capítulo 23: "la realidad me estaba abofeteando"

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HOLIIIIII :) EL CAPÍTULO DE HOY ES ALGO MÁS CORTITO DE LO NORMAL ME TEMO, LO SIENTO UN MONTÓN DE VERDAD.

Y LO QUE SIEMPRE OS DIGO, MIL MILLONES DE GRACIAS A TODAS Y CADA UNA DE LAS LECTORAS DE ESTA HISTORIA PORQUE SI ESTO SIGUE FUNCIONANDO ES GRACIAS A VOSOTRAS.

UN BESITO A TODAS!

JOANA XX

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Me dolían los dedos de las manos. Sentía que todo el dolor de mi cuerpo en general se concentraba en aquella zona, y era incapaz de moverlos.

Intenté abrir los ojos, pero la luz me cegaba.

De repente sentí una especie de descarga en mi cuerpo; y lo sentí porque había escuchado una voz a lo lejos… una voz que pensé que no llegaría a escuchar jamás.

-No entiendo por qué no nos contó nada…

-Mamá…

Escuché varios pasos cada vez más cercanos, y justó después, como la fría mano de mi madre se colocaba en mi frente.

-Lorea, ¿estás bien?

Asentí aun sin abrir los ojos.

-Dios mío – besó mi frente y me apartó el pelo de la cara – No sabes el susto que nos has dado.

Abrí los ojos y vi a mi madre junto con mi padre y Ari.

Esta última lloraba en silencio, sonriéndome de esa manera que solo ella hacía; tranquilizándome incluso en el peor de los momentos.

Mi padre salió a llamar a una enfermera.

-¿Cuánto tiempo llevo aquí?

-Siete días.

Cerré de nuevo mis ojos.

-¿Llevó aquí encerrada una semana?

Mi madre asintió y comenzó a llorar.

-Mamá… lo siento… yo…

-No te voy a echar nada en cara, Lorea. Es solo que… me molesta que todo este tiempo supieras que Olivia estaba viva y…

-¿Qué tal está?

-La están haciendo unas pruebas – dijo Ari – Hace tres días fue a declarar al juzgado. Fuimos todos excepto Ashton y tú, claro.

Mi cabeza me daba vueltas. De repente la realidad me estaba abofeteando de una manera sobrehumana.

-Dime que está bien…por favor…

-No ha despertado aún. Cuando os quedasteis Ashton y tú solos con esa gente, y supuestamente iban a… iban a…

-A matarnos, puedes decirlo.

Mi madre sollozó, como si ya hubiera escuchado antes aquella historia pero esta vez le volviera a doler tanto como la primera.

-Justo en ese momento, la policía llegó. En cuanto logramos escabullirnos de los que nos seguían, les dejamos inconscientes poco después de salir del pueblo, llegamos a casa de tus padres y llamamos a la policía. ¿Sabes? Todo eso que decían de que tenían a la policía de su parte era una santa trola, y nosotros sin actuar durante tanto tiempo...

-Aun no me has dicho qué ha pasado con Ashton...

-Bueno, el caso es que cuando la policía llegó, Charlie se asustó y disparó. La bala dio cerca de la cadera de Ashton, perdió mucha sangre…

-Necesito verle – me alcé de la cama y me destapé pero mi madre puso una mano sobre mi pierna-

-Lorea, cariño, acabas de despertar y te tienen que hacer pruebas para comprobar que todo está bien

-Mamá, me encuentro bien, ¿sí? No te preocupes, solo necesito ver a Ashton…

Pero en aquel momento una enfermera entró junto con mi padre y pidió que Ari y mis padres abandonaran la sala, dejándome sola con aquella mujer.

-¿Puedo hacerte unas preguntas?

-¿Son necesarias?

La enfermera me sonrió, y alzó las cejas.

-No son necesarias, pero nos van a venir bien. – Bufé, y dejé mi mirada sobre la de aquella mujer – De 0 a 10, ¿cuánto te duele el cuerpo?

-¿Asume usted que me duele el cuerpo? – La enfermera no me respondió, simplemente mantuvo su mirada fija en la mía – Cuatro. – La enferma apuntó en su hoja – Oiga, estoy bien, ya se lo he dicho a mi madre; lo único que necesito para que el cuatro pase a ser un cero es salir de aquí y ver a mi novio, que también está ingresado.

-Sí, lo sé, Ashton Fletcher Irwin ¿verdad? – Asentí – Verás, claro que vas a poder ir a verle, pero en las horas de visita, como todo el mundo hace, ¿de acuerdo? – Bufé - 

La enfermera apuntó de nuevo en su libreta, y habló, esta vez sin mirarme.

-Tienes que dirigirte hacia la segunda planta, allí te realizarán las pruebas finales. Sé que estás bien, pero es necesario que las realices, ¿de acuerdo? Hoy mismo te darán el alta.

Asentí, y me levanté a la par que lo hacia la enfermera de su asiento, para dirigirme a la segunda planta.

Same beat | Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora