La chica de la capucha gris ©✓

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Jessica miró a Logan. Logan miró a Jessica.

La complicidad en sus miradas indicaba claramente que ella aún seguía dolida y que él lo entendía, pero el moreno le transmitió tanta serenidad y confianza que no pudo evitar echarse a llorar. Pues claro que le quería, más que a nada, y no le había olvidado. No podía, y tampoco quería. Una parte de ella se refugió en la esperanza de volver a encontrar el amor, y Logan era sin duda la persona que había escogido para la dura tarea de hacerle olvidar sus penas y lamentos. Jessica había decidido amarle.

Jared, Nikki y Marge sonrieron cómplices; se respiraba en el aire que su plan había funcionado y que iban a asistir a una fiesta de cumpleaños memorable en la que, sin duda, el amor entre su pareja favorita no iba a faltar. Nikki se moría de ganas por abrir el regalo de Jessica pero decidió tener paciencia; el deseo que le había pedido a la Roca del Adiós en Hawái estaba a punto de cumplirse. Los tres amigos giraron las cabezas en dirección a Logan, como si temieran que no fuera a asistir el llanto de Jessica, pero sus dudas se evaporaron rápidamente.

Cuando Logan la vio echarse a llorar, se levantó del banco, corrió decidido hacia la castaña, y se fundieron en un abrazo lleno de amor. Sus cuerpos se pidieron perdón por el daño causado y recibido, por la falta de confianza y la tristeza, por todo lo que les llevó a separarse. Sin embargo, también compartieron amor, vivencias que les mantendrían unidos para siempre.

Jessica no olvidaría las sonrisas que el moreno le sacó, las miradas cargadas de compresión y ternura que sus ojos verdes le regalaron, recordaría por siempre que él disipó todas las dudas y las inseguridades que nublaron su cabeza, y por supuesto, nunca se sacaría del corazón todo lo que el moreno la había hecho sentir en tan solo una semana. Estaba segura de que le quedaban muchos años a su lado para seguir conociendo a Logan Meyer, su loca manera de hacer las cosas y su forma única de mirarla y hacerla reír.

Logan nunca olvidaría el día que pasaron en la playa, contemplando juntos el amanecer, ni el día en el parque acuático, ni la travesía en kayak (esa sí que sería una experiencia difícil de olvidar), ni la noche romántica en la que ella le aceptó como novio. Siempre recordaría que sus sonrisas valían oro, que lo único por lo que tenía que preocuparse era de su bienestar, que no había nada imposible si el amor era su guía.

A partir de entonces, juró mantener intacto su amor por ella, juró impedir que la oscuridad se adueñara de su corazón, y juró no volver a juzgar un libro por su portada. Demostraría a Jessica Thunder, y a si mismo, que vale la pena dejar todo atrás si el futuro que tienes por delante es prometedor.

Nunca olvidaría las lecciones aprendidas, y recordaría por siempre que solo tenía que hacer sonreír a su chica, la que se desplazaba rodando sobre su skate, la que pensaba sumergida en la música de sus auriculares, la que observaba la luna desde el balcón. Todo lo malo desaparecería para siempre si no olvidaba su cometido. La luna sería su guía y el mar, el inestable puente que estaba dispuesto a cruzar por ella. Nada, ni siquiera la muerte, podría separar al chico entrometido y a la chica de la capucha gris.

Fin

Bueno, pues hemos llegado al final de la historia entre Jessica y Logan :) ¿Os ha gustado?

A mi personalmente me ha encantado escribir esta historia, desde el primer capítulo hasta el último. Jessica y Logan, estaréis por siempre en mi corazón ❤️
Por el momento, no habrá secuelas ni extras, a menos que me dé un venazo, pero lo dudo. La historia de esta pareja debe finalizar así, unidos en un abrazo como el que les unió. Espero que tampoco olvidéis a Jessica Thunder y a Logan Meyer, porque ellos jamás olvidarán que vosotr@s les acompañásteis en su viaje de fin de curso. ❤️❤️❤️

No olvidéis votar y comentar ;)

Abrazo de oso, Vero~~