3.19 Siguiente paso.

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Habían pasado unas pocas semanas desde el momento aquel, y en realidad la relación de los dos enamorados, si bien había tenido sus pequeños reveces, seguía con sus avances significativos.

Solían discutir de forma relativamente seguida, y casi siempre era respecto al mismo tema: las peleas de Xiao. La cosa se había calmado para él durante un tiempo, pero cuando llegaron los nuevos alumnos que no conocían al justiciero heroico y querían hacer de las suyas, pues ahí él entraba de nuevo, justo como hacía un año.

Eso a Lumine seguía sin parecerle, y como había hecho que Tartaglia también dejara de ser muy peleonero, pensó que lograría lo mismo con Xiao ahora que eran novios. No pudo ser más crédula...

En realidad la tenía más fácil al ser un año mayor, incluso un año y unos meses, nunca había dejado de practicar, y nunca mejor dicho cuando practicar se puede decir que les partía la cara a los abusones siempre que podía.

Sin embargo, al estar más centrado en sus problemas amorosos y personales, se había dado una "pausa" de aquellos días, y muchos de los que ya tenían su historial, pensaron que ya no volvería a las andadas. También resultaban muy crédulos de pensarlo.

En alguna ocasión, Xiao sangraba de la nariz, Lumine lo había esperado para despedirse de él y, al irlo a buscar por pensar que se había quedado por alguna cuestión académica, se llevó una sorpresa no muy grata que digamos.

Lo primero que vio era él recargado en una pared, con la cabeza hacía atrás atrás mientras se limpiaba la sangre con el suéter de su uniforme, ella, asustada, al pensar que lo habían asaltado a golpes, fue con él.

-¡¿Qué te pasó?! -Fue lo primero que le dijo.

-Digamos que le di su merecido a un imbécil que lo necesitaba...pero tenía la cabeza demasiado dura.

-¡Xiao, ¿cuántas veces tendremos esta discusión?! ¡No quiero que te pelees!

En esa ocasión, las cosas llegaron a los gritos, pues incluso Xiao ya no era tan paciente como antes, así que, cuando se percataron que algunos curiosos los observaban, decidieron dejar las cosas para la intimidad.

La cosa siguió igual por teléfono, pero él le colgó cuando decidió que había tenido suficiente. Lumine hizo un coraje que ni ella misma se creía, y para sorpresa del día siguiente, Xiao le regalaba un pequeño ramo de lirios que se veían simplemente hermosos.

-Esto no quita que sigo muy enojada contigo, Xiao. -Le recriminó, aunque no quedaba ni la menor duda de que el ramo era una cosa más que hermosa. La verdad es que las mismas se miraban hermosas en su mesa de noche, pues ahí fueron a parar.

Sabiendo que la cosa no se podía quedar así, y estando en casa del muchacho, pues su padre estaría ocupado por esos días, ambos platicarían acostados en la sala mientras veían una película. La que, en realidad, ni verían por hablar de ello.

Xiao se mantenía reacio a ceder en su posición, pues ya se había comprobado que gracias a sus acciones, los abusones se habían calmado, y más que nada eso solo serían temporadas donde tuviera que pelearse, pero ya no todo el año.

De cualquier manera, su ejemplo había inspirado a más, no todos hacían lo mismo que él, definitivamente, sino que su táctica era más que nada intimidatoria.

Recordemos que Ayaka le había recomendado más que nada advertir a los abusones que las cosas se pondrían feas si no se detenían, pues esa técnica nunca fue abandonada por él, pero no acoplada del todo a los que imitaban su ejemplo.

Eran tres, para ser exactos, y entre los tres arrinconaban a uno de los abusones, agarrándolo de los hombros y pegándolo a una pared para ellos sí amenazarlo de que, si llegaban a enterarse que se volvía a pasar de listo, no le tendrían piedad.

(Otra vez) Los Enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora