-¡No!
-¡No pienso tener ni una gota más de paciencia contigo, estúpida! ¿Piensas decirnos dónde mierdas se la han llevado tu amiga y su novio o prefieres terminar con toda esta mierda de otra forma?
Miré su sonrisa, mitad desdentada y sentí cómo el estómago se me revolvía. Una lágrima recorrió su mejilla, mientras negaba con su cabeza.
-¡No! ¡Creéis que tenéis el control de todo cuando no es así! ¡Olivia a estas horas ya está lejos de vosotros!
Un golpe sonó en todo el local. La vi en el suelo tirada, mientras Charlie reía como un lunático mientras tiraba de su pelo.
Otro de los hombres que se encontraba allí se acercó a ella y comenzó a desatarle las cuerdas de las manos.
Vi que susurraba algo, pero no alcanzaba a escuchar el qué. Me aparté de la ventana de la puerta, me apoyé en la pared y suspiré. Las cosas se estaban poniendo feas.
Pude ver que algo se movía a mi izquierda, al fondo del pasillo.
-¿Aaron?
Pero Aaron se suponía que había marchado con Ari. No podía ser él…
La sombra se escondió y yo comencé a ponerme nervioso. Me acerqué al lugar donde la persona se había escondido, pero allí no había nadie.
Santa mierda. Esto no podía suponer nada bueno.
Decidí volver atrás, y dejar a un lado el lio de pensamientos que tenía y actuar de una maldita vez.
Escuché una risa cerca de mí, y antes de que pudiera girarme ahogué un grito y caí al suelo.
POV Lorea
Me negaba a seguir allí quieta, esperando a que algún milagro pasara y que aquella pesadilla terminara.
Charlie seguía con su risa de lunático mirándome a los ojos, mientras me preguntaba una y otra vez por Olivia. ¿Cómo había aguantado ella tanto tiempo aquí encerrada?
Yo no respondía, simplemente dejaba mi vista quieta en algún punto, y por cada no respuesta un golpe me arrastraba en diferentes partes de mi cuerpo.
-Ashton… - volví a murmurar su nombre, como si aquello me aliviara de alguna forma. Mordía mi labio. ¿Dónde estaría? ¿Estaría en mi misma situación o simplemente decidió dejarme aquí y olvidarse de problemas? Solo con pensar aquello se me formaba un nudo en la garganta… no podía ser; no quería que fuera así. Ninguna de las dos.
-¡Jefe! ¡Tenemos al chico! ¡Le tenemos!
Tanto Charlie, como el otro hombre, como yo, fruncimos el ceño. ¿Al chico? ¿Qué chico?
Y como si mi mayor pesadilla se volvieranrealidad, la puerta se abrió con un Ashton lleno de sangre y con una mirada perdida.
Recorrió todo el cuarto, y su mirada se posó en la mía.
-Lorea… - aquello sonó como cuando te reencuentras con un conocido después de mucho tiempo. Pero él y yo nos habíamos visto hacia unas cuantas horas. Solo fue un susurro, y tan solo fue mi nombre, pero aquello hizo que rompiera a llorar.
-¡Mierda santa! ¡No llores! Todo va a salir bien, ¿me escuchas?
Ashton intentaba acercarse a mí, pero yo estaba sentada sin fuerzas y aquel hombre le impedía a él moverse.
Negué mientras lloraba, y aquello parecía satisfacer a Charlie, ya que volvía a reír con su risa que hacía que quisiera vomitar.
-¿Así que… tenemos aquí a la parejita feliz? – se acercó tanto, que llegué a sentir su olor de alcohol a tan solo 5 centímetros de mí – Debo reconocer, chico, que tienes buen gusto, ¿Cuándo la viste en el hospital ya te enamoraste de ella o fue después?
-¡Cierra tu jodida boca! ¡Hijo de puta!
El hombre que sujetaba a Ashton acercó una navaja a su cuello haciendo que yo pegara un grito.
-Debo reconocer, también, que jamás pensé que nos faltaras el respeto de esta manera, Ashton. Ni tú ni tu amigo, Aaron. Si no llegara a ser por nosotros, ahora mismo no tendrías trabajo, y te aseguro que después de esto, las cosas van a cambiar mucho para ti. – se acercó a mi oído y me susurró – Y para ti también, preciosa.
-¡No te atrevas a tocarla, joder!
Charlie pasó su vista desde mi cuerpo, hacia Ashton. Miró a sus hombres y dijo unas palabras que me hicieron soltar más lágrimas, si era posible.
-Es la hora. Ponedlos en la pared.
Ashton empezó a moverse rápidamente mientras gritaba incoherencias. Le molestaba no poder controlar la situación, y yo lo sabía.
-El cuento esta vez parece que acaba bastante mal, ¿no creéis, chicos?
Nos pusieron juntos, en la pared, tirados en el suelo, y Ashton agarró mi mano.
-Siento… siento haberte arrastrado a todo esto.
Pero no era capaz de mirarle, quería que aquello terminara rápido y no quería que sus ojos fueran lo último que llegara a ver.
Ashton apretó como nunca mi mano, susurró las dos palabras y justo después, entre las risas de Charlie, escuché un tiroteo que marcaría un antes y un después en mi vida.