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Después de una larga búsqueda en la que el Alfa Taehyung tuvo que acompañar a los mejores soldados seguido de Hoseok, quién les guió por el perímetro que habían recorrido cuando los Omegas rebeldes los atacaron, seguido de algunos Alfas que lograr...

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Después de una larga búsqueda en la que el Alfa Taehyung tuvo que acompañar a los mejores soldados seguido de Hoseok, quién les guió por el perímetro que habían recorrido cuando los Omegas rebeldes los atacaron, seguido de algunos Alfas que lograron robar algunas armas, pero toda la búsqueda fue en vano cuando no encontraron nada, como si la tierra se los hubiera tragado, un rabioso Emperador regresó a la base después de un largo viaje de vuelta.

Permaneció con la mirada fija en su copa de vino, moviendo su mano con parsimonia y elegancia. Los minutos se volvían eternos, observando con la expresión fría y sin emociones por la llegada de Yoongi, en la base todos realizaban sus actividades pero Hoseok y él permanecían en su oficina privada esperando la llegada del Alfa.

Habían pasado dos días desde el anuncio de su llegada del conde Yoongi, uno de los pocos que habían quedado en la región de Corea la familia de este eran muy cercanos con los Kim, por lo cuál su título no fue retirado cuando Taehyung ascendió al trono como Emperador.

Cuando el sonido de una trompeta seguido de algunos soldados escoltando al Conde hicieron acto de presencia en la entrada principal de la base, una jaqueca inevitable llegó al joven Emperador, suspirando, esto iba a ser eterno.

-¿Me estás escuchando al menos? -preguntó el Omega Jimin, observando de reojo al joven Jungkook.

Jungkook estaba sumido en sus pensamientos, agradecía tanto a la diosa Luna que ese bruto Alfa no hubiera llegado al palacio o mejor aún a esa celda o calabozo, no estaba completamente seguro, lo importante era que su cuerpo había descansado, se sentía un poco mejor.

No entendía la insistencia de Jimin por hablar con él, le reconfortaba no tener que pasar tiempo solo en ese oscuro lugar, la suave y gentil voz del Omega mayor le brindada compañía y tranquilidad.

-Lo hago joven Jimin -respondió en voz suave y pausada como si hablar le causara una enorme pereza.

-Oh vamos, Jungkook, deja la formalidad, dime Jimin -animó el chico, golpeando levemente el hombro del Omega.

-Jimin-ssi -repitió, mostrando una leve sonrisa de conejo, un poco más relajado.

-¡OYE! -atacó el más bajo -Yo podría ser mayor que tú -bufó regañando a Kookie.

El aludido sólo se limitó a soltar una risa, una muy sincera, una que hace mucho no se sentía en la libertad de mostrar pero Jimin había sido tan terco en hacerle compañía y estar con él que solo accedió.

-Gracias -habló por fin con sus gestos llenos de alivio.

Por primera vez en todo ese tiempo Jimin deseo que el chico permaneciera con esa sonrisa siempre en su rostro y el simple hecho de agradecerle a pesar de lo que estaba sufriendo demostraba lo humilde, sencillo y corazón dulce que era el chiquillo Omega, tomó su mano con delicadeza y con una sonrisa comprensiva intentó transmitirle algo de seguridad.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐓𝐄𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 - 𝗧𝗔𝗘𝗞𝗢𝗢𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora