Daffodil: Capítulo 1

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"Soy un desastre, tantos momentos que no puedo borrar. Reprimido por mis miedos infantiles".

Sus ojos contenían tanta rabia que eran incapaces de esforzarse en contener también sus lágrimas. Como un globo de aire a punto de estallar, sus emociones fluían en cada gota que descendía por su rostro.

¿Había hecho algo mal?

Estaba seguro de que había hecho cosas horribles a lo largo de su vida, y todo por negarse a pensar por su propia cuenta. Su corazón agonizaba, todas sus acciones se habían transformado en heridas sangrantes que no podía detener.

Apretó los puños, sentía que sus uñas se clavaban en sus palmas, probablemente generando nuevas heridas. No pudo contener un gruñido, tal cual soltaría un animal herido.

El contacto de la tela húmeda y fría en su espalda le dio vida a ese dolor que había experimentado el día anterior, una sensación de ardor, como si intentaran cerrar sus heridas con fuego.

"¿Quién te hizo esto?"

Sintió su cuerpo temblar, incluso si aquel kitsune le estaba ayudando, no estaba seguro de poder confiar en él. ¿Y si lo terminaba vendiendo? era algo muy común en gente como él, era tan fácil conseguir un beneficio entregando traidores. Por otra parte, no se sentía capaz de responder. su voz se atoraba en su garganta, incapaz de salir, y si lo hacía, eran simples sonidos que expresaban su agonía.

Otro gruñido fue la única respuesta que pudo lograr.

"No imagino el tiempo que debiste estar vagando tú solo. Puedes estar tranquilo, aquí estarás bien".

Por un instante quiso voltear a verle nuevamente, comprobar su aspecto una vez más, pero aquella herida en su espalda lo mantenía sentado y quieto. Entre las lágrimas que había soltado antes solo pudo reconocer unos ojos verdes claros como las limas, y su cabello anaranjado que casi le cubría los ojos de lo largo que estaba su flequillo.

No parecía haberse acercado con malas intenciones, y en su estado solo podía permitirse confiar en quien estaba tratando sus heridas.

"No vale la pena" —su voz quebrada solo pronunció aquellas palabras en un acto desesperado de terminar con su dolor de una vez. No creía poder cargar con tanta culpa.

El kitsune soltó una carcajada, como si aquel comentario fuese lo más gracioso que había oído en mucho tiempo. La verdad es que él no era la persona con más tacto del mundo, era muy tosco al dar su opinión y soltaba las palabras sin medir la magnitud emocional que provocaban.

Ciertamente el comentario del albino le había parecido estúpido, y no le había dado pena alguna expresarlo.

"Arconte, ¿tienes miedo?"

Su voz juguetona le resultaba incómoda, estaba tan concentrado en su propio dolor que no conseguía distinguir si el kitsune se burlaba de él.

"Tal vez..."

Corrupción... eso realmente lo aterraba.

Sus alas, había perdido una, si perdía la otra entonces su existencia ya no tenía sentido alguno. Acabaría convertido en uno de sus peores temores, prefería morir antes de que tal atrocidad lo dominara.

El pelirrojo volvió a reír. A sus ojos, aquella criatura estaba cegada en su dolor, creía con firmeza que merecía las peores cosas del mundo por algo que se atrevía a llamar "traición", incapaz de ver la realidad.

Su aflicción no tenía ningún tipo de fundamento, no necesitaba conocer su historia para estar seguro de eso, era sin duda uno de los ángeles más puros que había logrado encontrar en su larga vida.

[GC] AmarilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora