*Amor prohibido* Hoseok x Becky

*CAPITULO XXXIII*

Su mundo se estaba hundiendo, todo había acabado ¿Entonces él jamás lo amo? De seguro se veía tan patético ahí parado con las lágrimas callando de sus ojos pero no podía evitarlo, estaba roto, comenzó a caminar con un rostro que no expresaba absolutamente nada, Jin estaba muerto en vida ya no había nada ese chico alegre que ama cocinar ya no había alegría...

Namjoon entró al hotel pero aunque estaba sonriendo enfrente de las cámaras por dentro sentía que se ahogaba, no podía tragar saliva bien pues un nudo se estaba formando en su garganta.

-Voy al sanitario ahorita vuelvo- le dice a Becky a lo que ella solo asiente con la cabeza.

Quería correr, quería huir, que había hecho... Que fue lo que hizo, no pudo retener sus lágrimas estaba comenzando a llorar y por culpa de ello veía borroso, una vez llegó al baño cerró la puerta con seguro y se dispuso a llorar, tanta impotencia, tanta culpa tenía que sacarlo así que empezó a golpear la pared con su puño hasta que sintió un poco de alivio, se recargo en la pared y poco a poco fue descendiendo hasta que quedó en el sentado en el piso y lo único que supo hacer fue llorar, quería gritar pero no podía lo único que pasaba por su mente era el rostro de Jin destrozado, quebrado y él era el causante de todo...
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Becky no pudo conciliar el sueño, tenía que hablar con Hoseok pero se cansó de llamar y que él no contestara lo mejor sería ir a verlo a su casa sirve y le da una sorpresa y esa noche se queda a dormir con él.

Estaba tan feliz por eso así que se cambió con un mayon negro y una sudadera holgada color café, no quería que nadie se enterará de su embarazo así que prefería vestirse así y era más cómodo para ella, salió de la casa de Namjoon sin avisar a nadie y decidió que era mejor tomar el autobús en vez de un taxi.

Iba de camino a la estación de autobuses cuando alguien la llamaba.

-Muñeca- habla Sebastián.

-Hola- saluda de manera feliz- ¿Qué haces por aquí?

-Voy a una junta con los socios de mi padre pero eso no importa- la queda viendo fijamente- ¿A dónde vas muñeca?

-Yo voy a ver a mi novio.

-¿No quieres que te lleve?

-No quisiera molestar, has de estar muy ocupado.

-Para ti nunca amor- abre la puerta del copiloto- ven sube.

Becky sube y en el transcurso del viaje todo es normal, hablaban de cosas de negocio y de la vida en América.

-¡Rayos!- exclama Sebastián con rostro preocupada- bebé olvide unos papeles en mi apartamento y lo voy a ocupar ¿No te molestará que pase por ellos? Será rápido lo prometo.

-Claro está bien.

Se dirigen a al edificio del joven, Sebastián tenía una sonrisa socorrona, no podía creer lo fácil que era engañar a Rebbeca, es completamente ingenua, cuando llegaron ambos se bajaron y se dirigieron al apartamento de él.

-Ven siéntate cariño- le dice a Becky- gustas un vaso de agua.

-No gracias estoy bien.

-Sabes Becky hace mucho que no pruebo tu piel- se acerca a ella de manera amenazante- recuerdo cómo te gustaba hacerlo diario.

-Eso ya paso- estaba sintiéndose nerviosa que instintivamente puso una mano en su vientre para protegerse- y-yo debo irme pero gracias por el viaje.

Se para de manera rápida y se dirige a la puerta pero antes de poder abrirla Sebastián la acorrala impidiendo su huída.

-Creo que no entendiste lo que quise decir- la ve con hambre a lo que ella empieza a temblar- lo que quise decir es que voy a probar tú piel.

-E-espere ¿Qué haces?- su voz sonaba débil, empezó a forcejear con él- d-detente por favor...