“Siento habértelo contado todo tan tarde. De verdad te quiero”
“Déjame en paz”
Presté atención a la conversación que mis amigas estaban teniendo. Ari estaba explicándoles su cita de ayer con aquel chico.
Pero yo ya me la sabía de memoria.
Película en el cine, cena en el Domino’s y terminaron en la cama de él.
-Pero no fui la única que ayer tuvo cita… ¿verdad Lorea?
Fruncí el ceño y miré al resto de chicas.
-Más o menos, pero la cosa terminó mal, supongo.
Las dediqué una pequeña sonrisa y vi como Ari vocalizaba un ‘después hablamos’
La verdad es que por fin me sentía cómoda con las chicas, normalmente solamente hablan de ellas mismas y Ari y yo estamos un poco desplazadas, pero ese día estábamos hablando de todas nosotras.
Aquella noche Ari se quedó a dormir en mi casa, lo cual me gustaba porque mantendría mi mente alejada de un chico castaño.
-¡Tía, tía! ¡Es él! ¡Me está hablando!
Ari se acercó a mi aun sin tener el pantalón del pijama puesto.
-Supongo que… es lo normal, ¿no? Quiero decir, estáis juntos…
-No estamos juntos. Lo de ayer fue…
-Oh, venga ya Ari. Tú no eres de las tías de una sola noche.
Pero Ari estaba sumergida hablando con aquel chico.
-En serio, empezáis a amargarme la existencia. – le quité el móvil de las manos y le escribí al chico. ‘Ey, soy amiga de Ari y ahora mismo está en mi casa. Me gustaría poder hablar con ella más de 5 minutos seguidos sin que cierto chico nos interrumpa, gracias’ y con ello le envié un beso.
-¿Qué le has escrito?
-Nada importante.
Cuando le fui a devolver el teléfono a Ari, acerqué este de nuevo a mi vista.
-Ari, ¿este es el tío con el que estás?
-Que no estam…
-Ya, sí, sí. Pero ya me entiendes, ¿es él?
Ari asintió y se acercó a mí.
-¿Por qué?