🏩 Prólogo

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Tn se quitó la toalla que cubría su cuerpo, se colocó su ropa interior y se pasó algo de crema, tomó su ropa y se vistió: una blusa blanca de tirantes y una falda rosa y recta de mezclilla; se quitó la toalla en su cabello y fue al baño para conectar la secadora y secarse el cabello, lo cepilló y se maquilló con algo de base, rubor, delineado de ojos negros, un poco de sombra rosa pálido, y algo de brillo labial rosa. Sonrió. Regresó a su cuarto, se echó algo de perfume y se colocó algunas joyas: collar, anillos y aretes. Tomó su bolso y guardó en él su billetera, teléfono y llaves, tomó una chaqueta y zapatillas blancas y bajó las escaleras; se colocó ambos y salió de casa. Frente de su residencia la esperaba un vehículo blanco descapotable. 

– ¡Chicas! –saludó, sonriendo.

Subió a él y saludó a sus amigas. La joven al volante, la mayor de todas, comenzó a conducir.

– ¿A dónde vamos primero?

– Vamos a almorzar, tengo hambre.

– Bien, pero que no sea alguno de esos restaurantes de comida rápida que te sirven pura comida grasosa. Estoy a dieta.

– Igual yo.

– Y yo.

– Puff...Son aburridas, viven a dieta.

– Obvio, así es como nos mantenemos.

– Al contrario de ti... –murmuró.

– ¡Te oí!

– Chicas, ya –intervino Tn.– No se peleen por comida, están siendo ridículas –rió.

– Ella tiene razón. Cierren la boca.

– Bien... –dijeron las demás.

– Comamos lo que sea y vamos por ahí.

– Entendido.

La joven Satō sonrió mientras negaba con la cabeza.


Tn iba a una escuela privada de alto nivel y era de las chicas populares, sus notas eran las mejores, posicionándola en el primer puesto y el cuadro de honor, y era muy bonita, pensaba meterse en las porristas cuando el nuevo año escolar comenzara. Estaba bien posicionada económicamente también, al igual que todas y todos sus amigas y amigos, todos eran los clásicos "niños mimados"; los chicos hacían grandes fiestas cuando sus padres no estaban en casa y las chicas salían de compras cada semana. Tn amaba su vida, era perfecta, tanto como ella...o como ella intentaba ser.

[Noche]

El vehículo se detuvo delante de la casa, mientras las chicas reían y la música sonaba alta. Tn bajó de este y miró a sus amigas.

– Entonces...nos vemos mañana.

– ¡Nos vemos, princesita! –rió.

– No olvides que iremos de compras.

– Prepara tus tarjetas de crédito –rió.

– Claro –rió, rodando los ojos.– Las veo mañana, sluts –movió la mano, saludando.

– ¡Bye, Boss Bitch!

Las chicas comenzaron a reír. La joven rió también y giró, para ingresar a casa.

– ¡Estoy en casa! –avisó.

Se quitó los zapatos y se adentró a la residencia, viendo a su madre bajar las escaleras.

– Te estaba esperando, ¿Dónde estabas?

– Salí con las chicas y cenamos juntas, te lo dije ayer.

– Claro...Bueno, si ya comiste ven conmigo, tenemos que hablar.

– Esas palabras nunca son buenas –rió.

– Ciertamente –sonrió.– A mi despacho, ahora.

– Sí, madre.

La mujer giró y volvió a subir los escalones que había bajado; la menor tomó aire y la siguió. Ambas se encaminaron al despacho de la mayor, entraron a él y, tras cerrar la puerta, tomaron asiento en los sofás del lugar. La empleada de la casa ingresó al despacho empujando un carrito, se acercó a ambas y les sirvió una taza de té a cada una, para luego retirarse y cerrar la puerta a sus espaldas, dejando a madre e hija a solas de nuevo

– ¿Qué sucede, madre? –preguntó, revolviendo el edulcorante en su té.

– Tn, sé que entrarás al último año de secundaria y lo que te diré probablemente lo tomes de manera negativa, pero confío en que no arruine negativamente tu promedio escolar y en tus recitales de piano.

– ¿Ah? –ladeó la cabeza a un lado.

– Vamos a mudarnos, Tn.

– ¿...Qué? –murmuró con sorpresa.

– Kunugigaoka. Es el pueblo donde nací y crecí. Te aclaro que no es que yo quiera volver allí, sino que es por cuestiones laborales.

– P-Pero...Madre, entiendo que tu trabajo sea importante, pero yo...tengo mis amigos aquí, mis amigas, es mi último año de secundaria.

– Lo sé, pero confío en tus habilidades de adaptación.

– Pero-

– ¿Si, Tn? –sonrió, de manera sombría.

– ...

La joven calló, tragando saliva; cuando su madre usaba aquel tono de voz y sonreía de aquella forma siniestra, era peligroso.

– ¿C-Cuándo...nos mudaremos?

– Pensaba en que nuestra mudanza se efectuara el sábado por la mañana, pero...me han contactado por la tarde. El sábado por la noche habrá un evento importante, de gente bien posicionada por supuesto, y me han pedido que, por favor, asistas a tocar el piano –sonrió, orgullosa.– Pagaran bien, muy bien, y conocerás personas muy importantes.

– Está bien, madre.

– ¡Perfecto! –juntó sus manos.– Compré un vestido para el evento, lo dejé en tu cama. Míralo, pruébatelo, si hay que cambiarlo podemos hacerlo. Debes verte como la princesa que eres para el evento.

– Sí, madre.

– Muy bien. Entonces, en cuanto a la mudanza...será el lunes, alrededor del mediodía.

– Entendido, madre.

– Así que ve preparando tus cosas y despidiéndote de tus amigas. Cuando estemos en Kunugigaoka podrás volver a Tokyo los fines de semana o en vacaciones para verlas, no habrá problema con eso, estamos a una hora de allí.

– Sí, madre –bebió.

– Bien. Ve a ver el vestido.

– Sí, madre.

Tn terminó la taza de té, la dejó en la mesa delante del sofá y se levantó, hizo una reverencia, salió del despacho de su madre y se dirigió a su cuarto. Se acercó a la cama, movió a un lado la caja que contenía el vestido nuevo, y se dejó caer en ella.

– Maldita sea... –murmuró, hundiendo su cara contra el colchón.


Tn quería a su madre, apreciaba el duro trabajo que ella había hecho siendo madre soltera y la parte importante de una grande empresa; pero claro, su madre también tenía su "lado oscuro", si se molestaba era peligrosa, tenía que hacer lo que ella dijese y sin chistar. Cuando la castigaba, los castigos eran muy del siglo pasado, por ello trataba siempre de ser la hija perfecta para ella. Pero, a pesar de todo, se llevaban bien; su madre le daba buenos consejos, y podía hablarle a veces de sus problemas como si fueran amigas, no había problemas entre ellas mientras cada una ocupe su puesto: hija perfecta, madre perfecta.

Detention 🏩 Gakushū AsanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora