Usagi observó con atención los pequeños frascos en sus manos enguantadas. El agua que había puesto en ellos no se veía tan cristalina como se supone que debía ser.
—Que extraño, no vimos esas piedras oscuras que decían, y aún así el agua se ve algo rara —comentó.
—Bueno, dijiste que habías estudiado alquimia, seguro en la guardia hay algo más que puedas hacer.
Esperaba que eso fuera a animarla un poco, ya que habían continuado el poco camino que les faltaba en completo silencio. Contrario a la reacción que esperaba, ella lo fulminó con la mirada.
—Ya hablamos suficiente de mí, ¿por qué no hablamos de ti?
—¿Hay algo que te gustaría saber?
Sus ojos rojizos cambiaron de emoción, convirtiéndose en una gran curiosidad, pero mantuvo la boca cerrada, como si pensara cada palabra que iba a decir, o quizá organizaba sus incontables preguntas.
Guardó los frascos en el bolso que llevaba y caminó para acercarse.
—Creo que se entiende cómo es que terminé aquí... ¿qué hay de ti?
Sean mantuvo una expresión seria, y dirigió sus ojos ambarinos al cielo, como si quisiera ver más allá de esas nubes oscuras que lo cubrían todo. Había pasado mucho tiempo negando su pasado, tratando de vivir sin él, pero no podía negar el lugar del que venía, las cosas que había hecho.
Esos recuerdos revivían el dolor que tenia en la espalda, incluso si ya había cicatrizado, cada vez que la veía en el espejo sentía que su corazón se quebraba un poco más.
—Olvídalo, mejor sigamos —pasó caminando a su lado, siguiendo el agua que conformaba ese río.
El albino la observó un instante y decidió seguirla, sabía muy bien que podía confiar en ella, pero estaba inseguro sobre su reacción.
Seguir esa conversación podía fortalecer un vínculo entre ellos, o bien, podía destruirlo para siempre. Aun así, ella había compartido con él algo muy importante.
—Tuve que huir, y tratar de vivir escondiendo lo que soy —le comentó.
Usagi se detuvo y volteó a verlo, parecía sorprendida.
—¿Tú?, ¿en serio?
—Bueno... es complicado... tuve problemas por hacer cosas que no debía.
Ella abrió sus ojos en par, incapaz de creer lo que escuchaba.
—¿De verdad? ¡¿tú?! —le señaló con el dedo—. ¿Con esa cara de angelito que no rompe un plato?
—¿Crees que tengo cara de ángel? —rio.
—Es solo una expresión... —aclaró ella, volteando hacia el camino que seguía, intentando esconder el sonrojo que aparecía en sus mejillas.
—Tal vez una expresión acertada. Imagino que alguna vez oíste sobre arcontes.
—¿Arcontes?, creo que no he oído nada bueno...
Sean continuó viendo por dónde caminaba mientras recordaba los acontecimientos que lo llevaron a ese lugar, cómo es que su estabilidad se había quebrado y su vida daba un giro drástico.
Estaba seguro de que Usagi esperaba pacientemente con la curiosidad que caracterizaría a una niña pequeña, tan curiosa como confundida.
Quizá podría desahogarse sin miedo.
—Decir que la "justicia" es un concepto ambiguo es como lo peor que podrías decirle a un arconte. Siempre nos hicieron creer que lo que hacíamos estaba bien, pero jamás sentí que lo que hacia fuera correcto.
—¿A qué te refieres?, ¿hiciste algo malo?
—Es mejor no entrar en detalles... —suspiró, un esfuerzo inútil por apartar un recuerdo desagradable—. Solía tener un amigo, se llama Arsek, y me enseñó gran parte de lo que sé, incluso el tiro con arco. Y es también quien trató de detenerme cuando decidí que esa no era la vida que quería tener.
—Por la manera en que lo cuentas... suena a que fue algo horrible.
—Imagino que, si no estoy muerto... es porque le di lástima. Tampoco es que queden muchos arcontes; cuando no piensas y actúas como ellos, eres un traidor que no merece la vida. Arsek no tardó nada en encontrarme y tratar de matarme, luego de destrozar una de mis alas me pidió que me fuera.
—¡Es horroroso!, ¿y dices que era amigo tuyo?, ¡¿cómo pudo hacerte algo así?! —expresó con la mayor molestia que había sentido en mucho tiempo, probablemente su sangre hervía con cada palabra que llegaba a sus oídos.
Sean sonrió, definitivamente había hecho bien al soltar lo que su corazón cargaba con tanto esfuerzo.
—Estoy seguro de que mintió por mí... seguramente habrá dicho que me escapé, pero la verdad es que me dejó ir.
—¡Aun así...! —la pelirrosa intentaba encontrar las palabras exactas que expresaran lo que sentía en ese momento, pero al no encontrar nada en su mente que pudiese describir todo lo que pensaba prefirió callar.
—Terran y Aurian lo saben porque cuidaron de mí luego de que eso pasara. Eres la única aparte de ellos que lo sabe.
—Tiene sentido el por qué nunca quieres hablar sobre ti. ¿Pero sabes?, todas las personas con las que nos hemos cruzado en la guardia son muy buenos... creo que nos haría muy bien a ambos dejar de ser tan reservados.
Ver nuevamente su sonrisa tan cálida como la recordaba traía una gran tranquilidad a su corazón, una que no sabía que necesitaba. Estaba seguro de que ambos se sentían mejor luego de esa charla.
—Bueno... lo que acabamos de contarnos son unos secretos bastante importantes, ¿no crees?
—¡Claro que lo son!, pero no me refiero a eso. Sé que siempre estoy hablando de mí, y contando historias, y me rio exageradamente, y muchas cosas... pero no siempre estoy tan feliz como lo hago parecer, y tú a veces estás muy callado porque te da miedo que juzguen lo que sea que quieres compartir, ¿o me equivoco?
—Sí... algo así.
—Tuviste una mala experiencia, ambos la tuvimos, ¡pero no tenemos que dejar que eso nos detenga!
—¿Crees que puedes mantener ese optimismo hasta que volvamos?
—Es una decisión importante, si estamos juntos en esto, ¡entonces sí!
Sean suspiró, dejando escapar las dudas que todavía persistían en su cabeza, ya era momento de que dejara de dar tantas vueltas en su cabeza a esos temas. Había escuchado todo tipo de consejos para superar su dolor, y ahí estaba el motivo principal por el que se había unido a esa guardia, no solo para ayudar a aquellos en necesidad, sino también para ayudarse a sí mismo y sanar su corazón poco a poco, rodeado de personas que ya comenzaba a considerar tan maravillosas.
El mundo era mucho más de lo que le habían hecho creer, podía estar totalmente seguro de eso.
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[GC] Amarillo
FanfictionDicen que los ojos son las ventanas del alma. Estos personajes guardan grandes secretos tras sus ojos ambarinos...