Capítulo 5 - Reprime tus impulsos

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Wang Yibo

Fue confuso para mi comprender el significado tras las palabras "entre la espada y la pared". Nunca debía preocuparme por sentirme incómodo en reuniones cuando me presentaran personas nuevas, así se trataran de las mas desagradables, porque ya tenía conocimiento sobre como repeler sus actitudes o yo sobreponerme.

Pero esto era algo totalmente diferente. Ocurría justo lo que yo temía que pasaría si me acercaba lo suficiente a Xiao Zhan, ¡y eso que ni si quiera nos encontrábamos solos! Había un gigantesco salón repleto de personas y de cualquier forma, sentía que podía asfixiarme aquí.

Era irrebatible el hecho que mis piernas conducían a su presencia si lo permitía, como si Xiao Zhan fuera un imán. Y es que, ceder ante los deseos son justamente la clase de cosas que trato con todas mis fuerzas de reprimir porque fui educado de esta manera.

Autocontrol ante todo. 

Pero justo ahora, con él delante mío luciendo como luce...

Tenía puesto extensiones de cabello para simularlo mas largo de lo que en realidad era, por lo que estaba sujeto en una descuidada coleta en la coronilla de su cabeza para caer mechones rebeldes de la misma. Sus ojos estaban cuidadosamente maquillados para lucir profundos sin rayar lo exagerado o lo vulgar, y sus labios... sus labios definitivamente me provocaban un paro cardiaco. Se veían exactamente igual de suaves que en mis sueños.

El cuento de hadas duró poco, porque mi cabeza me arrastró abruptamente la realidad, mi realidad.

Al ser consciente de la dirección de mis pensamientos, inmediatamente interceptaba esa parte oscura de mi que no me molestaba en reprimir. Esa que tenía deseos de venganza. Las imágenes de Yang Zi junto a él se hacían tan claras y nítidas en mi cabeza para avivar las llamas del enojo, del asco. No dudaba que el chico supiera de mi existencia pero, ¿me reconocería acaso?...

A juzgar por la mirada llena de brillo que continúa dedicándome -he de decir, que no me siento merecedor de la misma- es probable que no. O quizás sepa que existo, y no sepa que se trate de mi. 
Él fue el primero de ambos en romper el incómodo y tenso silencio. Yo sin embargo, mantenía a raya la tormenta de emociones de la que era víctima.

—Es... un placer conocerlo, Wang Yibo. —dijo, acortando la distancia entre nosotros y haciendo una suave reverencia. No pasó desapercibido para mi el temblor en su voz al hablar, la manera en que evitó todo momento el mirarme directamente a los ojos -inteligente decisión. Honestamente, yo no hubiera podido resistirlo si dependiera de mi- y sobre todo, aquella postura tan tímida que de repente lo invadió.

No supe porque, no supe si quiera en que momento abordó ese pensamiento mi cabeza, pero paso... pensé, en lo bien que se veía de esa forma frente a mi: sumiso, tímido, deseable...


Mi mano se estiró automáticamente a tocar su rostro. Dedo índice y pulgar sujetaron su barbilla y lo guiaron a levantar la mirada aún cuando el contacto con su piel ardía, quemaba. Unos sorprendidos ojos oscuros me inspeccionaron, confundidos preguntaron "¿Que estas...?".

Cedió ante la orden de mis movimientos y recompuso su postura, eso me permitió acercarme hasta borrar el espacio personal entre ambos. Mi brazo rodeo su cintura y lo atrajo contra mi, disfrutando del roce de cuerpos a pesar de lo estorboso que era la ropa para ambos. Sus ojos en ningún momento se apartaron de los míos y pude identificar un sentimiento que me agradó tanto... sorpresa, deseo, timidez.

Mi rostro se acerco al costado de su cara, inhalando el suave perfume que traía puesto me tome un momento para poder decir con mis cuerdas vocales vibrando en tono bajo:

Atado A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora