Capítulo 35 - Seguir adelante

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Xiao Zhan

La delgada figura frente a mí, se gira un poco antes de continuar avanzando hacia la puerta. Sus ojos son gentiles. –¿Estás seguro de querer hacer esto, Zhan? –pregunta mamá. Ella ladea la cabeza. –No tienes que obligarte. Podemos esperar un poco más de tiempo antes que…

Casi de inmediato, la interrumpo. –No. –Ella me mira a la expectativa. Yo tengo que obligarme a tomar aire profundamente y darle la sonrisa más tranquilizadora que puedo ofrecerle en estos momentos… y parece resultar. –No podemos seguir aplazándolo más tiempo, mamá. Y además… –mis dedos juegan inquietos con la cinta de la mochila que cuelga sobre mi hombro. –ya no me siento cómodo quedándome en casa esperándote. Necesito también ayudarte.

Mi madre se queda quieta sobre su lugar analizándome varios segundos con la mirada. Sus ojos me recorren de pies a cabeza antes que pueda suspirar y cerrar los ojos. Parece que le cuesta trabajo… y lo entiendo perfectamente.
Ni si quiera yo mismo confiaría en mis palabras en este momento.

Desde hace varias semanas, me cuesta trabajo definir mis límites.

Ella lentamente mueve la cabeza en aprobación. –de acuerdo… –cede, reacia. –pero si comienzas a sentir algún malestar o algo parecido, vendrás a casa. –condiciona, arqueando una ceja. Antes que pueda replicar ya me ha señalado con su dedo índice. –¿de acuerdo?

No es como que pueda negarme. Sencillamente, asiento con la cabeza. –de acuerdo.

Eso parece tranquilizarla parcialmente. Así que, después de eso, ambos finalmente avanzamos hacia la salida de la casa y nos encaminamos al mercado del pueblo. Lugar donde, se encuentra el local de mi madre y de donde salen la mayor parte de nuestros ingresos ahora que he quedado en banca rota.
Llevo una mochila con todo lo necesario para pasar el día con ella… porque hoy después de 1 mes, finalmente he decidido seguir adelante.

También hace 1 mes que Wang Yibo se fue de China para casarse con Yang Zi en Europa. Ya no soy Xiao Zhan, el cantante estrella en ascenso. Ahora he vuelto a mi vida cotidiana de a poco… vuelvo a ser un chico común de pueblo.
Y dentro de todo… siento que eso es lo mejor que ha podido ocurrirme… ¿verdad?

El sol apenas ha comenzado a asomarse por los vértices de las colinas verdes. El viento aún es fresco, todavía hay colores azules y violetas adornando el cielo. No hay muchas personas en las calles rurales, porque todavía es demasiado temprano.
Sin embargo, puedes ver a la población mayor movilizarse hacia el mercado. Algunos van en sus camionetas y otros a pie… pero finalmente, se dirigen hacia su lugar habitual de trabajo.

–Esto me pone melancólico. –le digo a mamá mientras, sigo sus pasos atentamente.

Ella gira a verme por el rabillo del ojo antes de regresar su vista hacia el camino. Se queda callada unos momentos. –¿Por qué? –pregunta finalmente.

Me sincero con ella. –Esto solía verlo a menudo cuando vivía hace años aquí contigo. –explico, experimentando una cálida sensación de hogar en el pecho. –Y es curioso como esto vuelve a repetirse tiempo después… de alguna forma, me hace sentir en casa.

Mamá suspira suavemente mientras asiente. –Tienes razón. –dice. –Eras muy joven cuando íbamos al local las primeras veces. Parece que el destino quiere que estés otro poco de tiempo más acompañando a mamá. –bromea, girando a verme con una sonrisa dulce. –¿Te molesta eso, cariño?

La pregunta suena ofensiva para mí, por lo que enseguida niego. –Jamás, mamá. –ella sonríe un poco más. –Pasar más tiempo contigo por las circunstancias que sean… jamás me molestará.

Mamá parece satisfecha con la respuesta, entonces lo deja estar. Al final, la conversación termina por si sola ahí y me deja admirando los paisajes que parezco conocer de memoria. Dejo que mi propia esencia se acostumbre nuevamente a los lugares que ya son familiares.
La decisión de reintegrarme nuevamente a la sociedad no ha sido fácil. Al principio, estuvo lleno de pretextos, excusas y miedos de mi parte… porque no estaba en lo absoluto listo.

Inclusive después de que ocurrió la… boda de Yibo, tuve que tomarme un tiempo para mí. Me encerré en la habitación durante casi 2 días mientras lentamente dejaba que las heridas actuaran por si solas.
Creí que me estaba adaptando a la sensación y que lentamente estaban sanando… pero nunca imaginé que me estaba hundiendo en un nuevo hueco de depresión.

Enseguida, los alarmé a todos. Justo lo que no quería hacer, pero… terminó pasando.

Cuando Xuan Lu fue consciente de esto, tuvo que sentarse a hablar conmigo. Mamá ya lo había hecho anteriormente. Ya me lo había dejado en claro el hecho de que estaba bien que llorara y sacara todo el dolor que traía atorado dentro… pero que no podía permitiré continuar así.
Ella fue más gentil con sus palabras. Pero Xuan Lu fue letal en todos los sentidos

E internamente se lo agradezco mucho.

Atado A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora