❝Tienes un olor exquisito, creí que tu maldita raza había sido exterminada pero te conservare como mi nuevo juguete.❞
La raza Omega ha sido exterminada, el Imperio de los Alfas ascendió al poder luego que un brote extraño hiciera que los Omega perdi...
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Jimin se encontraba con sus piernas recogidas abrazandolas y su cabeza ligeramente recostada sobre sus rodillas, suspirando de vez en cuando. No había vuelto al palacio desde el incidente con Jungkook en el bosque, él sabía dónde habían ido porque él a veces también visitaba ese viejo árbol milenario cuando necesitaba la compañía de alguien que no fuera de ese mundo, únicamente alguien que le brindara un poco de confort. Yoongi se acercaba a él de vez en cuando pero rehuía a su contacto porque no se sentía capaz de verle a la cara, no entendía por qué sentía eso.
Era de noche, el invierno se acercaba y viento frío le helaba hasta los huesos. Todos se encontraban escondidos y él como todas las noches necesitaba salir a caminar un poco o sentía que se volvería loco. Sus pies empujaban las hojas del piso que también deseaban ser libres de las ramas así como él a veces lo necesitaba. Se abrazó a sí mismo comprendiendo la sensación de desolación en un lugar donde alguien como él a veces no tenía cabida.
No se percató qué tanto tiempo habrá caminado, cuando se acercó a un acantilado todo aquel prado nocturno digno de una pintura le dió la bienvenida, las criaturas nocturnas armaban una orquesta entre los árboles. El sonido de una pisadas lo pusieron alerta pero no era nada pues después de un rato Yoongi apareció extendiendo sus grandes alas flotando frente a él, Jimin volteó rehuyendo su mirada.
—¿Qué pasa Jimin?
—Nada, Yoongi...—la voz del chico salió como un silbido en el aire pero para Yoongi no fue difícil escucharlo.
—Entonces por qué no me miras.
—No puedo —negó con su cabeza.
Jimin tuvo que retroceder unos pasos ante la presencia de Yoongi descendiendo del aire y apoyando sus pies en el pasto caminando hacía él. Yoongi lo sujetó entre sus brazos.
—Yoongi ¡Basta!
Más el hombre no se detenía, únicamente lo sostuvo entre sus brazos aunque intentaba escapar sus intentos eran en vano hasta que envolvió a Jimin entre sus alas y quedando ambos encerrados como en un capullo de mariposa.
—Yoongi, estoy tan avergonzado, huí de ti, sabiendo que tenía que casarme, fui un cobarde porque tenía tanto miedo, tanto miedo pero no eres malo, eres gentil, amable y muy considerado, yo no te merezco, por favor... ¡Más ahora que tiempos terribles se acercan!
Y así era el cielo estaba cambiando, incluso el aire del ambiente era diferente algo se aproximaba y todavía no podía entender que era.
—Jimin, deja de decir tonterías, hiciste todo por supervivencia, aunque me hubiera gustado la verdad desde un inicio, así no te hubiera buscado durante tanto tiempo sabiendo que estabas tan cerca.
—Siempre creí que mi misión acabaría cuando ayudará a qué la profecía se retrasara pero Yoongi, Taehyung no sabe nada y.— Le mostró una cicatriz que aún estaba terminando de curarse. — Él me lastimará si voy en contra de su voluntad, prometí que le ayudaría a saber la respuesta de la plaga que azotó a todo el reino pero la respuesta de todo es el chiquillo ¿Verdad?
