2. 10 La mañana siguiente.

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Ambos se encontraban en la puerta de la casa de Aether una vez terminaron los fuegos artificiales y el festival, de forma definitiva, se había terminado para no volver a comenzar hasta dentro de un año.

Bajaron de la motocicleta de la chica con la intención de despedirse, pero quedaba una gran pregunta por hacer, y esa pregunta generaba cierta incomodidad.

-Por qué. –Cuestionó Amber... -¿Por qué no me lo dijiste antes? Incluso...

-Sé que dije que no lo conocía. –Interrumpió Aether. –Él me pidió que no te dijera nada, pero al ver que no te gustaban las personas mentirosas tras lo que pasó con el poeta falso, decidí decirte la verdad.

-¿Cómo es él?

-No te lo puedo decir...lo conoces, eso sí, pero no puedo decirte más.

-Solo dime qué piensa de mí. Los poemas no me bastan, ¡de verdad quisiera saber más de él!...

-Hum...hay algo que puedo decirte y es que él está loco por ti, eres la persona que más ha amado en toda su vida. –El muchacho sonrió ya que le decía a la chica que le gustaba lo que sentía por ella. –Le pareces la más linda, la más carismática e incluso le sorprendió mucho que nunca tuvieras novio, pero le emociona pensar que, si se lo permites, será el primero. Se esconde ya que no sabe cómo podrás reaccionar ante la verdad, si lo rechazarás, si jamás podrás verlo como algo más que un amigo, y por eso prefiere no decir quién es, solamente espera que puedas perdonarlo por ello.

-Dile que no tema. –Dijo ella, lagrimeando al escuchar la verdad más bella que jamás había escuchado que le dijeran. -Que si sus sentimientos son verdaderos y tan lindos como lo dice, no importa mucho quién sea, y si al cabo ya lo conozco, seguramente me agrada mucho. Otra cosa, sino lo veo más que como amigo, cuando sepa que es él, posiblemente ahora sí lo vea como novio. –Rió ella, cubriéndose la boca.

-Eso no lo convence mucho...o quizá no lo convencerá, mejor dicho.

-Dile todo eso y que le pido una respuesta. –Ella lo tomó de ambos hombros, plantándole un beso en la mejilla bien dado a Aether, dejándolo blanco como un muerto. -Y–y mándale ese beso, por favor.

El muchacho se llevó la mano a la mejilla mientras que Amber se subía a su motocicleta, apresurándose para irse al ser ya más bien noche, despidiéndose con la mano para marchar a toda prisa.

El corazón le latía fuertemente, tanto así que no pudo contener una sonrisa de boca abierta ya que fue un beso que le transmitió tanto al estar desprevenido.

No se sentía tan seguro de qué tan verdad resultarían las palabras de Amber, si es que él le decía la verdad el lunes, ¿lo aceptaría? ¿Le daría esa oportunidad? Ahora que sabía que había una remota posibilidad de que sí, lo más ideal era jugar a la segura.

Amber, por su parte, se sentía infinitamente feliz a más no poder, le habían dicho que era el amor de la vida de alguien, que la ponía por encima de cualquier chica, y esas palabras la ponían feliz como a cualquier mujer que sabe que la aman de una manera a la que pocas se aman: de forma verdadera.

Ahora ella sabía que el poeta desconocido podía ser alguien que Aether conocía. Descartaba a Xingqiu al no ser poeta, Bennett podría ser, pero él estaba enamorado de Fischl, a Razor el amor no le iba ni le venía, por lo que tampoco podría ser él.

Ninguna de las opciones cuadraba, o era casi imposible que fuera alguno de los mencionados, únicamente consideraba viable a Razor, y muy dudosamente.

-No será que él... -Amber se llevó una mano al mentón.

Dijo que lo conocía, y uno se conoce a sí mismo de forma obligatoria. Lo descrito había sido con una sonrisa que no causaría cuando se habla de sentimientos ajenos, sino solamente de los propios.

(Otra vez) Los Enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora