Atado A Ti

Capítulo 43 - Cuartel

Xiao Zhan

El impacto de la noticia es tanta, que he perdido control total sobre las reacciones de mi cuerpo.

De un momento a otro, siento como mi punto de equilibrio desaparece. Mi pierna izquierda flanquea, haciéndome tropezar. Como acto reflejo, una de mis manos se estira sujetándose del borde de la pequeña mesita de madera a mi costado.
Pero esto también provoca un desastre de ruido por todos los objetos que estando encima de esta, se derrumban.

Cuando noto esto, el alma se me va a los pies. "Mierda..." es todo lo que alcanzo a pensar cuando, efectivamente, la puerta donde antes estaba pegado, se abre.

Mis ojos se cruzan al instante con los de Wang Yibo. El color chocolate oscuro de sus orbes me arranca un escalofrío, y me hace empequeñecerme ahí, en silencio...
Su rostro evoluciona de sorpresa, felicidad, a preocupación. De pronto, cae en la cuenta de que llevo demasiado rato despierto.

...Y que también estaba cerca de la puerta.

Sus cejas se juntan. Carraspea, y su mirada luce contrariada mientras cierra la puerta detrás de sí. El gesto por alguna razón, me rompe. Porque luce como alguien que acaba de ser atrapado en algo totalmente horrible.
... ¿Qué puede serlo más que estar con tu ex cuando vas a tener un hijo con tu esposa? Lo peor de todo, es que, es que...

Mis manos tiemblan, sin que pueda controlarlo.

Él intenta. –Zhan. –pero sigue luciendo inseguro. Se lame los labios. –Estás...

–Despierto. –completo. Los parpados de Yibo tiemblan tanto como mi voz. –Si. Acabo de despertar...

Después de eso, solo hay un silencio incómodo invadiéndonos. Al final, Yibo parece no soportarlo más. Aprieta los labios y ojos, después suelta un suspiro profundo.

–No estamos llegando a ningún lado. –murmura de repente, confundiéndome unos instantes. Alza la mirada y dice totalmente serio. –Sé que escuchaste lo que se habló allá afuera.

Aunque no está diciendo ninguna mentira, su comentario me toma por completo desprevenido. Me quedo quieto en mi lugar un par de segundos, procesando exactamente qué es lo que debería de hacer o responder ante eso. Pero nada viene a mi cabeza. Solo puedo desviar la mirada ante la carga de emociones que me abruman...

Yibo suspira, a unos metros de mí. –Xiao Zhan. –su tono de voz es suave, mucho. Estoy tentado a levantar la vista para poder encararlo, pero todavía estoy demasiado inmerso en lo que acabo de escuchar. Hacerlo se siente incorrecto. –Sé que puede interpretarse de una manera muy fea. Pero, de verdad no es lo que parece. Si tan solo me dejaras explicarte...

Esa frase ya es tan cliché, que sin que pueda evitarlo me hace reír. Es una risa irónica, por supuesto, porque en realidad si escuchas a alguien decir eso después de presenciar algo tan contradictorio... bueno, no te esperan buenas noticias al final.
Mi pulso es acelerado aún contra mis oídos y mi boca se siente seca cuando hablo.

–¿De verdad? –inquiero, todavía con los rastros de la sonrisa en mi rostro. No sé qué expresión tiene, porque no me armo de valor para afrontarlo. –No sé de qué otra manera puedo interpretar lo que escuché allá afuera. –y luego, el pensamiento me aborda. Duele, pero es crudo y real. Nada más que real. –Además... ¿Por qué tendrías que darme explicaciones al respecto? No es como si tú y yo fuéramos algo. Así que, déjalo estar... yo, en realidad... –mis ceños se fruncen.

Luego, todo viene en avalancha.

Las imágenes de nosotros estando en el cuarto, los toques insistentes en la puerta, yo escondiéndome en el baño temiendo lo peor, el correr por mi vida en un pasillo y que justo en ese momento apareciera Allen con una pistola...