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Finalmente, el grupo volvió a casa. Las vacaciones habían terminado y entre Logan y Jessica no quedaba más que un bonito y añejo recuerdo. No intentaron encontrarse de nuevo; Logan sabía que le rechazaría y no querría escuchar las disculpas qué, diariamente, le escribía por mensaje, mas nunca recibía respuesta. Jessica no quería arriesgarse a que su herido corazón volviera a latir con fuerza al verle, como si aún le quedara la esperanza de ser amado.

Jared, Nikki y Marge tenían un plan y le iban a llevar a cabo. Llevaban ya unas semanas en su ciudad natal cuando empezaron a quedar con la pareja. Unos días llamaban a Logan para salir a dar una vuelta, y otras iban a casa de Jessica para asegurarse de que les acompañaría. Vamos, que prácticamente la arrastraban al exterior. Logan estaba agradecido de que sus amigos quisieran hacerle olvidar los pensamientos que rondaban por su cabeza, pero no podían eliminar los sentimientos de su corazón. Jessica empezaba a sonreír más al ver que tenía amigos, gente con gustos similares a los suyos, y que por fin se sentía preparada para dejar atrás su pasado y volver a ser la antigua Jessica, llena de alegría y vitalidad, sin ayuda de Logan.

Todo iba bien hasta que, un día, los tres amigos engañaron a la rota pareja. Habían planeado un encuentro secreto en el parque, durante la celebración de cumpleaños de una ilusionada Nikki. Llevaba un gorrito de fiesta en la cabeza, y junto a Jared y a Marge había dispuesto todo para la reconciliación de Logan y Jessica. Le importaba más que sus amigos volvieran a unirse que su propio cumpleaños, vaya. Así que se sentaron a esperar su llegada en la mesa de madera de picnic, decorada con globos y banderillas, hasta que llegó Jessica al cabo de un rato.

Traía en sus manos un regalo de cumpleaños para Nikki, una cajita pequeña envuelta en un papel de regalo amarillo chillón. Casi se le cayó al suelo cuando vio a Logan, sentado junto a Jared en el banco. El moreno tampoco esperaba encontrarse a Jessica en el cumpleaños, así que por poco se ahogó con una patata. Tras un ligero lapsus, unas palmaditas en la espalda y un sorbito de refresco, ambos entendieron la artimaña, pero no les dio tiempo a reprochar nada a sus amigos porque entonces comenzó a sonar música por los altavoces inalámbricos que Marge había llevado para la ocasión.

Lo que diferenciaba a cualquier fiesta de aquella era que lo que sonaba no era una melodía, si no la voz de Logan. Las palabras que el moreno le expresó a su mejor amigo en el avión quedaron impregnadas en el aire, entre los frondosos pinos del parque. Jessica escuchó cada palabra con atención, como si no se creyese nada de aquello. Logan, por otro lado, agachó la cabeza y miró al suelo. ¿Cómo no se dio cuenta de que le estaban grabando? La reproducción terminó y se hizo el silencio en el cumpleaños, tan solo interrumpido por el piar de los pájaros. Nadie se movió y nadie dijo una sola palabra.

Jessica no terminaba de creerse sus palabras, le parecía algo demasiado premeditado, pero la reacción de Logan, que tenía las mejillas teñidas de un rojo escarlata, la cabeza gacha y  movía inquieto su pierna derecha de arriba a abajo, la hacía dudar. No parecía tener idea de que le hubiesen grabado cuando emitió su discurso. El moreno estaba muerto de vergüenza; no creyó que Jared fuera capaz de grabar algo que salió de lo más profundo de su corazón y que aún le dolía mucho. La herida no había sanado todavía.

—O decís algo o lo vuelvo a poner —gruñó Nikki—. Es mi cumpleaños. El único regalo que quiero es que habléis y entendáis que os amáis más de lo que os gustaría admitir. Logan cometió errores, pero nosotros también sabíamos lo del plan y tampoco te lo contamos.

—Él jugó con mis sentimientos —Jessica habló con voz temblorosa; le costaba tragar saliva del nudo que tenía enredado en su garganta.

—Nunca quiso lastimarte —dijo Marge entonces—, nunca. Llevaba enamorado de ti mucho tiempo, mucho antes de reconocerlo. Estaba loco por ti y lo sigue estando. Nada puede sacarte de su corazón.

—Pero le contó a Ian mi pasado, por su culpa lo sabe todo el mundo, y...

—No fue Logan el que se lo contó a Ian —interrumpió Jared—, fue un amigo suyo que tiene influencia con alguien que trabaja en la comisaría de la ciudad. Ian le paga de vez en cuando y consigue expedientes ilegalmente. Estas cosas lleva haciéndolas más tiempo del que parece. Y de todas formas, Jessica, ¿alguien te ha juzgado desde que Ian habló de tu pasado? Si alguien lo ha hecho, nosotros no hemos sido, y tampoco creemos que la culpa la tuvieras tú. ¿No te das cuenta de que estas semanas que hemos estado quedando, no hemos pensado en nada que no fuera divertirnos?

—Volvimos a ver a la antigua Jessica, a una chica divertida, amable y generosa —Marge señaló con la mirada el regalo que traía en sus manos para Nikki—, pero Logan fue el primero en volver a hacerte sonreír. Y te quiere con todo su corazón. Por favor, mírale. ¿Es que ya no sientes nada por él?

La chica de la capucha gris ©✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora