capítulo 8: Ania Smith

130 7 0
                                    

Cuando Ashton se fue de mi casa, volví a sentirme vacía. Como siempre pasaba cada vez que pasaba tiempo con él y después nos separábamos.

Había dado mi primer beso, y había sido en la situación más estúpida del mundo.

Él no paraba de hacerme sentir indefensa y con miedo, y yo aun así le había besado.

Me pasé la tarde entera viendo la televisión. Hoy Ari se había ido a pasar un par de días con sus abuelos al pueblo, en Nottingham, y no me apetecía nada tener que estar con el resto.

A las ocho de la tarde, mis padres llegaron dándome un susto de muerte con el portazo.

-¡Buenas tardes cariño!

Saludé a mis padres con una media sonrisa, no me merecía la pena seguir mal con ellos por el simple hecho de que estén intentando encontrar a Olivia.

-¿Qué tal hoy el día?

Mis padres se giraron a la vez para mirarme. Mi padre frunció el ceño, y mi madre me sonrió.

-Vaya, pensé que estabas ignorando el tema…

-Y lo hacía, mamá. Pero no puedo quedarme ajena a ello todo el tiempo, supongo.

Mi padre sonrió y se sentó conmigo.

-Vamos a dejarlo.

Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar sus palabras.

-Supongo que tenías razón, y que es una tontería seguir buscándola. Ha pasado mucho tiempo… y empezamos a trabajar mañana, así que…

-Lo siento. – murmuré. Eso significaba que no volvería a ver a mi hermana. Cuando yo ayudé a la policía los primeros días, vi que sería imposible dar con ella, pero siempre me quedaba esa pizca de esperanza - ¿Te ayudo con la cena?

Mi padre me dio un beso en la frente, haciéndome recordar a Ashton de nuevo.

La pechuga de pavo era la especialidad de mi madre. Le salía riquísima, y aunque yo sabía que jamás cocinaría como ella, intentaba aprender.

La cena estuvo bastante interesante para lo que suelen ser las cenas en mi familia.

Mi padre me contó que estuvo hablando con Will sobre sus entrenamientos conmigo y con ‘otro chico el cual no recuerdo el nombre’. Palabras textuales de mi padre.

Ahí fue cuando mi madre entró a atacar, y a explicarle a mi padre que aquel chico se llamaba Ashton y que tenía una muy buena relación conmigo.

-¿Qué tipo de relación?

-Papá… - dije ruborizándome –

-Luis, la niña ya es mayorcita para tener novio, ¿no crees?

-¡Mamá! – dije sine vitar soltar una carcajada - ¡No somos novios!

-¿Os habéis besado ya?

-Papá, en serio, odio cuando te pones en este plan – dije mordiéndome el labio inferior mientras negaba con la cabeza a la vez que sonreía –

-¡Pero no me has respondido! – dijo cuando soltó una carcajada. Yo me levanté a dejar mi plato en la encimera, y antes de salir de la cocina les miré a los dos.

-Sí. Esta tarde nos hemos besado. Me voy a meter ya en la cama, me duele un poco la cabeza.

Mis padres me sonrieron y me fui a la habitación.

Decidí volver a buscar sobre Ashton en internet, pero esta vez no directamente sobre él.

Tecleé ‘Ania Smith’ en google

Anastasia Julie Smith, de dieciséis años de edad, fallece en un accidente de coche en el pueblo de Nottingham. Su acompañante, y el conductor del vehículo, Ashton Fletcher Irwin, de diecinueve años de edad, sigue grave en el hospital de la misma ciudad.

Se sabe que el vehículo chocó fuertemente contra un camión cuando este iba en sentido contrario. El conductor de dicho vehículo, está en el hospital pero será dado de alta en un par de días. Por las muestras extraídas, se sabe que el conductor había ingerido una alta cantidad de drogas aquella misma mañana.

Será metido en prisión en cuanto el hospital comunique su alta.

                                                   Diario de Londres, a 18 de marzo del 2013.

Fruncí el ceño al terminar de leer aquella noticia, bajo la cual aparecía una foto de Ania y Ashton en un coche. Supuse que esa foto era de aquel mismo día.

Ella era realmente preciosa, no me extrañaba que Ashton hubiera estado con ella.

Volví a mirar la fecha. Había pasado poco más de un año desde aquello. Desde que esa chica falleciera. Ashton no me había contado nada sobre aquel accidente, y no pude evitar sentirme angustiada al pensar lo duro que debe ser estar en el mismo accidente de coche en el que tu pareja ha fallecido.

Decidí cerrar el portátil y meterme en la cama.

Aquel día fue de lo más raro del mundo.

Same beat | Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora