Harry se despertó emocionado, como nunca, pero la idea de ver otra vez a Louis le dio ganas de ir a la escuela.
Ya han pasado cuatro semanas desde que conoció al ojiazul y cada día se encariñaba más con éste, puesto que Louis lo trataba muy bien.Se dirigió al baño para realizar su aseo personal mientras Anne lo esperaba para desayunar.
Louis era un grado mayor y debido a eso el único momento en donde podía verse y hablar era en el recreo, el cual duraba media hora. Pero a Harry no le era suficiente él quería conocer más al mayor.
Esperaba ansioso los minutos que faltaban para el descanso y poder ver al castaño. La profesora explicaba los ejercicios en la pizarra cuando sonó el timbre indicando que era hora.
El rizado salió literalmente corriendo al patio observando al ojiazul que se encontraba esperándolo en la banca donde casi siempre se sentaban, el mayor volteó chocando miradas, éste le dedicó una sonrisa.
-Hola ricitos. -Saludó el castaño.
En pocos días le había agarrado tanta confianza al pequeño que ya le tenía un apodo.-Hola Louis-respondió, tomando asiento en la banca.
-Tengo algo que decirte.-habló en un tono de voz tímido.
-Sipe, dime- respondió rápidamente Harry mirándolo con los ojos abiertos de par en par.
-Y-yo ... quería preguntarte si tú, no sé tal vez, te gustaría venir a mi casa, ya sabes para jugar videojuegos y cosas así.
Harry había notado que Louis casi siempre hablaba rápido y no se le entendía mucho, pero lo que logró entender es que lo había invitado a su casa.
No lo podía creer, estaba en completo estado de shock, la idea de conocer la casa de Louis significaba que por fin tenía un amigo, alguien que no lo juzgaba por cómo era, en el fondo se había encariñado muy rápido con éste y tenía miedo de perder su amistad.
De perderlo a él...
-Yo tendría que pedirle permiso a mi mamá- respondió haciendo un casi puchero.
-Por supuesto, tu mamá es la que viene a recogerte, ¿no.
-Sip, yo le he hablado de ti y quería conocerte. - respondió con sus mejillas sonrojadas.
-Genial, entonces me presentaré con ella.
Louis era un niño que a su corta edad era muy maduro, le gustaba expresarse sin importa que digan los demás y se ganaba el cariño de las personas fácilmente.
Llegó la hora de salida y Anne esperaba a su hijo desde su carro. Vio como Harry venía acompañado de un castaño un poco más alto, y ambos se reían. Pensó que se trataba de aquel niño del cual Harry le había hablado muy bien, demasiado bien para ser sincera.
Anne decidió bajar de auto para acercarse a ambos niños con una sonrisa en su rostro. Louis le dirigió la mirada y vio el parecido de la mujer con Harry, entonces comprendió que era su madre.
-Hola cariño, quién es éste simpático niño. - Preguntó la mujer con una suave sonrisa en su rostro.
-Yo soy Louis, Louis Tomlinson, mucho gusto señora. -El ojiazul se presentó, estirando su mano en señal de saludo. El cuál Anne, aceptó con una sonrisa de oreja a oreja- soy amigo de Hazz.
-El gusto es mío, Harry me contó que lo defendiste y desde ese día no deja de hablar de ti.
-Mamá por favor. -habló el ojiverde un poco sonrojado por las palabras de su madre.
Louis sonrió.
-Señora, yo quería preguntarle si tal vez usted dejaría que Harry venga a mi casa el sábado, para jugar videojuegos. -dijo sobando su nuca.
-Oh claro, después me pasas tu dirección con Harry. -respondió dulcemente la mujer.
Harry le sonrió a su madre mientras que el mayor asentía para después despedirse de ambos educadamente.
-Nos vemos mañana Hazz-hizo un saludo-. Hasta luego señora un gusto haberla conocido.
...
Louis ya había llegado a su casa, se encontraba en su habitación para darse un baño.
Él vivía con sus padres, su hermana menor y su abuelo.
Jay, su madre era una mujer muy especial, apoyaba en todo a su hijo. Su padre, Troy, era muy estricto con él ya que éste era un tanto inquieto pero aun así lo daba todo por su único hijo hombre. Quería que éste en unos años fuera profesional y se casara para darle nietos a los cuales dejaría su herencia.
Pero Louis tenía una persona en la cuál confiaba plenamente, era como un mejor amigo para él, su abuelo llamado Javier.
Adoraba escuchar las historias que el señor le contaba, las aventuras que había hecho de joven. Louis quería ser como su abuelo cuando sea grande.
Un hombre que había viajado y conocido hasta los lugares más profundos, con las mejores experiencias de su vida pero debido a que había sido diagnosticado con una enfermedad en su columna tuvo que olvidarse de todas esas aventuras increíbles.
-Cómo le fue hoy a mi nieto engreído. -habló el señor acercándose a Louis quién ahora se hallaba en la sala viendo tele.
-Bien abuelo, te acuerdas que te conté que invitaría a Harry a casa-respondió el castaño acomodándose en el sillón.
Ya le había hablado del rizado a su abuelo y éste tenía curiosidad de conocerlo así que le dio la idea a Louis de invitarlo a su casa.
-Sí...lo recuerdo, ¿lo hiciste.? -preguntó con curiosidad bajando sus lentes.
-Sipe, y adivina qué, aceptó venir. -dijo muy emocionado.
-Estupendo, entonces pasado mañana conoceré a ese famoso Harry Styles.
Javier se había dado cuenta la manera en la que su nieto hablaba de ese niño como si fuera una persona especial en su vida.
Y tal vez lo era.
Él prometió apoyarlo en absolutamente todo a su pequeño nieto, solo quería verlo feliz.
Louis era un niño de tan sólo diez años, él desde muy pequeño le encantaba jugar fútbol, su padre lo había metido en unas de las mejores academias y ya era todo un experto a su corta edad.
Ya era de noche y el castaño estaba en su habitación sobre su cama, todos ya se dormían, pero él ocupaba su mente en aquel pequeño de rizos chocolate y ojos esmeraldas.
Le gustaba hacer reír al menor para ver esos hermosos hoyuelos que se formaban en sus cachetes.
Louis pensaba que Harry era un muñeco de cristal que en cualquier podía romperse, por eso debía protegerlo siempre ya que en el exterior estaban muchas personas malas que podían lastimarlo.
-Ay Harry, por qué no puedo de pensar en ti. -habló para sí mismo el mayor.
Empezaba a temer por los sentimientos que tenía hacia el ojiverde. Era un niño igual que él, no podrían estar jamás juntos, que pensarían sus padres. Estaba volviéndose completamente loco.
Y así fue como después de un largo tiempo, se quedo dormido plácidamente.
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Una vida para los dos- Larry Stylinson
FanfictionÉl siempre vivirá en mi y yo, viviré por él. Historia terminada.