2° ENTRÓ A LA U.A (CAP)

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Me llevaron al hospital corriendo, una vez allí me llevaron a una sala y en ella apareció una mujer de edad avanzada, de muy baja estatura y lleva una jeringa blanca, la cual posee el tamaño de un bastón, para apoyarse y, en ocasiones, la utiliza para sanar a sus pacientes. Su cabello es grisáceo y está atado con una malla negra con una jeringa blanca en él como adorno.

Su vestuario consta de una blusa de color marrón anaranjado con detalles blancos por la parte del cuello y central con los bordes amarillos dos puntos por la parte superior del mismo color, la cual lleva atada por medio de un cinturón gris con la hebilla color rosa claro y botas altas simples del mismo color rosa que la hebilla del cinturón. También usa una bata blanca de laboratorio por encima de la blusa y un par de guantes amarillos.

Como accesorio lleva algo similar a un casco de color rosa claro, el cual protege las partes laterales de su rostro, y un visor de gran tamaño color morado intenso que cubre sus ojos. Se acercó a mí y me dio un beso en la pierna, no entendía que estaba haciendo, entonces me quito la venda de la pierna y mi herida ya no estaba, se había curado como por arte de magia, quedando una leve cicatriz.

Shiro- ¡Muchas gracias!- sonreí sorprendida

Anciana- No es nada joven, nos vemos en unos meses- me dijo sonriendo dulcemente y marchándose de la habitación

Shiro- ¡Mmm!- asentí con la cabeza sonriendo animada

Después de que la anciana me curase la herida de la pierna nos fuimos de nuevo a casa. En ella estaba nuestro padre tranquilo, en la sala viendo la televisión y tomando té, ni se molestó en ver qué me pasó o porqué no estábamos en casa, le importaba poco, más bien nada.

Fuyumi- ¿Sigues aquí papá?- le preguntó tranquila mientras entrabamos en casa

Papá- ¿Dónde quieres que este sino?- le preguntó serio- ¿Dónde habéis estado vosotros?- nos preguntó un poco molesto

Shoto- Hemos estado en el hospital, Shiro se había clavado un cuchillo en el entrenamiento- le dijo indiferente, incómodo por la presencia de mi padre

Papá- A vale- no le dió mayor importancia al asunto, mis hermanos lo miraron con mala cara y yo me fui de nuevo a la sala de entrenamientos

Fuyumi- ¿A dónde vas Shiro?- me preguntó extrañada mientras me marchaba de allí

Shiro- A entrenar- le dije seria mientras me iba hacia la sala de entrenamiento

Shoto- No hay remedio- suspiró hondo y cruzó los brazos con una expresión triste- siempre va a entrenar aunque le hagan puntos, no hay nada por lo que se pierda el entrenamiento- dijo preocupado, de mientras, yo abrí la puerta de la sala y me paré en seco

Shiro- Es el único momento que no pienso en el pasado y no sufro por ello- cerré la puerta de la habitación con un portazo mientras todos mis hermanos me miraban

Natsuo- ¿Pensando en el pasado?- les preguntó a estos extrañado

Fuyumi- Nunca llegó a superar lo de Touya- le dijo triste, mirando al suelo melancólica

Yo me senté en frente de la puerta de la habitación, suspirando hondo, cansada y triste, siempre he intentando desahogarme con los entrenamientos pero no lo logro del todo, los recuerdos me vienen a la cabeza atormentando mi mente en pesadillas y recuerdos que me encantaría dejar de lado, pero no podía, no mientras creyera que él estaba vivo.

Cuando faltaba un mes para irme a la U.A junto con mi hermano, una tarde como otra cualquiera, tocaron a la puerta de casa. Yo estaba entrenando sin saber que pasaba y centrada en estos cuando Fuyumi me llamo de repente, no sabía que quería pero pare los muñecos de entrenamiento y me dirigí hacia la sala de estar.

UNA FAMILIA ROTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora