❝Tienes un olor exquisito, creí que tu maldita raza había sido exterminada pero te conservare como mi nuevo juguete.❞
La raza Omega ha sido exterminada, el Imperio de los Alfas ascendió al poder luego que un brote extraño hiciera que los Omega perdi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jungkook vagaba por los enormes bosques del reino, el olor a quemado llegó a sus fosas nasales, corrió buscando ese lugar, como si el anhelo lo llamará y ahí estaba. Ese lugar que recordaba a veces en sus sueños pero todavía no lograba identificar con certeza. Solo observo un niño pequeño salir corriendo junto con otra persona, el sonido de un quejido femenino captó su atención y se acercó por alguna razón a aquella choza que ardía en llamas y cuando su figura se visualizo en la puerta, observó a una mujer en los escombros, ambos se miraron, ella derramó lágrimas.
—Volviste por mi. —la mujer extendió su mano literalmente lastimada hacía la puerta.
Jungkook sintió la necesidad de ir corriendo hacía ella y lo hizo, tiró de la mujer sin temor y la sacó de ese lugar, yendo hacia una dirección desconocida. La dejó recostada sobre un enorme árbol, camuflandose ambos en la oscuridad.
—Mi lindo Jungkook, mi niño, mi vida hermoso, estás vivo. —la mujer le tocó completamente hasta su rostro.
—Tú... ¿Quien eres? —preguntó dubitativo el chiquillo.
—¿No lo sabes?
El chiquillo negro y la mujer lo miró con comprensión, besando su frente repetidas veces.
—Entonces es mejor así, acabas de cambiar una parte del pasado sin siquiera considerarlo, lo estás haciendo bien mi niño, nos volveremos a ver en un futuro, mientras tanto... —la mujer le cerró los ojos obligando a regresar.
Jungkook despertó de golpe, aunque le fue difícil más si tenía al Alfa sobre él, durmiendo profundamente. Se removió ligeramente inquieto, intento escapar de los brazos del Alfa y justamente cuando estaba a punto de hacerlo, Taehyung tiró de él con fuerza, sus ojos brillaron con recelo.
—No voy a escapar, solo necesito un poco de aire.
El Alfa por alguna razón lo dejo ir y volvió a quedarse dormido, Jungkook cubrió su desnudez con una sábana de seda. El reino era tan grande, tan espacio y el no podía ser libre, siempre se sintió fuera de ese lugar, corriendo y disfrutando de la naturaleza. Pero el caso no era ese, ahora era un prisionero, uno que sin querer había caído en los brazos de un ser que parecía despiadado pero en el fondo también era alguien roto, alguien que necesitaba ser comprendido y acompañado en ese lugar tan solitario.
Porque ambos eran como las estrellas que no se juntan siempre pero tienen que acompañarse para alumbrar a aquellos que son más desdichados que ellos. Jungkook extendió su mano al cielo, imaginando que podía sujetar una estrella. Se sentó en uno de los pilares de esa enorme torre del castillo, sus pies colgaban y el solo podía imaginar una vida mejor para el futuro.
Cómo pequeños destellos unas estrellas descendían hasta él, rodeándolo como si fuera el eje de un universo que no podía conocer, cuando intento tocarlas estás huían como si jugarán con él, Jungkook se propuso atrapar una de las estrellas por lo que comenzó a correr por todo el balcón de la torre, por primera vez se sentía libre capaz de alcanzar el cielo.
Las risas se detuvieron cuando Taehyung apareció por el enorme ventanal atrayendo con un rápido movimiento la estrella a su mano y sosteniendola. Jungkook se detuvo mirando directamente al Emperador y únicamente volteó un poco avergonzado.
—¿No vas a continuar? Pareces muy divertido.
Jungkook asintió lentamente un poco avergonzado y Taehyung le lanzo la estrella esquivando. Jungkook le lanzo una mirada desaprobatoria pero las estrellas imitaron esa misma acción y se lanzaban contra el joven, pronto Jungkook comenzó a reír jugando con ellas. Había olvidado que era observando por Taehyung y por un momento tropezó esperando que el golpe llegara pero cuando el brazo de Taehyung lo sostenía desde su vientre evitando que su cuerpo se golpeara volteó a mirarlo y en la luz de la luna, visualizando sus facciones tan delicadas sintió el rostro caliente hasta las orejas, se había sonrojado y eso era tan molesto, lentamente se apartó agradeciendo en voz baja por el bochorno.
—Eres lento, tienes que ser más rápido y prever los movimientos de tu oponente.
—Me enseñarías... Yo quiero prepararme para futuros peligros.
Taehyung lo miró dubitativo y finalmente asintió. —Ven, volvamos a la cama.
Jungkook negó con la cabeza y volvió a su lugar donde antes se encontraba observando las estrellas que regresaban en fila, casi imitando como una pequeña reverencia hacia él. Taehyung se acercó y sin pensarlo demasiado, sujetó la cintura del joven y también observo el cielo.
—Siempre me pregunte cuál sería mi rol en el mundo, por qué estaba aquí y hasta el día de ahora aún no lo he encontrado, solo quisiera ser libre, encontrar quien soy, mi lugar en el mundo. ¿No te sucede?
—No, yo estoy aquí para cumplir un deber que se me fue dado y que también acabará contigo.
—¿Sin importar el resultado, no me dejaras con vida no es así?
Taehyung negó, brindando un leve apretón a la cintura de Jungkook. Tirando de este para cargarlo entre sus brazos, mientras él sujetaba el cuello del Alfa, tocando especialmente dónde su herida ya estaba por sanar, su herida, no entendía por qué, pero cuando vio a Taehyung tan moribundo quiso sanarlo, no quiso que se muriera y eso realmente le dolía en su ego, intentó escapar y aún así cuando tuvo la oportunidad de acabar eso, no lo hizo. Comenzó a llorar en silencio hasta que su cuerpo terminó en aquella enorme cama, Taehyung no decía nada únicamente deslizaba sus dedos largos por la mejilla de Jungkook, limpiaba sus lágrimas.
Porque si Taehyung también lo pensaba, algo dentro de él había cambiado, no entendía que era, especialmente porque sentía que conocía a ese chiquillo que cayó en sus manos y se convirtió en su juguete pero ahora no deseaba tratarlo como tal y también era molesto el no saber la razón.
