El mismo show de siempre
«¿Fue difícil? No. ¿Por qué no lo fue? Porque el dinero estaba de nuestro lado. ¿Por qué lo estaba? Porque la familia Albarn estaba, en cierto modo, muy bien posicionada en la pirámide. ¿Acaso eso nos hizo menos cool? Sí, pero se dijo que se iba a mantener en las sombras. ¿Por qué? Porque era lo mejor para Blur. Bueno, antes se llamaba Seymour. ¿Cuántos años pasaron? No mucho, unos tres o cuatro». Escribí una noche en la que me puse borracho. La letra estaba muy clara, así que la veracidad de mi ebriedad la pongo en duda.
Alcé la mirada, encendí la pequeña radio. En Absolut Radio sonaba There's No Other Way. Me sentí enfermo. Desde que el viejo Seymour desapareció y el nombre de Blur apareció en las carátulas, mi relación con Damon también cambió. Siempre era lo mismo; una y otra vez. Estábamos atrapados en un ciclo infinito. Unas mañanas me trataba como a su mejor amigo, durante las tardes me besaba en los labios y algunas noches se escabullía en mi habitación con la excusa de que hacía demasiado frío.
La fama nos había cambiado, incluso cuando apenas iba surgiendo. El Damon en frente mío me causaba repentina repulsión, a veces quería lanzarlo por las escaleras cuando se pavoneaba en los pasillos y se creía los halagos vacíos de los demás. Era asombroso como los chillidos de las adolescentes y sus deseos mocosos alimentaban su ego. Su mirada había cambiado, su cabello había cambiado, su sonrisa había cambiado, su voz había cambiado, la manera en que movía las caderas, los brazos, el cuerpo, todo en él se había transformado en una parodia. Hacía que se me estremeciera todo el cuerpo, me hacía querer vomitar. Era el mismo show de siempre. No sólo era un maldito engreído, era un maldito asesino; nos mataba a todos con su actuar. Era como la reencarnación de Narciso. A veces lo cachaba contemplándose en el espejo como si estuviera a punto de besarse en la boca. Quería gritarle, quería hacerle recordar el hombre patético que era, quería lastimarlo de verdad, quería decirle cuánto lo despreciaba, pero no podía. ¡No podía decir nada porque me moría de amor y deseo! ¡Porque jamás había sentido tales cosas! ¡Porque lo anhelaba y lo detestaba! ¡Porque lo quería ver muerto pero también en la cama!
Entonces escuché que golpeaban la puerta urgentemente. ¿Quién más podría ser? Damon. Damon siempre se materializaba en altas horas de la noche. Deseé tener la suficiente fuerza de voluntad para ignorarlo, pero yo era débil. Me levanté pesadamente y me dirigí a la puerta. Al girar el pomo allí estaba él con su estúpida sonrisa y su diabólica mirada. De pronto me hizo acordar del niño cruel y patético que criticó mis zapatos.
– Grah – dijo sin esperar a que le invitara a pasar. Se tendió sobre el sofá, desenfadado.
– ¿Qué haces aquí? – pregunté haciéndome el tonto.
– Oh – movió negativamente la cabeza –. No creas que vengo porque hace mucho frío.
– ¿Entonces?
– ¿Qué te pasa? ¿De pronto odias mi compañía? ¿No somos mejores amigos?
– Quisiera que hiciéramos cosas de amigos siempre, Damon – dije, suspirando –. ¿Qué quieres?
– ¿Estás tomado?
Asentí. Su sonrisa desapareció por un instante, mas surgió de nuevo.
– Voy a ver una chica, Grah – exclamó orgulloso. Como amigo estaba halagado por la confianza pero también, como su amigo, fui herido. Me pregunté por qué tenía que decírmelo. ¿Acaso era otra de sus innumerables advertencias para que no me hiciera ilusiones? ¿Por qué siempre me trataba como el mayor pendejo de todos? Yo entendía muy bien que jamás podría amarme como se debería, yo sabía que no había lugar para un amor como el de nosotros en un ambiente tan jodido.
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𝐃𝐨 𝐈 𝐌𝐚𝐤𝐞 𝐘𝐨𝐮 𝐅𝐞𝐞𝐥 𝐒𝐡𝐲? [𝐆𝐑𝐀𝐌𝐎𝐍]
FanfictionUna historia más donde Graham Coxon y Damon Albarn forjan una especial amistad. Muchísimas gracias a @Dublinesa90 por el compilado de datos sobre Graham, sin ella jamás hubiera podido escribir este fic porque soy una caga' para buscar información.