𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo Hidalgo

C.E. Dos

Capítulo especial-Dos (Que hubiera pasado si Artemis hubiera tenido algo con Venus)

Tiempo: Capítulo III

Venus.

Esto no está bien. 

Mi consciencia me recrimina mientras escucho la conversación de Artemis y Apolo desde atrás de la pared, me siento las vecinas chismosas. 

Aunque igual no logro escuchar nada, tal vez sea por los momentos silenciosos y que casi hablan susurrando. 

Tal vez solo deba acercarme un poco más. 

Muerdo mi labio indecisa, pero al final volteo mi cuello levemente para poder ver un poco que está pasando. 

¿De qué tanto están hablando?

Dejo de respirar cuando siento los ojos de Artemis conectarse con los míos por un instante, rápidamente me escondo detrás de la pared nuevamente. 

Mierda. 

Escucho que intercambian algunos murmullos y después veo como Apolo se va de allí sin percatarse de mi presencia, principalmente porque está despaldas. 

—¿No te han enseñado a no escuchar conversaciones ajenas?

La sangre sube por mis mejillas al sentir la mirada de Artemis sobre mi cuerpo y ahí recuerdo que sigo en traje de baño. 

Tonta, Venus. 

—Lo siento —intento recuperar mi compostura. —, pero no debiste llamarlo niño. 

—¿Tanto te importa para espiarnos?

Bajo mi cabeza avergonzada. —Lo siento, en serio. 

—¿Siempre eres tan complaciente?

Frunzo el ceño confundida y vuelvo a levantar la cabeza mirándolo a los ojos, esta vez trae una pequeña sonrisa. 

—¿Qué?

—Pensé que no eras de las que daban la razón tan rápido. 

—Pero tu tienes razón, no debí escuchar a escondidas. Sin embargo también deberías aceptar que no lo debiste llamar niño. 

—Te tengo una pregunta, Venus. 

Empieza a caminar en mi dirección a pasos lentos. 

—Dila. 

—¿Te gustan los niños..?

Mi respiración se acelera cuando se acerca más a mí, agachándose levemente para esconder su rostro en mi cuello; mi piel se estremece cuando siento su respiración. 

Su colonia me invade y siento la tela de su traje rozar mi piel desnuda. 

—¿O los hombres? —continua en un pequeño susurro, deslizando su mano por mi cintura sin detenerse. 

Cierro los ojos por un instante, disfrutando de su tacto descarado durante unos segundos que se me hacen eternos. 

Jamás había tenido este tipo de acercamientos con nadie, y mucho menos se me había pasado por la cabeza que la primera vez sería con Artemis. 

Ni siquiera sé porque no lo empujo, sería lo más sensato; sin embargo dejo que su mano recorra mi espalda baja hasta tal punto de rozar mi trasero por encima del traje de baño. 

Trago saliva nerviosa, sus labios hacen un leve contacto con mi cuello, casi nulo, tentándome. 

Sin poder evitarlo mi mente repasa todas las situaciones en las que esto podría terminar si me dejo llevar por un minuto, saldré lastimada y eso sería lo único.