Cap 1 "El pequeño rizado"

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Cómo se conocieron...

Era una fría mañana y se encontraba tranquilo sentado en una de las sillas mientras comía una manzana cuando unos de sus compañeros se acercó y se la arrebató de las manos para luego tirarla al piso y pisarla con la suela de su zapato.

-Miren, la niñita de Harry vino hoy con bufanda rosa, color de niñas. -Habló éste burlándose del pequeño ojiverde, llamando a la atención de todos los niños que se encontraban en el patio.

-Ya déjame en paz Daniel, yo no te hago nada-rogó el rizado, parándose frente a él.

- Iugh, claro que sí, eres un asqueroso, te gustan las cosas de niñas y seguro que los niños también, mi papá dice que las personas como tú no deben existir porque son unos pecadores- habló molesto el castaño, fulminando con la mirada a éste.

Harry no entendía porque aquel niño lo miraba con tanto odio en su mirada y en sus palabras. Él jamás había dicho o hecho algo para provocarlo. Así que decidió darse la vuelta e ignorarlo.

-A dónde crees que vas maldito mariquita-gritó Daniel cogiéndolo fuertemente de la bufanda para quitársela.

-Devuélvemela por favor, yo no te he hecho nada- respondió con voz temblorosa, el miedo empezando a aparecer.

No le gustaba meterse en problemas porque siempre terminaba llorando y no se sentía capaz de defenderse.
Harry era un niño hermoso como por dentro y por fuera, tenía unos rizos color chocolate y unos hoyuelos que marcaban sus mejillas.

A sus nueve años, siempre se sintió diferente a los demás niños, no le gustaba el fútbol y prefería jugar con sus compañeras, por eso en la escuela a la que asistía algunos niños lo molestaban, diciéndole uno que otro insulto.

Su madre siempre le decía que no debería de importarle lo que piensen los demás y que se muestre tal y cómo es.

-Ya vas llorar niñita, vamos defiéndete, ven por ella.

Más allá en una esquina, estaba un pequeño castaño ojiazul quién era nuevo en esa escuela. Sus padres lo tuvieron que cambiar de colegio ya que era muy inquieto y siempre estaba metido en peleas con sus compañeros.

Escuchó a los lejos unas risas logrando llamar su atención, vio como un niño un poco más pequeño que él y de ojos verdes estaba llorando mientras rogaba que le devolviera su bufanda, y cómo el niño que se encontraban cerca de éste tenía una sonrisa de oreja a oreja. Entonces entendió que el pequeño rizado estaba siendo molestado por aquel malvado niño.

Se acercó rápidamente para poder defenderlo.

-Hey tú, devuélvele su bufanda, qué no lo escuchaste-gritó el ojiazul acercándose a ellos.

Daniel volteó, buscando de dónde venía esa voz y se encontró con unos ojos azules que lo fulminaban.

-Y tú quién eres, no te metas, ésto es entre Harry y yo.- Así que así era como se llamaba ese lindo niño, Harry- pensó Louis.

-Soy Louis Tomlinson-dijo fuerte-. Créeme que deberías de tenerme miedo, por tu bien-se acercó hacia él intimidandolo con su mirada- Soy nuevo ya que en mi antigua escuela me expulsaron porque le rompí la nariz a uno de mis compañeros-dijo con simpleza el castaño.

No mentía, Louis hablaba orgulloso de lo que había hecho puesto que ese niño al que golpeó lo había encontrado metiendo la cabeza de uno de sus compañeros al inodoro.

Él sólo lo defendió.

Notó el miedo en Daniel y vio cómo éste le regresaba la bufanda al menor para luego irse corriendo.

Cobarde, já.

-¿Estás bien?-se acercó preocupado al ojiverde.

Éste era un niño muy lindo para de sinceros, se había tomado el tiempo de admirar el perfil del ojiverde.

-Sí, g-gracias- respondió tartamudeando, sus ojos puestos en sus manos

-No hay de qué, no me gustan las personas como él, solo son personas infelices y ven la manera de cómo malograrles la vida a los demás- soltó.

Las palabras del castaño dejaron sorprendido a Harry, se sintió estúpido al no poder responder nada debido a que se perdió en aquellos ojos color azules de Louis.

Eran hermosos.

-Eres Harry verdad.-habló nuevamente Louis.

-¿Cómo sabes?-preguntó el menor. No recordaba haberlo visto antes al mayor como para que éste supiera su nombre.

-Oh, es que hace un rato lo dijo ese niño-dijo señalando hacia Daniel quién los miraba disimuladamente, o eso creía él.

-Cierto, que tonto soy, y tú eres ... Louis, ¿no es así?-preguntó con curiosidad el rizado.

-El mismo- respondió dedicándole una sonrisa. -Es mi primer día en esta escuela y pues... no sé si tú podrías hablarme un poco de ella, claro si quieres -dijo rascándose la nuca, nervioso.

-S-sí, claro.- a Harry le costaba responder y se sintió raro por eso.

Él siempre era sociable y hasta había algunas veces en donde lo callaban por hablar de más pero en éste caso era distinto.

Luego de que Harry le había explicado algunos detalles de la escuela a Louis, y cómo eran los profesores, el mayor le agradeció comprándole unas golosinas que el menor adoraba.

-Bien Hazz ... uhm puedo decirte así o suena muy confianzudo. -Preguntó el ojiazul. En los pocos minutos que había conocido a Harry, éste parecía un buen niño y muy inteligente.

-N-no no, me gusta. -Le respondió con una sonrisa que hacía notar sus hermosos hoyuelos.

-Son lindos. -Dijo con total sinceridad el castaño observando los hoyuelos del menor.

-¿Uhm? -Dijo un poco confundido.

-Tus hoyuelos... q-quiero decir ahm... es que yo, pff olvídalo. -El ojiazul jamás se había puesto nervioso al dar un cumplido y mucho menos con un niño. -Me tengo que ir, fue un gusto conocerte Harry, mañana nos vemos, adiós.- dijo hablando muy rápido.

Louis no espero a que Harry le respondiera ya que literalmente había huido. Harry pensó que algo había pasado para que el castaño actuará así. Ya lo averiguaría.

En el camino a casa Harry no pudo dejar de pensar en ese lindo niño de ojos azules y facciones pequeñas. Hasta que su madre interrumpió sus pensamientos.

Anne era una mujer maravillosa y sobre todo fuerte, su esposo la abandonó dejándola sola con sus dos hijos. Harry y su hermana mayor, Gemma.

Aún así la madre luchó para salir adelante sin la necesidad de un hombre en su vida.

-¿Qué tal te fue hoy cariño?-preguntó.

Harry normalmente al salir de la escuela siempre tenía una mirada triste y permanecía callado en todo el camino, pero esta vez lucia diferente tenía necesidad de saber el motivo.

Tenía la mirada fija en sus manos y una sonrisa. La madre notó eso.

-Pues conocí a un nuevo niño, se llama Louis- murmuró mirando hacia la ventana.

He ahí el motivo, ese tal niño llamado Louis. Pensó Anne.

-Louis, lindo nombre, y cómo es él- preguntó la mujer con curiosidad. Necesitaba saber más sobre el niño que había creado una sonrisa en su menor hijo.

-Pues ... me defendió de un compañero que me quitó mi bufanda. Harry respondió con tristeza en sus palabras.

-Oh Dios Harry, ese niño es un ángel, necesito conocerlo.

Una vida para los dos- Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora