𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐓𝐄𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 - 𝗧𝗔𝗘𝗞𝗢𝗢𝗞

23.

Después de la revelación que ambos habían compartido, Jungkook lloró un día completo por todo lo que sucedido, era una combinación de sentimientos encontrados, ese bonito recuerdo de su vida en el palacio junto a Taehyung cuando eran niños, eran los momentos atesorados que todavía no podía entender la razón por la que estuvieran sellados en su mente. Taehyung lo consoló durante horas, compartiendo el silencio de esa habitación.

Después de ese día, los preparativos y los rumores se hicieron presentes y se esparcieron por los demás reinados pequeños. El Emperador Kim Taehyung iba a casarse con nada menos un Omega desconocido. Eso creo tensiones por supuesto, particularmente recordaba una reunión en la que Taehyung había salido demasiado molesto y él estuvo tenso todo ese tiempo.

Taehyung estaba a la cabeza de la mesa y Jungkook a un lado, se sentía tan pequeño e insignificante ante la presencia de todas aquellas personas, muchos de ellos eran seres sobrenaturales que ocultaban su verdadera naturaleza para ese tipo de eventos diplomáticos.

—Majestad en serio está considerando casarse con un Omega, le recuerdo que ellos trajeron la desgracia a este lugar.

—Lo sé perfectamente bien.

—Entonces por qué no se preocupa por su gente como regente de la nación debería proteger los intereses de su pueblo.

—Rey Daiki, acaso mi pueblo no ha sido benevolente con usted y somos sus principales benefactores para sus experimentos, acaso no valora el hecho que sigamos teniendo está alianza.

El Rey cayó, cerrando sus manos en un puño, estaba molesto, Taehyung dió una última mirada a todos, esperando que hubiera alguna otra objeción. Finalmente el Emperador se levantó de su lugar y extendió su mano a Jungkook, el chico la tomó y finalmente anuncio el compromiso ante todos los demás nobles.

Los nobles salían casi corriendo de ese lugar sin poder soportar la arrogancia del heredero del antigüo Emperador. Todos se reunieron después a las afueras del palacio.

—Tenemos que eliminarlo, a él y a su prometido, como es posible que otra vez nuestras vidas están bajo una raza tan despreciable como los Omegas para eso se supone los está erradicando, incluso hasta parece un poco hipócrita.

—¿Quieren saber cómo acabar con esto?

Una voz se unió al grupo y aunque al inicio parecían reacios a escuchar, finalmente una persona cubierta con una enorme capa les entrego un retrato y les indico dónde debían ir.

Finalmente el plan iba en marcha como tanto él lo había anhelado, pronto el sol haría su entrada triunfal. Así que lo demás lo dejaría para los tontos.

SeokJin se encontraba caminando por los límites del bosque del palacio, caminaba junto a NamJoon tomados de la mano, el día era bastante extraño una sensación le abordaba en el pecho y no entendía la razón, se detuvo cuando escucho los galopes de caballos y algunas bestias acercarse, NamJoon se posicionó listo para atacar y SeokJin alzó vuelo pero aquellos quienes lo rodeaban sacaron el pequeño regalo que les habian dado de parte de aquel desconocido, una cuerda de luz sujetó las alas de SeokJin y lograr derribarlo, NamJoon intentó ayudar pero fue sometido de la misma manera.

—Príncipe NamJoon, no esperábamos encontrarlo ayudando a rebeldes.

NamJoon los miró con tanto odio, los demás agradecían el regalo que les habían dado, ahora podrían acabar con ese cuento de hadas con mayor facilidad.

Jimin y Yoongi, seguian de cerca a SeokJin y NamJoon pero entendían que había que ser inteligente en ese momento, aunque lo siguiente que sucedió solo era el presagio de un final inevitable. Jimin observo entre las nubes un reloj enorme de madera, una de las flechas literalmente se alineaba junto a la otra, el momento había llegado. Jimin se asustó, tirando del brazo de Yoongi para que mirara el cielo también. Cuando Jimin intento escapar quedó atrapado en una enorme jaula, Yoongi intentó ayudar pero una red de luz lo atrapó dejándolo inhabilitado.

El padre sol hizo acto de presencia, sus cabellos rubios meciendose con parsimonia los observó a ambos, sonrió ampliamente con la misma frialdad con la que un padre entrega a su hijo.

—No van a arruinar el plan que durante tanto tiempo planifique, así que lo mejor es que se queden, aunque si quieren disfrutar del show, podemos ir juntos hasta el palacio de mi adorado hijo.

—No te atrevas a mencionarlo.

—Oh vamos, Jimin, no te irás en mi contra ahora, recuerda que tu vida también depende de mi.

Jimin calló cruzándose de brazos con impotencia.

Los demás se llevaron a SeokJin y a NamJoon a un lugar apartado, solo estarían esperando a la señal divina para actuar.

En el palacio Jungkook se probaba su vestuario para su boda, sonrió al ver su reflejo, había cambiado a aquel niño delgado y desaliñado, ahora tenía sus mejillas regordetas y su cuerpo era fuerte. Las costureras tomaban medidas de él hasta que de pronto un mareo lo hizo tambalear y sostenerse de un costado de un espejo.

—¿Está bien su majestad? Está muy pálido, necesita que le traigan algo....

—Estoy bien, solo continúen —les sonrió intentando calmar cualquier duda. Pero a decir verdad era la primera vez que sufría eso, únicamente lo asoció a qué estaba nervioso por su boda.

Las puertas se abrieron y con una leve reverencia recibieron al Emperador, Jungkook volteó para mire a Taehyung y sonreír, se acercó a él para abrazarlo y robar un beso de sus labios.

—Jungkook ¿Estás bien?

—Si Tae, me siento de maravilla.

El Emperador asintió, alzando al menor en sus brazos y se lo llevó a su recámara donde finalmente terminó por arruinar una parte de su vestuario de boda para culminar el día ambos haciendo el amor bajo la luna, no había nada que los pudiera separar.