4.0 Albedo, el condenado de la tierra.

359 23 19
                                    

Por ahora el autor le recordará al lector un poco la situación de Albedo, pues sin duda este fue uno de los misterios en su momento, y en realidad lo seguirá siendo por un rato. Esa aura de inconclusión fue dejada a propósito, pues él sería uno de los protagonistas de esta historia que todavía continua.

Albedo, como cualquier otro chico, había tenido una vida, pero no una muy feliz, o tan siquiera tranquila. Él había tenido la mala suerte de ser un condenado al apenas nacer, un condenado de la tierra.

Nunca se supo en realidad por qué, pero más temprano que tarde, y eso más bien por suerte, se detectó una anomalía en uno de sus pulmones, más precisamente en el derecho.

El mismo causaba que no pudiera respirar bien, que no pudiera tener una actividad física muy ardua ni tampoco pasar por emociones muy fuertes, ya que su corazón estaba implicado en esa situación también.

No podía ser sometido a operaciones en primera, por el costo que eso representaría, y en segunda, por su corta edad, pero tampoco es que hubiera enormes esperanzas en su futuro.

Teniendo ya esa edad de 12 años, mientras que Xiao, por ejemplo, apenas descubría lo que era el cariño, y Lumine se daba cuenta de que su cuerpo iba cambiando, él no solía dejar de visitar doctor tras doctor buscando que su situación fuera un poco mejor, con tal de tener algo a lo que aferrarse.

Pero eso se acabó.

El diagnostico de un equipo de especialistas fue bastante concreto y honesto, aunque debía no serlo, pues 11 años es una edad muy corta y problemática donde cualquier pequeño detalle puede representar una rabieta en un joven de esa edad.

Sin embargo, lo que era para Albedo, la cosa se ponía mucho peor todavía.

-5 años...5 años es su esperanza de vida. Su pulmón izquierdo seguirá creciendo, pero el derecho no, y su corazón tampoco estará bien alimentado...lo sentimos mucho, de verdad, pero no hay nada por hacer. Cuando tosa sangre...ya no habrá nada por hacer.

El pequeño Albedo no sabía ni cómo procesar esa situación, saber que solo tenía 5 años más de vida y poco menos solo causaba que su corazón se llenara de dolor y desesperanza. Realmente la frase "si sabes cuándo morirás, vivirás tu vida de forma diferente" no se aplicaba para él. No podía hacer más que sentarse a esperar a que ese día llegara.

Siempre era igual, veía a todos los demás niños jugando mientras él estaba sentado, tosiendo por ese defecto en su pulmón. A esa edad no se lo planteaba, pero era una realidad, y es que incluso estaría privado de hacer el amor con la persona a quien amara por temor a que su pulmón colapsara.

Sin embargo, al llegar la secundaria, la cosa cambió completamente, por fin Albedo tendría una razón, así fuera muy pequeña, pero era una razón para vivir su vida de manera completamente diferente. Esa razón era Mona, por supuesto.

Fue amor a primera vista, apenas la vio pasar cuando él iba a cruzar uno de los pasillos de su escuela, le llegó el olor de su perfume, y al verla de espaldas, solo pudo imaginar a la chica más hermosa que hubiera en el mundo.

-¡Mona! -Farfulló una de sus amigas, la mencionada volteó. Las expectativas de Albedo en realidad se habían quedado muy cortas...esa chica era, para él, la hermosa del universo.

La manera en que él solía describirla, y aunque no fuera poeta, era una dama con lagos de agua sagrada en los ojos, praderas de flores conformaban su rostro, sus labios eran la cima más inalcanzable que pudiera haber y su cabello se componían de los hilos del universo y del polvo de las estrellas.

Su talento para dibujar ya empezaba a existir desde ese momento, y su primer dibujo, en forma, era uno de Mona, pensó en obsequiárselo, pero encontró una mejor forma de proseguir. Y eso era algo simple.

(Otra vez) Los Enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora