26. Charlotte

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Capítulo XXVI -obligatorio haber leído ATDLL

Venus. 

Dos clases. 

Esa fue la cantidad que me salté para poder evitar a Apolo. Es ahora donde me doy lo cuenta lo ridículo que es esto. 

—¿En que tanto piensas?

Vance le da una calada a su cigarro, es sexy, pero no me atrae lo suficiente. Los chicos malos jamás fueron mis preferidos, esa era cosa de Raquel. 

Mierda, se suponía que tenía que visitarlos hoy. 

Ahora entiendo las llamadas perdidas y los mensajes. 

—¿Crees que me puedas llevar a donde Ares y Raquel? —pregunto apoyando mi cabeza en su hombro. 

Él chasquea la lengua. —¿Es la pareja hormonal, verdad?

—Si, esa. 

No culpo que le haya puesto ese apodo. La primera vez que fuimos a verlos, ellos estaban gimiendo tan alto que nos tuvimos que ir para dejarlos tranquilos. 

Se suponía que traerían agua, pero nunca sucedió. 

Siento su mano en mi cintura, acercándome lo suficiente a él para sentir su respiración en mi cuello. Él sabe que ese es mi punto débil. 

—¿Con quién pasaste la noche, Vee?

—Con una persona. —lo molesto, él muerde el lóbulo de mi oreja. 

—¿Te la pasaste bien?

—Oh, si, demasiado. 

—Okey, ya deja de hacer eso. —me pide mirándome a los ojos, está molesto. —Sabes que no me gusta que hables de esos tipos cuando estás conmigo. 

—Tu preguntaste. 

—Solo lo dije para ver si no te contagió clamidia, no quería especificaciones. 

¿Clamidia? No creo que Apolo tenga clamidia, es demasiado nervioso, a tal punto que si hubiera visto algo mal ya hubiera ido al doctor. 

—No tengo clamidia, Vance. 

—¿Usaste condón?

—¿Quién eres? ¿Mi mamá? —él alza una ceja, suelto un suspiro. —No, pero esta mañana tomé la pastilla. 

—Que sepas que si sales embarazada, no me haré cargo. 

—Que sepas que no me importa. —contraataco molesta. —Eres un idiota, no sé porque seguimos juntos. 

—Por las personas. 

Eso es cierto, nos conocimos en una fiesta de un amigo en común que es influencer; la gente empezó a querer vernos juntos y ahora vivimos del dinero de las aplicaciones y patrocinadores. 

No tenemos de otra. 

—¿Quieres que te lleve a casa y luego a tu trabajo?

—No, iré sola. —digo con el orgullo en la garganta, él no me hace caso; me agarra del antebrazo y me mete a su auto. —¡Te dije que no volvieras a hacer eso!

—Evito que salgas violada, Venus. —que estupidez. Vance rodea el auto y arranca. —No dejas que alguien se preocupe por ti. 

—Tú lo único que quieres es sexo. 

—No es lo único en lo que pienso, Vee. 

No le hago caso, apoyo mi cabeza en la ventana y cierro los ojos para que él deje de hablar. 

#

Venus...

Venus...

—¡Venus!

—¿Qué? —grito estirándome, el rostro de Vance está muy cerca de mí. Siento la sangre subir por mis mejillas. —¡Aléjate de mí, Adams!

—Tranquila. —se burla riendo, yo me reincorporo y suelto un bostezo. —Ya llegamos, ¿Te espero para llevarte a Starbucks?

—Haz lo que quieras. 

Abro la puerta del auto con las llaves del apartamento en mi mano, solo espero que Charlotte no haya traído a nadie. La última vez vino un morocho que pensó que íbamos a tener un trio, que asco. 

Si yo tengo sexo con alguien, es porque quiero que esté conmigo; no me agrada la idea de compartir. 

Introduzco la llave y la cerradura cede; dejándome ver la sala del lugar. 

¿Qué mierda?

Apolo y mi compañera de departamento se están masturbando en el sofá. Esto es lo más asqueroso, doloroso e incomodo que he vivido. 

Que no te dañe Venus, que no te dañe, no tienes porque llorar nuevamente por ese idiota.

Sin prestarles atención dejo las llaves a un lado y camino hacía mi habitación; entonces siento una mirada en mi espalda, pero no le hago caso. 

—¡Venus! —él me detiene agarrándome del antebrazo. —Te juro que yo no-

—Ahórrate tu discurso, Hidalgo. —las ganas de dañarlo me invaden. —Cuidado con ese sofá, más de uno ha pasado por allí. 

Me suelto de su agarre, puedo sentir mis mejillas arder mientras me encierro en mi cuarto. Me saco la camisa con frustración y la tiro en algún lado de la habitación. 

Paso mi mano por mi rostro, no, no voy a caer. No lo haré. 

Tomo aire e intento respirar con normalidad. Minutos después me pongo mi camiseta de Starbucks; retoco mi maquillaje y salgo con una sonrisa en el rostro. 

Ellos siguen ahí, pero esta vez no se están tocando.

—Lo siento, no sabía que se conocían. —murmura Charlotte apenada. 

—Que tengan una buena cogida. —les digo sonriente. —Y ojala les de clamidia. 

Después de decir eso me voy, quiero vomitar. 

Su mirada estaba fija en la ventana transparente en su lado izquierdo, en donde se veía a la gente entrar al avión

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Su mirada estaba fija en la ventana transparente en su lado izquierdo, en donde se veía a la gente entrar al avión.
Allí estaba él, parado en la mitad de la gran escalera, moviendo la cabeza en todas las direcciones, buscándola.
—¡Romeo! ¡Romeo! —empezó a gritar golpeando el cristal. —¡Estoy aquí!
No le hacía caso, el nudo en el pecho de Juliet se hizo más fuerte. Quería llorar, si no es que ya lo estaba haciendo.
—¡Si quiero! ¡Si quiero ir contigo! —insistió con todas sus fuerzas, sentía que en cualquier momento la ventana se rompería, pero eso no le importaba ahora. Lo amaba y haría lo que fuera para que la escuchara, que escuchara lo rápido que late su corazón cada vez que lo ve.

—Juliet & Romeo; próximamente.

¡Hola pequeñas bolas de sensualidad! ¿Cómo están? ¡Espero que bien!

Hoy les tengo dos noticias importantes, la primera es la nueva historia que estoy planeando (avance arriba) ¡Al fin tendremos a nuestro Romeo en Wattpad yuju! La segunda es que me harán una entrevista ( -entrevistxs ) ¡Vayan a dejar todas sus preguntas!

¡Besos de fresa! ¡Muak!

—Lxs ama, Mac <33

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora