Capítulo XIII

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Adiós a la Niñez

Pasó un año y medio tras el mutuo acuerdo del olvido del idilio que vivimos y la amistad entre Dames y yo se reforzó. No obstante, aún nos mirábamos con anhelo. Cuando Damon empezó a interesarse por universidades y a abrazar la idea de convertirse en un importante actor, yo, sin saberlo, poco a poco me estaba abismando al pánico de la soledad. La escuela no sería lo mismo sin él, el club de teatro no sería lo mismo sin él, el almuerzo no sería lo mismo sin él, ni la ciudad, ni yo. Nunca lo había visualizado más allá de Stanway. Me horrorizaba la idea de que se encontrara a otra persona capaz de ocupar mi lugar. «Terminará olvidándome » me dije, anticipando el tormento. Damon era la persona más imprevisible que jamás había conocido.

— Podrás visitarme cuando quieras, Grah — dijo mientras llenaba una solicitud de ingreso. Yo me limité a encogerme de hombros mientras que la idea de arrebatarle el formulario y hacerlo añicos daba vueltas por mi mente.

La música no nos era más que un pasatiempo. Todas las tardes nos reuníamos para componer; los primitivos poemas que escribíamos se volvían canciones y algo en la música sonaba terriblemente mal, sin embargo, funcionaba. Era un reflejo exacto de nuestro borrascoso vínculo. Mientras escuchaba a Damon cantar en voz baja, no pude evitar el sentirme triste; lo extrañaría demasiado.

El antepenúltimo lunes del ciclo escolar, a la hora del receso, yo me encontraba sentado bajo la sombra de un árbol cuando de repente llegó Damon y me besó la cabeza.

— Perdón por llegar tarde, pero te tengo una sorpresa — dijo sonriente y se dejó caer en frente mío.

— ¿Una sorpresa? ¿De qué tipo?

— ¿Serías capaz de tocar para la fiesta de graduación?

— Quieres decir... ¿nosotros?

— Sí, como sea — respondió él, sin vacilar.

— ... No lo sé, Damon. Además, solo somos dos.

— Todavía tenemos tiempo para encontrar a alguien, así que no te preocupes — me revolvió el cabello —. Tú déjamelo a mí.

El recital estaba programado para la noche del 10 de julio de 1986. La profesora Sevigny nos sacó una fotografía minutos antes de la presentación, los nervios no me permitieron sonreír. Las manos me temblaban incontrolablemente y en un intento de relajarme tomando un poco de agua, me derramé casi toda la botella encima. Damon se rió al verme tan angustiado, se acercó y me limpió la barbilla con la manga de su chamarra. Me sentí extraño porque percibí cierta insinuación de su parte.

— Todo irá bien, Graham... — susurró en mi oreja —. Dime, ¿quieres que te ayude a relajarte?

Con lo que acababa de decir supe que estaba en lo correcto. Miré a todos lados, ¿cómo podía ser tan atrevido cuando había tanta gente a nuestro alrededor? La maestra todavía estaba cerca, los chicos que conseguimos para que nos apoyaran con nuestra "banda" ni siquiera se encontraban a una distancia prudente.

— Damon, por favor — repliqué, no quería caer de nuevo ilusionado porque sabía que se iría pronto.

— ¿Qué? No me digas que lo estás malinterpretando — dejó escapar una risita —. ¿Cuál es tu idea de relajarte?

— Dios, solo quiero que esto termine, ¿es mucho pedir? — le dediqué una débil e insegura sonrisa. Él asintió, divertido.

A pesar de mis nervios y mi playera mojada, la noche prometía. Solo tuve que mirar a Damon para saber que todo iría bien. Había un contingente en primera fila donde se hallaban los chicos del club de teatro. Damon cambiaba continuamente de postura y me miraba de vez en cuando a ver con qué salía yo.

Anne, la chica que fue novia de Damon nos presentó. Yo pasé de estar nerviosísimo a estar excitadísimo. Comenzamos con lo mejor — o peor — que teníamos, después, para no desentonar, seguimos con el cover de una canción de moda y terminamos con How Soon Is Now? de los Smiths. Nuestro pequeño concierto provocó aplausos y abucheos. En su actuación, Damon saltaba de un lado al otro, hacía gestos, intentaba bailar, daba vueltas, piruetas, maromas, estaba tan cargado de adrenalina. Yo recurrí a encerrarme en mi mundo, no vi más allá de mi mejor amigo, no escuché ni observé al público. Al finalizar no dimos las gracias, tampoco hablamos con los chicos que nos habían ayudado, sino que nos largamos con Damon a por algo de beber.

Alguien de teatro nos tendió de contrabando unas cervezas y aquello me otorgó más valentía para tomar a Damon por el cuello de la camisa y arrastrarlo fuera de las instalaciones.

— ¡Eso fue genial! — exclamó, avanzando obedientemente a mi lado.

Nos ocultamos bajo las sombras. Pude distinguir la preciosa sonrisa de Damon y cómo esta se desvanecía conforme yo iba acercando mi rostro al suyo. Unimos nuestras bocas con suavidad y delicadeza, pero estábamos hambrientos el uno del otro; había pasado tanto tiempo desde nuestro último beso. Rompimos nuestros votos y ni nos importó. Le sujeté con fuerza del cabello y abrí la boca, aceptando su lengua. El chasquido de nuestras bocas opacó la música que escapaba de Stanway y comenzaba a hacer mucho calor. Damon se apartó solo para tomar aire y atacarme de nuevo. En un segundo tiempo, ocultó su rostro en mi cuello y yo llevé mi mano hacia la cremallera de su pantalón.

— Hay que entrar a uno de los salones — sugirió Damon y yo asentí tan deseoso como él.

Sin más preámbulos, nos escabullimos por la escuela y nos encerramos en el aula de artes. Apoyé la espalda contra la puerta mientras que con ayuda de la luz de la luna que entraba por las cortinas observaba a Damon arrodillarse ante mí y bajarme la bragueta. Mientras me besaba el abdomen, alcé la mirada al techo, avergonzado, pero mi amigo llamó mi atención acariciándome la barbilla con la yema de los dedos. Metió la otra mano dentro mi ropa interior y me empalmé de inmediato, sin embargo, otro sentimiento me aquejó obligándome a detenerle.

— ¿Graham?

— ¿Sí..?

— ¿Qué pasa?

Intenté sonreír y pedirle que siguiera, pero no fui capaz. Damon me acomodó el pantalón y se puso de pie para preguntarme de nuevo qué era lo que me aquejaba.

— Nada, solo que voy a extrañarte muchísimo — solté.

Mis palabras lograron conmoverlo y me estrechó con fuerza entre sus brazos. 

𝐃𝐨 𝐈 𝐌𝐚𝐤𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐅𝐞𝐞𝐥 𝐒𝐡𝐲? [𝐆𝐑𝐀𝐌𝐎𝐍]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora