4.7 Avance y retroceso.

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Habían pasado unas pocas semanas desde que pasó la cita con Mona y Albedo, por lo que pronto se le acabaron las ideas de qué hacer con ello, tenía que experimentar para que su intento de conquista no terminara en fracaso al convertirse en algo rutinario y vacío de novedad.

Lo suyo iba bien, de hecho, pero faltaba algo, por supuesto. Ese mismo día tenía pensando en tener una cita con ella, solo faltaba invitarla, quizá un helado en la plaza fuera lo ideal, algo rápido que también fuera certero.

Sin embargo, la cosa se vino en picada de inmediato mientras ambos recorrían los pasillos de la escuela.

-Hoy no puedo, me llamaron para una sesión de fotos y...¿cómo decirlo? Apenas saliendo de la escuela me iré al estudio.

-Oh, ya veo...¿dónde dices que es eso?

-En el estudio de fotos de la calle H, es en el centro de la ciudad.

-Ya veo... -La idea que Razor le había dado por fin podía ser una realidad.

Apenas llegó a su casa, comió, hizo sus tareas, jugó un poco con Klee, como no era raro, y se puso el oxígeno un rato, ya estaba cambiado para ese momento, y apenas terminó eso, se decidió a actuar.

Esperaba no llegar muy tarde, tomó el metro para ir lo más rápido que fuera posible, aparte de que llevaba un pequeño detalle que sería ideal para ese momento, y se trataba de una ensalada que había comprado en el camino, a sabiendas de que los dulces eran un pésimo regalo para ella.

Apenas llegó al lugar donde se suponía estaría, el muchacho se puso nervioso, razón por la cual le dio un pequeño ataque de tos, debía tranquilizarse para no quedar como un chico raro frente a los ojos de su enamorada, por lo que simplemente jaló aire y entró por la puerta, nadie lo detuvo ya que pensaron que era un modelo debido a que su cara parecía se a la de un muñequito de porcelana.

Caminando por el estudio, finalmente dio con la habitación donde estaba Mona, ella estaba maquillada, un montón de equipo fotográfico la alumbraban y el anuncio en el que apareciera parecía ser el de una marca de agua embotellada, así que solo sonrió. Curiosamente, la botella de agua que se incluía con la ensalada era la misma que ella anunciaba.

-Bien, hora del descanso, el editor se encargará de seleccionar las mejores fotos y de ahí el encargado de marketing hará el resto. De todos modos, unas fotos más y podrás cobrar el cheque.

-De acuerdo. –Suspiró ella, en su cara se notaba que tenía hambre, por lo que al ver a Albedo, vaya que se sorprendió. -¿Albedo? ¿Qué haces aquí?

-No es casualidad que preguntara en donde trabajarías hoy. –Mostró la ensalada y el agua. –Es una gran casualidad que el agua gratis fuera de la misma marca de lo que ahora patrocinarás.

-¡Dame pa' acá! –Ella de inmediato le quitó la ensalada, comenzando a comerla con prisa, solo que después se sonrojó, serenándose para no quedar mal frente a él. –Gr-gracias...no he comido nada, estoy muriendo de hambre, las galletas se acabaron hace rato, y el café ya me tiene hasta el carajo.

-Bueno, creo que llegué justo a tiempo. –Sonrió.

Ambos charlaron un poco de cómo iba siendo la jornada de trabajo, a pesar de que la misma no tardaría más de 4 horas, realmente era complicado hacerlo sin comer y con el cansancio de la escuela.

-Llegaré a casa a dormir, te lo aseguro. Esto me tranquilizará el hambre hasta que pueda comer algo mejor después de esa siesta que planeo. –Ella sacó un cigarro, lo que causó que el muchacho se incomodara.

-¿Puedes fumar aquí?

-No, así que salgamos un momento. –Ella dio una pequeña risita.

Una vez en la calle, él mantenía su distancia, ella comía y fumaba al mismo tiempo, lo que sorprendía a su contrario...vaya que era algo que él ni de chiste podría hacer.

(Otra vez) Los Enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora