¿Cuánto tiempo llevaban viajando?
Jamás se había distraído hasta el punto de desconocer el tiempo que transcurría, aunque estaba seguro de que aún le quedaba tiempo para completar la misión que se le encomendó.
Se detuvo cerca del río y se sentó a descansar en las raíces de un árbol, tal y como llevaba haciendo desde que empezó el viaje. El sol estaba en su punto más alto, y Lor'danel a tan solo unos minutos caminando.
Necesitaría que la oscuridad lo cubriera todo para iniciar su trabajo si quería ser discreto.
Así que solo podía esperar.
Su mirada fija en el paisaje le recordó a su breve estadía en Faldir, y en la tranquilidad que había sentido lejos de todo lo que conocía.
Cuando la brisa que le desordenaba el cabello era cálida, el sonido de las ramas de los árboles era armonioso, y los jardines que recorría estaban repletos de color, tan contrario a la oscuridad que acostumbraba.
Tanta tranquilidad, apartado de un mundo que solo le había hecho daño, protegido por personas desconocidas que solo le habían entregado su bondad, y aun así no entendía.
¿Por qué esa niña no era feliz allí?
Podía notarlo con tanta facilidad, la angustia y el dolor era algo que llevaba tatuado en la piel, así sabía que los ojos púrpuras que veía cada día ocultaban una profunda tristeza.
—"En apariencia lo tienes todo, pero te ves triste como si no tuvieras nada" —mencionó mientras miraba la lentitud con la que las blancas nubes se movían sobre ellos.
—"Tal vez no tengo nada."
—"Yo tampoco."
Aika se sentó en el césped y abrazó sus piernas contra su pecho, pensando en que quizá había llegado a un punto en el que necesitaba compartir la manera en que se sentía. Incluso si había intentado explicarle a quien la cuidaba cientos de veces la angustia por la que pasaba, él solo había respondido prohibiéndole lo que creía le haría daño.
—"No soy una nereida como mucha gente cree."
—"¿Cómo es que estás viva entonces?, ¿no se supone que una sirena solo puede estar en el agua?"
—"No sé cómo es que sigo aquí... pero cada día parece peor que el anterior, no consigo acostumbrarme."
Yeicold no respondió, si antes pensaba que conocía el dolor en todas sus formas, ahora estaba seguro de que estaba equivocado. La angustia que ella pasaba todos los días escapaba de su comprensión.
Antes de que se le ocurriera algo que decir, ella volvió a hablar.
—"A Galaen siempre se le ocurre algo para no dejar que me acerque al agua. Dice que es peligroso para mí, sobre todo si estoy sola."
—"¿No sabes defenderte?"
Aika negó con la cabeza—. "Tampoco creo que me deje aprender, seguramente dirá que soy demasiado joven aún."
Para el vampiro eso no tenía sentido, ¿la edad importaba?, ni siquiera recordaba qué tan pequeño era cuando lo forzaron a aprender y explotar sus habilidades hasta que casi perdiera el conocimiento de lo cansado que estaba.
Se quedó pensando en eso durante los siguientes días mientras se recuperaba del todo. Inconscientemente aprendía mucho gracias a Aika, conocer su perspectiva de la vida lo había ayudado a entender que no todo era tan malo, simplemente a él le había tocado la peor parte.
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[GC] Amarillo
FanfictionDicen que los ojos son las ventanas del alma. Estos personajes guardan grandes secretos tras sus ojos ambarinos...