𝐃𝐨 𝐈 𝐌𝐚𝐤𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐅𝐞𝐞𝐥 𝐒𝐡𝐲? [𝐆𝐑𝐀𝐌𝐎𝐍]

Capítulo XXII

Caí sobre la cama, retorciéndome en el dolor. Lo odiaba, lo detestaba, lo despreciaba. Me cubrí la cabeza con las sábanas deshechas en un intento de protegerme de él y su mirada. Desde que nos conocimos en Stainway no hubo más que dolor. Damon era la causa de todos mis males, pero me era imposible renunciar a él y me odiaba por eso. Me odiaba por ser tan débil y dejarme llevar por su linda cara y su sonrisa desalineada.

— ¿Nada más para eso viniste? ¿Para humillarme? Maldita sea, soy un pendejo. ¿Por qué no aprendo? ¿Por qué siempre tengo la esperanza de que algún día me vas a aceptar? ¿Por qué soy yo el que siempre termina llorando?

Él me sacó la cobija de encima.

— Ya hemos discutido esto mil veces, Graham — suspiró y añadió —. Simplemente no se puede. Gente como nosotros no tiene lugar en una época como esta.

Asentí. Lo sabía. Siempre era la misms puta cantaleta de siempre, pero no lo aceptaba. Jamás podría amarlo como quería.

— ¿Y ahora amas a alguien más..? — pregunté. Las manos me temblaban y los ojos me ardían.

— No — me percaté entonces que miraba a la nada —. No amo a nadie en este punto de mi vida.

Y se hizo el silencio.

— ¿Por qué?

— Dejé la universidad, Graham — la voz se le entrecortó y yo me sentí una mierda por volver todo tan complicado —. Me di cuenta que soy un pésimo actor y que doy pena estando sobre el escenario. ¡Toda una vida imaginándome ser una estrella del teatro y el cine para nada! Estoy perdido, estoy jodidamente perdido. ¿Qué voy a hacer? Mis padres están decepcionados, todos lo están. Les fallé.

No supe qué decir.

— Algo debe de salir, no hay que perder la esperanza — le di una palmadita en la espalda.

Y él ahora inició con el lloriqueo.

— ¿Qué voy a hacer? — se preguntó una y otra vez —. ¿Qué carajos voy a hacer?

— Perdón por ser tan egoísta, Dames. No quise volverlo todo de mí... — me disculpé.

— Es que sí te he tratado de la mierda — trató de sonreír, mas la angustia lo sobrepasó e inició con la lloradera todavía más fuerte —. Desearía tener una idea de lo que hago, pero nada. Siento que sólo estoy flotando en el espacio.

Le pasé una esquina de la sábana para que se secara las lágrimas. De pronto, Damon me abrazó.

— Grah, perdóname. Sé que me la paso haciendo pendejadas y que no merezco tu amistad, soy un sujeto de cagada. La mierda se queda corta a mi lado, ¿no es así?

Extrañaba tenerlo cerca. Extrañaba todo de él. Moví positivamente la cabeza y una idea surgió como caída del cielo. Recordé Stainway y la mierdita de música que intentamos hacer en aquellos tiempos.

— Damon.

— Graham.

— Creo que sé qué podríamos hacer — mencioné.

Él se separó para mirarme asombrado.

— ¿Qué..? — le tembló la voz.

— Una banda — dije, esbozando una sonrisa —. ¿Qué te parecería una banda?

—... ¿Y planeas que con eso qué?¿Nos volvamos famosos?

— No importa la fama, importa que encuentres algo qué hacer — respondí.

Por un minuto me observó como si lo que acababa de decir fuera algo completamente descabellado, pero poco a poco las comisuras de sus labios se alzaron.