1.8 Obra estelar.

775 67 37
                                    

Era, literalmente, el último ensayo antes de la obra de teatro, para la cual no faltarían más de cuarenta minutos. La obra tenía una duración de también cuarenta minutos, así que entre acabar el resto de la obra, vestirse, maquillarse, tenían el tiempo muy contado.

Xiao era el que se notaba más nervioso, y eso era mucho decir, todos estaban apanicados, algunos curiosos veían el ensayo de la obra, y Tartaglia los aprovechó como un "público de prueba" para que dieran su veredicto.

No hubo errores, por suerte, no se les había olvidado el guion, pero de todas maneras estaban preparados para improvisar algo. (Dato innecesario: recuerdo que en una obra de teatro que actué en prepa la protagonista entró a escena cuando todavía no era su turno y por pura suerte quedó bien, quedó excelente esa improvisación xD).

Lo ideal era improvisar lo menos posible, pero en caso de que no se pudiera, ya se estaba preparado.

-No me gustó cómo actuaste ese grito, ¡debe ser con más dolor, más potencia! Recuerda que estás sufriendo mucho, Xiao. -Corrigió Tartaglia, un poco nervioso.

-Sigh...de acuerdo. -Se volvió a repetir la escena, pero Tartaglia negó de nuevo con la cabeza.

-Te falta odio, Xiao.

A la siguiente escena, ya quedó más pasable, por lo que todo continuó por fortuna para ellos.

Ayaka también era de las que veía los ensayos, cuando Xiao la vio, los dos se sonrieron de rápido, pues él actuaba todavía. Lumine la volteó a ver, sorprendiéndose bastante también.

Cuando llegó la hora, y siendo más precisamente el momento de irse a cambiar, Ayaka detuvo al muchacho antes de que entrara al club a ponerse su atuendo de esclavo.

-Confía en que lo harás bien, si en los ensayos eres fenomenal, ¿qué será cuando des todo de ti? -Sonrió ella.

-Sí...tienes razón. Todos haremos lo mejor, Ayaka.

-Suerte, Xiao. -Ella le besó la mejilla para después irse, ahora no hubo olor a perfume, pero para el muchacho ese olor tan delicioso ya era parte de su memoria, pues lo recordó al instante.

Lo único que lo acomplejaba es que su disfraz de esclavo tenía algunas raspaduras, por lo que parte de sus cicatrices se veían si es que se le miraba a detalle, esperaba que nadie se diera cuenta de ello.

Al haberse quitado la camisa de la escuela, se miró rápidamente en el espejo: cuerpo delgado pero marcado, con fácilmente un 30% de su tronco lleno de marcas, tanto así que parecía había estado en un accidente o que de verdad había sido esclavo.

Cuando terminó por disfrazarse, se preparó para actuar, respirando pesadamente y dando pequeños saltos para calmarse, quería gritar, pero no era lo más adecuado.

El muchacho invitó a pasar a Ayaka, quien se sorprendió al verlo, elogiando su disfraz, él modeló rápidamente para que lo viera con más detalle tratando de cubrir sus marcas, todavía faltaban diez minutos, así que podía darse el lujo. Tras pasar ella, Xiao cerró la puerta del club.

-Tienes... -Él hizo un gesto con la mano de que pedía cigarros. Ella rió, sacando uno de los bolsillos de su suéter, prendiéndoselo. Su mano se movía un poco.

-Te ves muy nervioso.

-No solo me veo...lo estoy.

-¿Es por no querer hacer el ridículo delante de todos?

-Se puede decir que sí, pero también es porque quiero demostrar que no es una equivocación el que estoy vivo.

-Xiao... -Ayaka le miró de nuevo el cuerpo, notando sus cicatrices, tratando de tocarle una, pero el muchacho le agarró la mano, impidiéndoselo. -Ese maquillaje es muy realista.

(Otra vez) Los Enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora