34. La persona correcta en el momento incorrecto.

1.7K 217 183
                                    

Hace unos años atrás. 

Marco. 

Nos hemos besado. 

Hemos tenido sexo. 

Hemos ido al cine y compartido un tarro de palomitas de maíz. 

Me he presentado a su familia, y ella se ha presentado a la mía. 

Hemos hecho todas las cosas que se supone deben hacer las personas enamoradas, las personas que están locas la una por la otra. Mutuamente. 

Pero creo que esto ya no es mutuo, y estar en una relación unilateral es difícil, pero seguir luchando es doloroso. 

Es muy doloroso estar consiente de ello. 

—¿Quieres ir a tomar un café? —le pregunto, levantando la cabeza para verla, pero en cuanto lo hago mi corazón se destroza en miles de pedazos. —¿Venus? 

Ella no me hace el menor caso, sigue mirando nostalgicamente por su ventana, contemplando las pequeñas gotas de lluvia que resbalan por el vidrio. No tiene ningún tipo de semblante, su rostro está demasiado relajado, mostrando el dolor que se oculta dentro de ella; tiene sus brazos abrazando perezosamente sus piernas y una de mis camisas puesta, sobre ella sólo tiene una sábana que le he puesto hace un rato, ni siquiera en ese momento reaccionó. 

—¿Venus? —insisto. 

—¿Eh? —parpadea unas veces, espabilando, me mira e intenta sonreír, pero eso sólo le empeora. —¿Quieres tener sexo? 

Mi corazón se oprime en mi pecho al oírla preguntar eso, me hace sentir como un hombre aprovechado que sólo la quiere para eso. Pero lo único que yo quería era que ella fuera feliz, y pensé que lo sería conmigo. 

—No, Vee, no es eso lo que quiero —le respondo, tratando de oírme lo más dulce posible. 

—Qué extraño —murmura, dejando salir un suspiro de sus labios—, últimamente eso es lo que todos quieren. Bueno, al parecer también quieren besar a sus sirvientas, pero supongo que son fetiches de cada uno. 

Trago saliva. Ahora soy yo quién desvía la mirada hacia mis zapatos y la imagen del idiota de Apolo inunda mi cabeza. Las preguntas del "si hubiera" llenan mi cabeza. 

¿Y si ellos hubieran terminado correctamente? ¿Estuviéramos riendo ahora y siendo felices? 

¿Y si ellos jamás hubieran terminado? ¿Yo sería feliz? ¿Lo soy ahora? 

—¿En qué piensas? —me pregunta, giro la cabeza y la veo. 

—¿Tú en qué piensas? 

Se queda en silencio por unos instantes, sé en lo qué está pensando pero tengo miedo de que lo diga en voz alta. 

—En lo lindo que eres —dice, haciendo un intento de sonrisa. 

Mentira. 

Estaba pensando en Apolo, lo sé y duele. 

—Eras preciosa cuando sonreías —digo sin pensar, pero cuando lo hago intento descifrar su reacción. 

Venus parpadea y mira sus manos, los rizos de su cabello rubio caen al rededor de su rostro. Ni siquiera se lo tiñe ahora. 

—Era... —repite en voz baja antes de levantar la cabeza nuevamente, mis hombros se tensan al ver sus ojos enrojecidos—, ¿Ya no te gusto, verdad? 

—Oye, no, no digas eso —me apresuro a decir, poniéndome de pie para acercarme a ella, me acomodo como puedo y la rodeo con mis brazos para que pueda acomodarse a su gusto, sus pequeñas manos se aferran a mi pecho mientras oculta su rostro en mi cuello. 

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora