Detention 🏩 Gakushū Asano

🏩 25

Gakuhō iba en su vehículo negro rumbo a la escuela, cuando de pronto vio algo en el parque que llamó su atención.

– Oh, deténgase aquí, por favor –pidió al conductor.

– Sí.

El conductor estacionó junto a la acerca, apagó el motor y bajó, para abrirle la puerta a su Jefe. El Director bajó, se adentró al parque y se acercó a un vagabundo sentado en un banco de madera.

– Hola –sonrió.– Es bueno ver que estás bien como siempre. Aunque puedo sentir en el aire que esta ciudad está cambiando –sacó su billetera.– Y tengo la sensación de que este cambio me atraerá algo de dinero, aquí tengo algo para ti –sacó unos billetes de ¥10000 y los arrojó en el suelo.

Aquel errante se arrojó al suelo, tomando desesperadamente los billetes.

– Úsalo en las apuestas que tanto te gustan –se agachó junto a él, sonriendo con malicia.– Esa es la única cosa en tu vida que pueden hacerte sentir bien...después de todo, fui yo quien te hizo lo que eres ahora.

[Kunugigaoka Junior High School]

[Oficina del Director]

Tras llegar a la escuela e ir a su oficina, Gakuhō tuvo una reunión con dos agentes del Ministerio de Defensa, a quienes planeaba sacarle más dinero.

– Espere un segundo, ¿Podría repetirlo una vez más? –pidió la agente.

– Necesito otro billón –dijo sonriente.– A partir de ahora el asesinato entra en su fase terminal, ¿No? No podemos predecir qué pueda ocurrir. Debo considerar el riesgo de mis estudiantes...además es costoso guardar todo esto en secreto. He vivido mucho tiempo en esta ciudad y puedo sentirlo: Están realizando algún tipo de plan a gran escala.

– Pero es no significa-

– Suficiente, Sonokawa –interrumpió Karasuma.

– ¿Cuántas veces hemos estado aquí para callarlo con dinero? ¡Para cuándo llegue marzo, le habremos pagado más de lo estipulado en la recompensa!

– No olvides que él gentilmente nos permitió usar esta escuela.

La mujer bajó la cabeza, frunciendo el ceño.

– Deposítenlo en mi cuenta, por favor.

Ambos agentes se despidieron haciendo una reverencia y salieron de la oficina. Y antes de que la puerta se cerrase, alguien más ingresó, llamando la atención de aquel hombre.

– Ohh~ –sonrió.– Qué agradable sorpresa, Noemi.

Noemi sonrió de lado, cerrando la puerta tras su espalda, y se acercó a él.

– "Otro billón", "asesinato", "secreto"... ¿Por fin me dirás qué es lo que sucede en esta escuela?

Él frunció el ceño, no esperaba que ella haya escuchado la conversación.

– Te lo dije, es un secreto de Estado.

– Agentes del Ministerio de Defensa en tu oficina pagándote para guardar un secreto de Estado... ¿Es por lo que destruyó la Luna?

– No sé de qué hablas –sonrió.

– Por favor, no me tomes de tonta. También escuché los rumores sobre un "pulpo amarillo".

La mujer dio vuelta al escritorio y subió sobre él, sentándose en él delante de su amante, cruzando una pierna sobre la otra; sacó un cigarrillo, lo colocó entre sus labios y lo encendió, para luego tomarlo y soltar el humo delante del rostro del contrario.