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Sus párpados pesaron con la luz tan resplandeciente

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Sus párpados pesaron con la luz tan resplandeciente. El viento y el sonido tan lejano a la realidad le parecía demasiado ajeno al castillo donde había permanecido cautivo.

Sus ojos se adaptaron a su entorno, todo era diferente, era un enorme prado que parecía sacado de algún lugar de fantasía, pero por alguna razón conocía ese lugar.

Volteó su rostro en dirección a la otra figura que yacía abrazada de sus piernas, sus ojos completamente rojos del llanto, estaba tan sumido en sus pensamientos que ni siquiera notaba que Jungkook le miraba.

El viento soplo y los pétalos de las rosas del prado desprendían de su tallo, como los pájaros que dejan el nido para explorar el mundo.

—Jimin...¿Esta bien? —preguntó el jovencito un poco aturdido.

Estaba tan distraído queriendo saber si su amigo Omega estaba bien, que no se percató que estaba brillando, sí, Jimin brillaba como el sol resplandeciente y lleno de vida. Pero su rostro era una historia diferente.

Algo inquietó a Kook, especialmente cuando Jimin no respondió, simplemente se limitó a observarle sin abrir la boca solo dejando que las lágrimas del joven príncipe mojaran sus mejillas.

—Lo siento, Jungkook, necesito estar solo, puedes ir a ese árbol —señaló a unos cuantos metros en un pequeño cerro el único árbol existente. —Él te regresará con Taehyung, yo... Debo quedarme aquí, no preguntes nada, no me cuestiones solo hazme caso, por favor.

Habló con voz lastimera y quebrada, algo ocultaba y Jungkook lo sabía bien pero no quería incomodar al Omega así que simplemente se limitó a seguir el paso de la pradera, sintiéndose libre por primera vez, sintiéndose en su hogar.

Sentado en su trono, el Emperador Taehyung, observaba con el ceño fruncido y con una terrible jaqueca la expresión decidida del Conde Min, después de los últimos acontecimientos tenía que cuidar muy bien sus palabras.

Puedes decirme lo que quieras, puedes incluso destruirme pero sé que al que vi salir de esa habitación fue a Jimin.

Tal vez tenía razón, pero no lo entendería, nadie nunca lo haría, hay acciones que tienen consecuencias, hay hechos que desatan una cadena de dolor, pérdida, rencor, lo sabía muy bien, pero incluso para él, todo el asunto era mucho más grande y complicado.

—Estas alucinando, Min. —habló con voz dura y sin titubear.

—No soy estúpido, majestad. La razón por la que ofrecí a mi hermana para que sea su esposa es por razones obvias.

La mirada de Tae, fue hasta la por la mujer que permanecía sin decir una sola palabra, pero en su mirada, ella decía mucho, especialmente esos deseos y anhelos superficiales en un juego de intereses personales por beneficios.

—Es que no lo entien... —fue interrumpido por Yoongi de nuevo.

—Jimin iba ser mi esposo y me fue arrebatado y ahora sospecho de usted majestad.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐓𝐄𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 - 𝗧𝗔𝗘𝗞𝗢𝗢𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora