¿Solamente amigos? (Draco Malfoy)

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Draco irrumpió en la cocina, con la respiración agitada.

El cabello le caía desordenadamente a los lados, y tenía una expresión de miedo.

Se pasó la mano por el cabello tratando de acomodarlo...

Pero cuando me vio... cuando me vio sus ojos se iluminaron. Comenzó a caminar hacia mi sin decir palabra alguna, solamente viéndome fijamente.

— ¿Quieres ir arriba? — habló por fin.

Asentí, y me levanté del sillón. Me despedí de Cissy con la mano, y comencé a seguir a Draco por las escaleras.

Abrió la puerta de su habitación y se hizo a un lado permitiéndome entrar, para después entrar él y cerrar la puerta detrás suyo.

Draco miro a mis clavículas buscando el collar que el me había regalado junto a la D y el anillo de compromiso.

Entendi su mirada y saqué el collar de entre mi ropa, para que él lo pueda ver.

Draco dejó salir un suspiró.— ¿P...por qué no has respondido mis cartas, Nella? — desvió la mirada y comenzó a jugar con sus anillos.

— No tenía tiempo, he estado ocupada.— mentí.

— Mientes.— declaró con serenidad.

— ¿Por qué tendría que mentir?

Dejó salir una risa sarcástica y volvió a mirarme a la cara.— ¿No tenías tiempo? ¿No tenías tiempo? — gritó —. ¿Qué tanto puedes hacer en una maldita mansión, sola y con más de 4 Elfos a tu disposición?

Me senté sobre su cama, dejé descansar mis manos a los costados de mi piernas y bajé la mirada. No sabía qué decirle. Pero decirle sobre mi padre no estaba en mis planes.

— Tenía que acomodar algunas cosas.— volvi a mentir.

— ¿Por qué mientes, Antonella?

— No estoy mintiendo, Draco.

Sin darme cuenta Draco ya estaba más cerca de mi, agachado entre mis piernas. Tomó mi barbilla entre sus manos e hizo que lo mirara.— Dime qué pasa...

— Nada...

— ¿No quieres casarte conmigo?

— ¿Qué dices? — sacudí la cabeza —. No, nada de eso.

— ¿Entonces? ¿Qué mierda me estás ocultando, Antonella?

— Draco... por favor.

— ¿Por favor qué? Volveré a preguntar... y no quiero mentiras. ¿Por qué no contestabas mis cartas? ¿Qué mierda era más importante que responder mis cartas?

— Draco...— el labio inferior comenzó a temblarme, mis ojos se llenaron de lágrimas. No pude mirarlo a los ojos, desvíe la mirada y comencé a jugar con mis dedos en mi regazo.

— ¿Nella... qué está pasando?

— Por favor... deja de preguntarme, por favor.

— ¿Has estado con alguién más?

Fruncí el ceño y me levanté, alejándome de Draco.— ¿Estar con alguién más? ¿Me estás jodiendo? ¿Crees qué tengo tiempo para estar con alguién más? ¿Crees qué soy ese tipo de persona? — una lágrima se deslizó por mi mejilla —. Te he permitido todos estos meses hablarme y tratarme como se te daba la gana, pero ya no Draco, ya no.

Draco rodo la lengua en el interior de su mejilla. Ambas manos estaban a los costados de sus caderas, sin mirarme.

— No dejaré que vuelvas a hablarme de esa manera, Draco.— levanté un dedo acusador hacia él.