Capítulo 46 - Frágil

1.1K 154 74
                                    

Xiao Zhan todavía está todavía sumergido entre la densa bruma de sus sueños. Inevitablemente, desde el momento en que su cuerpo tocó las cómodas sabanas de la habitación, cayó rendido y profundamente dormido.
Desde entonces, no se ha movido ni aunque fuera un poco. Su respiración es acompasada y profunda, haciendo juego con la tranquila expresión de su rostro al sentirse... a salvo.

Entonces, la puerta del dormitorio se abre.

Él está sumergido en sueños como para percatarse de esto. Por lo tanto, tampoco puede notar cuando una sombra ingresa en el cuarto y cierra la puerta tras de sí. La sombra se queda unos segundos ahí de pie, como si estuviera a la espera de algo. Al parecer, cuando encuentra lo que busca, se aproxima a la cama.

El lento avance de los pasos a través de la alfombra, es sumamente silencioso. Como un gato deslizándose entre la oscuridad, la silueta masculina ha tomado partido que las cortinas están cerradas y el individuo está profundamente dormido para colarse sin ser detectado.
Ha llegado hasta el costado de la cama, y solo ahí se permite apreciar durante unos segundos la rítmica respiración de Xiao Zhan.

Aquellos ojos opacos lo miran, con un millón de pensamientos martillando su cabeza. Considera irse, desfogar los sentimientos que lo abruman en otro lado... como en el alcohol, por ejemplo. Pero no puede hacerlo... Su cabeza está abrumada por tanta información en una sola noche, que siente derrumbarse en cualquier momento.

Piensa que entonces, el único lugar seguro para hacerlo es en los brazos del pelinegro.

A medida que los segundos pasan, esta silueta se adhiere a la espalda de Xiao Zhan, encajando perfectamente con su cuerpo. Las piernas se colocan detrás de las rodillas, acunando y entrelazando las extremidades. También, su barbilla ha quedado entre el hueco de su cuello y hombro, mientras su brazo rodea casi posesivamente la delgada cintura.

Eso definitivamente no puede pasar desapercibido para Zhan.

Lentamente, comienza a abrir los ojos, todavía demasiado dormitado. Apenas es perceptible entre las densas cortinas, los rayos del amanecer... pero todavía está demasiado oscuro, teniendo que enfocar muy lentamente su vista.

Si todavía no es de día... ¿Por qué está despierto, entonces?

Casi al mismo tiempo, comienza a sentir en su cuello una respiración tibia detrás de su oreja.

Primero, el pánico lo aborda por breves segundos. Sus ojos se abren grandes y por instinto su mano va directamente hacia el brazo que lo está rodeando posesivamente. Está listo para gritar por ayuda si es necesario... pero inmediatamente, se relaja. Descarta la idea.

Reconoce, lastimosamente, la extensión que está tocando. A medida que sus dedos escalan y recorren el brazo que lo rodea, llega hasta los dedos largos de la mano que reposa sobre su estómago... y ahí puede reconocer de quién se trata.

De todas formas, esto no alivia sus nervios.

"¿Qué demonios?" piensa, presa de un ataque de nervios. "¿Por qué entró, así como si nada? Ni si quiera me despertó primero para saber si quería esto. ¿Acaso estará ebrio?"

Carraspea. Siente la garganta ronca por el tiempo que ha permanecido dormido. No sabe exactamente que debe de decir... pero sabe, que necesita hacerlo.

Su voz es un hilo que irrumpe en el tranquilo silencio de la habitación.

–¿Yibo...? –tienta, no muy seguro de recibir una respuesta.

El empresario detrás de él, suelta un suspiro profundo. El aire caliente impacta de lleno contra el cuello de Xiao Zhan, arrancándole un escalofrío y poniéndole la carne de gallina. Después, un suave "Mn" es proferido desde sus espaldas.

Atado A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora