fueron quienes les pidieron de favor al profesor que moviera la fecha de entrega.

¡Ay!

—Ni siquiera recordaba tal ensayo. —dice Laura junto a mí, sólo la miro y pienso:

¡No puede ser, ella también!

—Vaya. —me limito a contestar.

Al salir de clases me dirijo al club de mentes brillantes.

Cuando entro al pasillo,  alguien me llama:

—¡Eloy, espera! —me grita mi persona favorita en estos momentos. ¡Hurra!

—¿Qué quieres? No estoy de humor.

—El ensayo será tu primera prueba como tutora. —dice con una estúpida sonrisa en la cara.

—Debo hacer mi ensayo, no puedo. —miento.

—No es cierto, Eloy. Te conozco, sé que ya lo hiciste, y tu cara te delata.—dice,  y mierda, tiene toda la razón, mi estúpida cara me delata.

—¡Ay! Está bien, como tú digas. Debo irme. —sigo caminando.

Siento su mirada en mí y me tenso un poco.

¿Por qué diablos tiene que mirarme así?

Además, con la rabia que traigo encima, todo me incomoda.

***

Entro al salón donde está reunido el club y veo a todo el mundo susurrando cosas y viéndome de forma extraña.

Y pues mi falta de buen humor, mezclado con que no soporto a nadie en este lugar, habla por mí:

—Si pensaban echarme de su tonto club, ya no es necesario. ¡Me largo!—hablo—Ni siquiera me pagan por estar aquí, aguantando sus pésimos y arrogantes chistes que sólo entienden ustedes. Me quejaré con el director; le contaré que me denigraron y excluyeron por no ser tan buena en todo como ustedes. Adiós.

Salí de esa cueva de víboras, pegando un portazo.

Seré una arpía y todo lo que quieran llamarme; pero tengo dignidad ante todo.


"Maldito Fuck Boy."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora