1. Secretos revelados

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CAPÍTULO I

Venus.

—¡Por favor!

—No, Vee, ¿Por qué no te quedas tu a esperar a tu caballero de brillante armadura? Esto es peor que mi acoso hacía Ares.

—Tu pequeño acoso, —hago comillas con los dedos. —podría costarte ir a prisión ¿sabes? Además tu estas perdida en inglés, es un caso perdido que vayas.

Raquel se sonroja, Dios, ¿En serio no se da cuenta de lo obvia que es en sus acciones?

Pero eso no es el punto, no ahora.

El punto es encontrarlo, encontrar a mi admirador secreto.

—Que no, de ninguna manera esperare aquí a que tu caballero de brillante armadura aparezca.

—Deja de decirle así.

—No tiene otro nombre, Vee, ¿Quién en el siglo xxi dice buenos días, princesa?

—A ti te encantaría que Ares te dijera eso. —le hago burla sacándole la lengua. —Por cierto, no pude descubrir nada estos días, solo que es malisimo para el play.

—¿Han jugado play todo este tiempo?

—Claro, ¿Qué creías? Él te gusta, jamás intentaría algo con él, además que a mí no me gusta.

—¡Okey, bien, me quedaré aquí! Me haces sentir una mala amiga ¿sabes?.

—Si, bueno, Dani se fue corriendo a su salón cuando me vio acercarme así que no tengo muchas opciones.

Raquel esta a punto de golpearme el hombro, pero la campana suena salvandome.

Me alejo de ella corriendo y con una gran sonrisa en el rostro.

¿Como será él?

¿Alto? ¿Bajo?

¿Cuál será su estilo?

¿Que edad tendrá como para que hable así de mal sobre ese tema?

¿Su sonrisa será tan hermosa como me la imagino?

¡Claro que sí! Si él me gusta, a pesar de no haber hablado en persona, todo lo que hace es muy tierno.

Cuando sepa quién es yo misma lo invitaré a salir.

No importa la edad que tenga.

Apolo.

Ahí va, una resplandeciente sonrisa en su rostro, su maleta yendo de arriba hacía abajo por los pequeños saltos que da mientras corre y su cabello rosa se mueve junto con su pequeña mochila.

Es preciosa, simplemente perfecta.

¿Cómo rayos acabe así?

Es que era inevitable, ella era la única del grupito de Ares que no me veía como un niño. Me saludaba como tal, me invitaba a sus fiestas y hasta se ofrecía a que vayamos al cine.

Todo grupal, pero nunca me dejó de lado, ni porque Ares le insistía que yo solo era su hermanito.

Paso mi cabeza por ambos lados, derecha, izquierda, aparentemente no hay nadie. Camino libre.

Empecé a silvar mientras caminaba hacía su casillero.

Todo normal, amigos, no hay absolutamente nada que ver aquí. Solo un chico cualquiera caminando a un sitio cualquiera.

Me paro de espaldas frente a su casillero para sacar la pequeña hoja.

—¿Que haces tu acá?

¡Santas papayas!

Me tocó el pecho y empiezo a hiperventilarme, Raquel sigue frente mío mirándome confundida.

Piensa, Apolo, piensa.

—Ahmm, yo, solo-

—Un momento... —se detuvo un instante, pasando su mirada desde la hoja en mis manos hasta mi cara. Luego de unos segundos que se me hacían eternos, se cubrió la boca con sorpresa. Mierda. —¡Eres tu su caballero de brillante armadura!

—¡Shhhhhhh! —la calló colocando mi dedo en sus labios, ella sigue sonriendo. —¿Qué? ¿Crees que ella se vaya a decepcionar?

—¡Claro que no! Solo que si tu estas con Venus, eso me acercara aún más a Ares. —dice mirando a la nada. Nuevamente está pensando en voz alta. Luego me mira, como si recién estuviera hablando. —No es eso, pensé que serías uno de esos idiotas que la molestan, estoy plenamente agradecida de que hayas sido tu y seguro que ella estará más que feliz.

Siento como mi corazón da un brinco.

¿Lo dirá en serio? ¿Venus podría estar feliz de saber que soy yo?

No, claro que no, no tiene sentido Apolo.

Es Venus de la que estas hablando, la perfecta chica de cabello rosado.

—No se lo digas, por favor. —le ruego, ella me mira sin entender.

—Pero si eres increíble, Apolo, ¿Por qué tienes tanto miedo a que te rechacé?

—Solo no se lo digas. —se queda en silencio, hora de usar el arma secreta. —Si me haces este favor, le hablaré de ti a Ares todo el mes.

Sus ojos se abren al tope, sus mejillas se sonrojan y mira a la nada por uno segundos.

Esta chica piensa demasiado.

—¿Y qué se supone que le debo decir a Vee?

—Dile que... ¡Que te fuiste al baño y cuando regresaste encontraste la nota en el suelo!

Me mira directamente por unos segundo, suspira y toma la nota de papel de mis manos.

¡Gracias, Ares! ¡Gracias por ser un chulo con las chicas!

—Si no te vas en cinco segundos, me arrepentiré.

Apenas oigo eso salgo corriendo de allí hacía mi clase.

Debo confiar en ella, no me queda de otra.

×

¡YA LLEGO MAAAAC!

¡Hola, hola mis pequeñas bolas de sensualidad! Lo sé menudo apodo, pero es lo que hay f. 

¡Si llenan de comentarios los capítulos que publicare les daré un pedazo de pizza!

¡No se olviden que si se pasan por mi libro de Efímero tendrán un pedazo de mi corazón!

¡Besos de fresa a todxs, cumplan sus sueños, monten un unicornio y sean felices!

-Lx ama, Mac <3

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora