Capítulo 47 - Un príncipe verdadero

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Xiao Zhan

–Er-Gege, ¿cómo se llamaba este? –pregunta una niña de grandes ojos negros, señalando a un dibujo impreso en un libro infantil.

La voz de Mei-mei me ha sacado de mis pensamientos. Me toma un momento observar el dibujo para poder responderle. Fuerzo una sonrisa, para que no se perciba mi preocupación.

–León. –respondo. Ella gira a verme curiosa. –Es un León.

Como si de alguna manera, le diera un significado más profundo, la niña pequeña sentada a mi lado traza las líneas negras que contornean la figura del animal. Una suave sonrisa infla sus adorables mejillas.

–León. –repite. Y suelta una suave risilla, volviendo a mirarme. –Er-gege, Este león tiene la misma mirada que Gege. ¿No lo crees?

El comentario ha sido tan repentino, pero ha captado por completo mi curiosidad. No puedo evitar sentirme divertido ante esta conclusión a la que ha llegado Mei-mei. ¿Cómo puede ver el rostro de Yibo en un león?

–Oh, ¿es así? –ella asiente ante mi pregunta. La inspecciono suavemente, sonriendo por lo segura que se ve. –Muéstrame, ¿dónde ves a Gege?

Entonces, como si fuera algo lo suficientemente obvio, comienza. Su pequeño dedo señala los fieros ojos del felino.

–Gege observa de la misma manera a las personas malas cuando está enojado. ¡Y es igual de fuerte que un león! ¿No puedes verlo, Er-gege? Incluso tiene la misma forma de sus ojos y de su cabello.

Hay un leve destello de un Yibo un poco más joven cuando dice lo último. Antes, tenía su cabello más largo, acostumbrado a peinarlo descuidadamente o atarlo en una media coleta para que no estorbara en su vista.
Ahora lo tiene mucho más corto... pero le sienta tremendamente bien.
Una sonrisa bomba me invade cuando encuentro las similitudes que Mei-mei menciona.

–Ah, tienes razón. –sus ojos brillan mientras me mira. –Creo que deberías decírselo la próxima vez que lo veas.

Ella sonríe, obediente. –Mei-mei lo hará.

Entonces regresa nuevamente su vista al libro y continúa con la misma tarea de hace varios minutos. Mientras, yo vuelvo al pequeño rincón de pensamientos turbios que me agobian desde la mañana.
La sensación en el pecho no se ha disipado, ni un poco. Conforme las horas pasan solo me siento todavía más inquieto... y es peor sabiendo que Yibo ha tenido que irse a ver a Aaron, a lidiar con la empresa y su complicada situación.

Un suspiro me abandona, mientras trato de tranquilizarme. "Solo tienes que pensar positivo... todo saldrá bien." Pienso, cerrando los ojos.

Hoy también trasladan a mamá a la mansión de Yunxi, y eso me tiene todavía más ansioso por la enorme cantidad de tiempo que no la he visto. Además, no sé cómo está después de su cirugía. No me ha dado tiempo de asegurarme de absolutamente nada... y el proceso, ha dependido por completo de Allen.

Justamente, hablado de él... puedo ver por el rabillo del ojo, una silueta de traje acercarse a mi dirección.

Estamos en el jardín pequeño y privado que está en una de las zonas verdes de la casa. Por el arco de flores y plantas que adornan la pequeña entrada, Allen camina con pasos suaves y cuidadosos.
No pasa desapercibido para mi como la pequeña niña a mi lado actúa como un gato pequeño. Tan pronto como las pisadas resuenan contra el pasto, ella ha saltado de su asiento y ha buscado refugio a un costado de mi cuerpo.

... El gesto me provoca ternura, pero también me preocupa. A pesar de lo que Yibo y yo le dijimos en la mañana, ella continúa estando alerta de su entorno. No ha bajado la guardia por completo... y es comprensible, pero preocupante.

Atado A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora