Todos mirábamos la escena expectantes, casi sin respirar.
— Draco.— escuché la voz de Lucius.
Gire un poco la cabeza y allí estaba Draco. Detrás mío, con la cara pálida y manchada, y la expresión inexpresiva.
— Draco.— volvió a llamarlo su padre, pero él no se inmutó. Siguió allí, viéndolos fijamente sin moverse.
Me puse a su lado y rocé levemente su mano, dándole a entender que estaba aquí. Siempre iba a estar para él, no importase qué.
— Draco — está vez su madre lo llamó su madre. Note como Draco se tensaba y tragaba saliva. Volteó la cabeza un poco al verme y sus ojos se cristalizaron —. Draco, por favor...— suplico su madre. Entonces él comenzó a caminar hacia Narcissa, sin mirar atrás.
La mujer lo tomó de la mano y salieron del gran comedor junto a Lucius, perdiéndose.
De repente, un resplandor rojo y dorado irrumpió por el techo encantado del Gran Comedor, al mismo tiempo que una porción del deslumbrante disco solar aparecía sobre el alféizar de la ventana más cercana. La luz les dio en la cara a Harry y al Señor Tenebroso, y de pronto la de Voldemort se convirtió en una mancha llameante. El Señor Tenebroso chilló con aquella voz tan aguda, y Harry también gritó, encomendándose a los cielos y apuntándolo con la varita.
— ¡Avada Kedavra!
— ¡Expelliarmus!
El estallido retumbó como un cañonazo, y las llamas doradas que surgieron entre ambos contendientes, en el mismo centro del círculo que estaban describíendo, marcaron el punto de colisión de los hechizos.
Logré ver cómo el chorro verde lanzado por Voldemort chocaba contra su propio hechizo, vi cómo la Varita de Saúco saltaba por los aires — oscura contra el sol naciente —, girando sobre si misma hacia el techo encantado como antes la cabeza de Nagini, y dando vueltas en el aire retornaba hacia Harry Potter. Harry la atrapo con la mano libre, al mismo tiempo que Voldemort caía hacia atrás, con los brazos extendidos y aquellos ojos rojos de delgadas pupilas vueltas hacia dentro. Voldemort cayó en el suelo con prosaica irrevocabilidad, el cuero flojo y encogido, las blancas manos vacías, la cara de serpientes inexpresivas y sin consciencia. Voldemort estaba muerto, lo había matado su propia maldicion al rebotar. Harry Potter se quedo allí inmóvil con las dos caritas en la mano, contemplando el cadavér de Voldemort.
Hubo un estremecedor instante de silencio en el cual la conmoción de lo ocurrido quedó en suspenso. Y entonces el tumulto de desató alrededor de Harry: los gritos, los vítores y los bramidos de los espectadores vendieron en el aire. El implacable sol del nuevo día brillaba sobre todos. Los primeros en llegar a su lado fueron Ron y Hermione, enseguida llegaron Ginny, Neville y Luna, y a continuación los Weasley y Hagrid, y Kingsley, y McGonagall, y Filwick, y Sprout...
Todos intentando abrazarlo, apretujarlo, felicitarlo y darle las gracias.
Sentí a mi lado una figura y volteé a ver a Theo, el cual se inclinó y besó mi cabeza.— No te sientas fuera de lugar — dijo. Y justo eso era lo que estaba sintiendo. Me estaba sintiendo fuera de lugar, como si yo no pertenecía a esa gente tan feliz. Aunque yo también estaba feliz. Estaba feliz de ahora llevar una vida mejor.
— No lo hago.— menti y sostuve su mano entre la mía.
— Hiciste lo correcto. Confiaste en las personas correctas.— aseguró.
— Supongo que sí.
— ¿Ya viste? Todos los Mortifagos derrotados, bueno... excepto por los Malfoy porque huyeron. Tal vez nosotros también estaríamos muertos.
— ¿Qué crees que les suceda? — pregunte con curiosidad.
— No lo sé, enana. Pero nosotros estamos bien o eso creo.
— Lo estamos, Theo. Hemos vencido.
El sol fue ascendiendo por el cielo de Hogwarts y el Gran Comedor se llenó de luz y de vida. A medida que transcurría la mañana iban llegando noticias: los que se encontraban bajo la maldición Imperius — magos de todos los rincones del país — habían vuelto en sí; los Mortifagos que no habían sido capturados huían; estaban libertando a todos los inocentes de Azkaban; a Kingsley Shacklebolt lo habían nombrado provisionalmente ministro de Magia...
El cadave de Voldemort fue trasladado a una cámara adyacente al Gran comedor, lejos de los cadaveres de Fred, Tonks, Lupin, Colin Creevey y otras cincuenta personas que habían muerto combatiéndolo. La profesora McGonagall volvió a poner en su sitio las mesas de las casas, pero ya nadie se sentaba según la casa a que pertenecía, sino que estaban todos entremezclados: profesores y alumnos, fantasmas y padres, centauros y elfos domésticos. Firenze se recuperaba tumbado en un rincón, el gigante — llamada Grawp, perteneciente al Ejército de Dumbledore — contemplaba el exterior por una ventana rota, y la gente comía entre risas.
— Me alegro que hayan elegido estar con nosotros.— Kingsley se acercó a mi y a mi hermano, con una sonrisa cálida plasmada en su rostro.
— Yo también.— me escuché decir.
— ¡Ooo! ¡Miren, un blibber maravilloso! — Luna exclamó y señaló hacia los jardines. Todos volvieron la cabeza hacia los jardines, buscando aquel "bibbler" que probablemente ni existía.
Al parecer todos estaban felices. Al igual que yo y Theodore.
Que poco tiempo después al igual que mucha gente volvimos a nuestra casa.
Todavía tenía ese ambiente denso que costaba respirar, estaba en penumbras aunque había sol por todas partes.
Así que lo único que me ocurrió fue limpiar y desechar cosas que ya no servían. Tal vez hacer una remodelación a la casa y estar más tranquila.
— Solos contra el mundo.— escuche a Theodore bromear.
— Solos contra el mundo.— repetí.
— Volverá, Nella, volverá.— se refería a Draco.
—-
Con el pasar de los dias había escuchado que, debido a que los Malfoy desertaron de los Mortifagos al ultimo fueron perdonados por sus crímenes después de la derrota de Voldemort.
Lucius evadió Azkaban al proporcionar evidencia contra sus compañeros Mortifagos y ayudando a su captura.
Escuché también que Draco había dejado Londres junto a su madre, yéndose no sé a dónde por algún tiempo.
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¿Solamente amigos? (Draco Malfoy)
Fanfiction¿Solamente amigos? Antonella Nott y Draco malfoy, creen que pueden jugar un poco sin enamorarse, ¿será eso posible? O llegarán a algo más. - Todo va a estar bien, Draco. Saldremos de esta. - No me preocupo por mi, Nott. Me preocupó por ti.