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Nadie pudo prever lo que el destino le tenía preparado y tampoco la tranquilidad que un momento se le fue arrebatada. Jungkook forcejeaba contra aquellos hombres que lo sujetaban con fuerza, casi al punto de doblegarlo. Una vez más presenció lo que había con esfuerzo olvidar, esos días malos, la historia volvía a repetirse y más intensa que nunca.

Aquella mujer lo miraba con ojos llenos de odio incandescente, aunque ese momento de vulnerabilidad fue suficiente para que en sus ojos reflejando aquel dolor que guardaba el perder una madre. Aunque había escuchado ser acusado de ser el asesino de alguien que ni siquiera recordaba, solo esperaba que fuera la última vez que tuviera pasar por eso.

No recordaba que tanto tiempo había pasado desde que había sido capturado, cuando despertó se encontraba con grilletes en sus muñecas atadas del techo, apoyado en sus rodillas, era humillante. "Esa es la vida de los Omega, una humillación constante" y ahí se encontraba otra vez, como más de alguna ocasión, siendo el objetivo de cacería, siendo la presa en la jauría de leones.

—Te preguntarás por qué estás aquí.

Jungkook no respondió, recibió una cachetada como siguiente acción. Su rostro se giró y mordió su mejilla para no decir algo que le causaría un problema más grande.

—Mi madre... Mi adorada madre, ella murió, ella fue asesinada, durante tantos años busque el responsable de tal cosa y ese eres tu.

Jungkook volteó a mirarla, él jamás había visto a esa mujer en su vida y mucho menos había visitado ese lugar. Jungkook negó y justamente cuando la princesa Carmilla lo encaró observó en sus ojos un recuerdo.

Era una fatídica noche de invierno, los relámpagos y truenos aguardaban en lo más profundo de los cielos buscando asustar a los más débiles. Carmilla había despertado en busca de su madre para solicitar un abrazo de ella porque tenía miedo, fue rápidamente hasta la habitación de ella y cuando empujó la puerta, su madre estaba tendida en la amplia cama, las paredes estaban manchadas de sangre y las blancas sábanas de la cama real cubiertas de aquel líquido rojo, al lado de la reina una figura completamente oscura la observaba desde las sombras, la esencia de ese ser era tan densa y contaminante, Carmilla se cubrió su nariz y cuando sus guardias entraron aquel espectro desapareció, dejando consigo absolutamente nada.

Fue escoltada fuera de la habitación, pero esa esencia, jamás la olvidó, vivió en su mente y juró que el día que lo encontrará tomaría carta en el asunto. Y ahí estaba aquel niño con ojos indefensos era solo un lobo disfrazado de cordero y lo sabía porque esa escencia de él estaba ahí latente.

—No te preocupes, me asegurare que sufras tanto como lo hizo mi madre.

A la princesa le extendieron una gran látigo, Jungkook tembló en su posición. Cuando el primer azote llegó solo pudo exaltarse, una pequeña mancha de sangre cubrió la prenda de su bonito atuendo, el siguiente golpe llegó y no pudo contener el dolor, cubrió su rostro con sus manos y eso enfureció aún más a la princesa, se le unieron a ella otro grupo de soldados que también daban azotes con fundas que tenían púas al final, dañando la piel de Jungkook, los gritos y quejidos del chico inundaron el lugar y solo pudo rezar para que el sufrimiento finalmente acabará y su vida llegará a un punto de no regresar jamás. Su vista comenzó a fallarle y su cuerpo estaba empapado de sangre, finalmente se desmayó.

Los azotes pararon y la princesa únicamente se acercó a él tirando del cabello del menor y al verlo que no se movía, sentenció finalmente su muerte, pero la mente de Jungkook estaba dormida y lo que dentro de él tenía el control era algo diferente. Los soldados mostraron sus filosos colmillos y se abalanzaron sobre aquel cuerpo moribundo, comenzando a morder como los leones degustando a su presa, pero fue cuestión de segundos para que cada soldado que mordía a Jungkook cayera muerto en el piso escupiendo una densa espuma negra y su sangre era negra como la noche.

𝐏𝐑𝐎𝐇𝐈𝐁𝐈𝐓𝐄𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 - 𝗧𝗔𝗘𝗞𝗢𝗢𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora