❝Tienes un olor exquisito, creí que tu maldita raza había sido exterminada pero te conservare como mi nuevo juguete.❞
La raza Omega ha sido exterminada, el Imperio de los Alfas ascendió al poder luego que un brote extraño hiciera que los Omega perdi...
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"Los ojos no saben guardar secretos"
Sus movimientos cada vez más bruscos y su respiración errática fue suficiente para que SeokJin se despertará de golpe en su lugar, el suelo era aún más frío esa noche y mientras todos descansaban solo la luz de la luna se colaba entre los huecos en la cueva. Sus facciones se relajaron pero no podía evitar tener un mal presentimiento, su mente estaba con Jungkook, estaba demasiado preocupado por el chico, había fallado en su principal mantenerlo a salvo y apartado de todo el mal, aquel que en su mundo debió existir, Kook era un jovencito Omega demasiado dulce y bueno, no tenía la culpa de haber nacido con un destino del que cualquiera quisiera escapar.
Necesitaba un poco de aire fresco por lo que en el sigilo de la noche salió de la cueva que durante días había sido su resguardo, esperaba que fuera de los animales salvajes pero no, había un peligro mucho más grande acechando, miró la luna que brillaba en su esplendor en lo alto del cielo, como un recordatorio de que estaba siempre ahí en la noches para brindar consuelo.
Un suspiro pesado salió de su boca y un extraño sentimiento lleno su pecho y donde se suponía debía estar su corazón comenzó a latir con fuerza, sostuvo su pecho con puño cerrado sobre este y el aire le faltó por un momento "¿Que rayos?" pensó. Los pasos detrás de él y la mirada de NamJoon con un brillo de preocupación en ellos, le enterneció, sostuvo la mano del Alfa y con cuidado sus músculos se relajaron.
—¿Qué sucede? —preguntó NamJoon, observando detenidamente el rostro de SeokJin.
Algo que Jin admiraba de Nam era esa manera tan peculiar de poder leerlo con facilidad, era un Alfa que analizaba todo su entorno y podía llegar a crear estrategias de escape para ellos cuando la situación lo requería. A veces se sentía mal por arrastrar a ese Alfa con él, NamJoon tenía un futuro prometedor en el grupo de cazadores de rebeldes en el cual le conoció.
Miró sus ojos de vuelta y el brillo permanecía ahí, como siempre. Le sonrió, a Nam le gustaba que Jin sonriera incluso fuera por un segundo. Porque desde que se lo encontró esa noche donde viajaba custodiando a Jungkook y su deber era asesinarlos a ambos por ser un comandante del Emperador Kim, más NamJoon no lo hizo, más bien algo lo obligo a ayudarlos, lo recordaba bien.
SeokJin caminaba con rapidez, esa noche parecía que no estaba al favor de ninguno de los dos, Jungkook a tropezones y pasos torpes se abría camino entre los matorrales y los enormes árboles que lograban camuflarlos solo cuando la luz de la luna no los iluminara, el sonido de los caballos galopar y los gritos a su alrededor "mierda, mierda y mil veces mierda" pensó. No quería que los atraparan y tener que perder a Jungkook, eran rebeldes según la sociedad de Alfas pero ellos eran mucho más que unos rebeldes; SeokJin tiró con fuerzas del brazo de Jungkook logrando que el chiquillo se tambaleara y cayera al suelo, el eco de ese sonido provocó alerta pues escuchó el sonido de los galopes salvajes de un caballo y lo siguiente fue una silueta sobre un caballo observándolos, desenvaino el filo de su espada que brillo ante la luz de la luna y SeokJin temió lo peor.
