4.4 Realidad dolorosa.

309 20 12
                                    

(Hula, podrán ver qué acabo de publicar el mismo cap, es sencillo, por un tiempo no habrá dos caps semanales sino solo uno, espero puedan comprenderlo pero es porque estaré trabajando en un AetherxShenhe uwu)

Sacarosa se había convertido en la mejor amiga de Albedo, por no decir que la única, y en realidad ambos se conocían de una forma muy personal. Habían hecho trabajos en la casa de la muchacha, más que nada sus brillantes mentes eran una excelente dupla para las ciencias, de ahí que siempre que se juntaran, el resultado fuera excepcional.

Lo curioso es que ella nunca había pisado la casa del muchacho, incluso cuando no se podía en su propia casa por x o y, Albedo prefería cualquier otro lugar, incluso la escuela. El pretexto que ponía era, claro, que su hermana sería una fuente de distracción, y ella ya la conocía, por eso es que podía saber no era del todo una mentira.

Y no lo era, pero hay secretos que no se le revelan ni a la persona más estimada en el mundo, esos que solo se guardan para uno o para la familia y nadie más.

En fin, la muchacha se guardaba lo que sentía por el bien de su amistad, sabía de sobra que un amor no correspondido podía resultar faltal, ser una herida de la que no se puede recuperar, o que la cosa no termina con antes lo era.

El miedo la paralizaba, y guardarse tanto le hacía mal, pero prefería que la cosa fuera así, y es que ni sabía cómo manejarlo.

Aether, el que era su consejero por tener experiencia, podría darle una respuesta.

-No lo sé...hace meses que no sé de él, ni siquiera qué le gusta. Yo te sugiero que no te le declares así como así, al menos intenta conquistarlo de alguna manera.

-Me da vergüenza decirle cosas bonitas...

-¿Qué sería decirle algo bonito para ti? -Él alzó una ceja.

-Qu-qué es muy inteligente y que su peinado es genial. -El chico no pudo soportar una risa. -¡No te rías!

-Sacarosa, esos son cumplidos normales. Algo bonito es que sus ojos son tan hermosos como el mar, o que su voz es tan dulce como la miel misma, ¿notas la diferencia?

-Tú eres poeta, yo no sé de esas cosas...

-Si te esfuerzas, puedes hacerlo, Sacarosa. -Él le dio un pequeño golpe en la cabeza con su libro. -Solo ten la seguridad de hacerlo.

En un año sí que pasan muchas cosas, eso cualquiera lo sabe, y el recuerdo que más calor le transmitía a ella era nada más y nada menos que, en una ocasión en que habían ido a estudiar a su casa, ella se quedó dormida en el escritorio después de que Albedo hubiera ido al baño de forma rápida.

Ahí, él la vio tumbada sobre la madera de su escritorio, y sin quererla dejar ahí, solo sonrió para sí mismo.

-Esta chica...se desvela tanto que dormir todo un día le quedaría corto.

Ella se había quedado dormida de manera tan profunda que ni siquiera despertó para cuando la llevó cargando a su cama, poniéndole una manta, seguidamente de eso él se fue dejando una nota, disculpándose de sentirse con la confianza de poder retirarse como si fuera su casa, pero no quería despertarla.

Un breve, pero muy breve recuerdo le llegó aunque estaba dormida. Él se había sentado en la orilla de la cama, teniendo una pequeña risa.

-Descansa, niña genio. Nos vemos mañana. -Solo le acarició los cabellos mientras la miraba con cariño.

Cuando despertó al día siguiente, la muchacha pensó que no habría pasado más de media hora, pero al notar que era el día siguiente, se sorprendió mucho, seguía con el uniforme puesto del día anterior.

(Otra vez) Los Enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora