Silver: Capítulo 1

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Estoy cansada de esta "filosofía de vida" que les metieron en la cabeza: tienes que pelear para proteger lo que amas. ¡¿En qué estaba pensando Kal'tar?!, te conozco desde que eras solo un gatito y eres lo más imprudente que hay.

Ryder permaneció en silencio como un niño mientras la escuchaba, era impresionante como daba vueltas por la habitación anotando un sinfín de cosas en un cuaderno, revisaba utensilios o medicamentos y mientras tanto lo regañaba.

Interrumpirla sería peor, así que se quedó sentado en la cama esperando.

Estoy segura de que Barus también te explicó que tienes una condición muy especial, pero ¿tú?, terco como ninguno, no hay caso contigo, no escuchas a nadie —terminó los apuntes y le entregó una pequeña cajita blanca—. Media pastilla cada ocho horas después de comer, tienes licencia por tres días, duerme lo máximo posible y la fiebre se va a ir por completo. Si me entero de que estuviste trabajando te voy a internar donde mis ojos te vean, ¿quedó claro?

¿Ya me puedo ir? —fue lo único que se le ocurrió preguntar.

Agatha asintió con la cabeza, sonrió y le revolvió el cabello suavemente. Ryder le dio las gracias por la consulta médica y salió de la enfermería para regresar a su habitación.

A esas alturas de la vida todavía no entendía por qué ella lo trataba de esa manera, la conoció hace ya casi diez años y parecía que había sido adoptado sentimentalmente. Al inicio le incomodaba, pero el tiempo le hizo acostumbrarse, y como enfermera que es, dependía mucho de ella.

Incluso si había tenido la oportunidad de tomar el control durante su última misión, le traicionaron los nervios y el miedo al ver a sus compañeros ser atacados, tomó el camino más fácil usando su habilidad de percepción de la forma más imprudente, lo que le trajo graves consecuencias a su salud.

Pasaba por un permanente estado de fiebre, y gracias a los cuidados de Agatha al fin comenzaba a regular esa temperatura que lo asfixiaba, esperaba que con esos días de descanso fuera suficiente para recuperarse del todo y regresar al trabajo.

Cuanto más pensaba en eso, más inquieto se sentía, pasaban cosas horribles a su alrededor, cosas a las que los demás no sabían dar respuesta.

Luego de seguir las instrucciones de Agatha se recostó en su cama a tratar de dormir, haciendo a un lado todo pensamiento que se cruzara por su cabeza, aunque el recuerdo de lo sucedido en su camino a Andorhal era algo difícil de olvidar, no había logrado protegerlos tanto como hubiese querido.

Esa sola idea lo mareaba e intensificaba el dolor palpitante que sentía en la cabeza, esa fiebre era un dolor agónico que no lo dejaba en paz.

Así pasó aquellos días, descansando tanto como ese dolor se lo permitía hasta que la fiebre al fin se fue, teniendo las fuerzas para levantarse sin decaer.

La guardia parecía tener mucha más actividad de la que recordaba, incluso veía algunas caras nuevas pasar cerca. Un tanto confuso siguió avanzando por el pasillo hasta que una pelirrosa lo vio y se le echó encima, tuvo que abrazarla para que no cayeran los dos.

¡Ray estás vivo! —exclamó Aika mientras lo abrazaba.

Más o menos, ¿cuándo volviste tú?

Ayer por la mañana, Kaori me contó que estabas convaleciente y era mejor dejarte descansar. ¿Ya se te pasó la fiebre?

Eso parece, ¿tú estás bien?, fue una misión larga.

Ella lo soltó solo para mostrarse sonriente, una gran emoción la recorría y se notaba en su forma de estar hiperactiva. Ryder por otra parte esperaba escuchar buenas noticias, luego de haber estado ajeno al mundo por tres días.

[GC] AmarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora