33. Reencuentros

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Capítulo XXXIII

Venus. 

No va a ser una cita. 

Esas palabras se repiten en mi mente cada vez que veo a Apolo cambiándose, no tarda mucho en elegir que ponerse y antes de cambiarse me mira de reojo. 

—¿Estás preocupada?

Si. 

—No, ¿Por qué habría de estarlo? No es una cita. 

Aunque estarán solos. En un café, pero solos. 

Sacudo levemente mi cabeza para sacar esas ideas de mi mente, termino de amarrarme las zapatillas para ponerme de pie. Yo ya estoy cambiada y estoy segura que Marco no debe tardar. 

Me miro en el espejo, no me puse nada sorprendente solo un top blanco, jeans y zapatillas. Camino hacía mi estuche de maquillaje. 

—¿Te vas a maquillar? —me pregunta Apolo, puedo notar cierto temblor en su voz. 

—Algo, ¿Por qué?

—Por nada. 

Me doy la vuelta al sentir sus manos sobre mi cintura, sus ojos se pasan por mi cuello. 

—¿No te cubrirás eso, verdad?

—No puedo salir con chupetones en el cuello, Apolo. 

Él hace un pequeño puchero, sonrío enternecida y puedo notar como él también tiene marcas en el cuello. 

—Me cubriré la mitad si tu no lo haces. 

—Hecho. —dice sin pensarlo dos veces con una sonrisa en el rostro. 

—¿Están presentables? 

Volteo al ver como Gregory entra con los ojos cubiertos y el celular en su pecho. Apolo solo está con sus jeans pero aún no se puso la camisa. 

—Sí, claro. —digo restándole importancia. 

Gregory se destapa los ojos y nos muestra la pantalla de su celular. Sonrío al ver a Ares allí cocinando o haciendo quién sabe qué. 

—¡Idiota!

—¡Peliteñida! —grita con entusiasmo sus ojos recorren la pantalla de su celular. —¿Vas a tener una cita?

—No es una cita. —responde Apolo por mí, poniéndose la camisa. —Solo ira con Marco al cine. 

—Entonces sí es una cita. —molesta Ares enarcando una ceja. 

El rostro de Apolo se enrojece y frunce el ceño. 

—Que no lo es. 

—¿Entonces porque Vee va tan arreglada?

Suelto una carcajada, Ares adora molestar a Apolo. 

—¿Quién es? —la alegría inunda mi pecho, Ares le dice nuestros nombres. —¡Pero si son la pareja más tierna!

—Ustedes les ganaron el puesto de hormonales. —comenta Gregory riendo. 

Me distraigo al escuchar el timbre. 

—Y ya llego tu cita. —oigo decir a Ares, le saco el dedo corazón. 

—¿Venus tiene una cita? —pregunta Raquel empujando a Ares para hacerse espacio, siguiéndole la corriente. —¿Y es lindo?

—Oye, ¿Por qué le preguntas eso? —interrumpe Ares mirándola con el ceño fruncido. 

Apolo suelta una carcajada en señal de: karma

Me hago espacio para salir de la habitación escuchando las burlas que se hacen entre ellos, no puedo evitar reír al oír como hablan de los rasguños que tiene Raquel en la espalda. 

Con una sonrisa en mi rostro abro la puerta. 

Allí está él. Se ha cortado el cabello y tiene la camisa media abierta dejando ver su collar. 

Él me sonríe ampliamente y dice con su voz naturalmente ronca. —Hola, Vee ¿Me extrañaste?

Sin pensarlo dos veces me tiro sobre él enrollando mis piernas al rededor de su cintura y abrazándolo todo lo que puedo. 

—Veo que sí. —murmura cuando me ayuda a bajar nuevamente. 

—¿Aún lo dudas?

—No lo sé, tal vez. —bromea dejando un beso en mi frente. 

—¡Ya llegó la cita! —oigo la voz robótica de Ares. 

Ambos volteamos la cabeza, Apolo y Gregory están allí, puedo notar la mueca de desagrado de mi novio. 

—Hola, bello durmiente. —saluda Marco con la mano antes de pasar su brazo por mis hombros, después mira a Raquel. —¿Qué hay, encantadora de hombres?

—¿A donde llevarás a nuestra Venus? —pregunta Raquel aguantándose la risa. —Ya sabes, para su cita. 

—Que no es una cita. —murmura Apolo hablando por primera vez. 

—Ah, allí estabas. —dice Marco, noto como su mirada se endurece al ver a Apolo. 

Un silencio incomodo se forma en esos momentos, la tensión entre ellos es demasiada y que se estén aniquilando mutuamente con la mirada tampoco ayuda. 

—Iré por mi bolso para irnos. —digo tratando de romper el silencio. 

—Voy contigo. —Apolo me sigue hasta la habitación, cierra la puerta tras suyo. —¿Hasta que hora dijiste que estarían en el cine?

No le hago caso y camino hasta el baño después de sacar el polvo de mi estuche de maquillaje, dando leves toques en mi cuello para bajar la intensidad a los chupetones y pasen un poco más desapercibidos. 

Apolo se apoya sobre el umbral de la puerta mirándome con el ceño fruncido. 

Sonrío nuevamente. —¿Celoso, Hidalgo?

—No, claro que no. Solo son amigos ¿no?

Me quedo en silencio, es cierto que somos amigos ahora pero en un pasado no. Cuando Apolo hizo lo de Claudia él me ayudó mucho y yo confundí mis sentimientos hacía él. 

Salimos por unos meses, casi un año, pero terminamos porque le confesé lo que en realidad sentía. Aún recuerdo su mirada de súplica de esa noche. 

—Sí, somos amigos así que cálmate. —digo acercándome a él para darle un pequeño beso. —Nos vemos en la noche ¿si?

Asiente un tanto desanimado, lo entiendo. Aún siento la mala sensación en mi pecho porque se verá con Rain. 

Solo que yo intento que no se note, quiero hacer las cosas bien y si esta relación saldrá adelante ambos tenemos que poner de nuestra parte. 

Agarro mi bolso y vuelvo a la sala, donde Marco me sonríe. 

¿Qué podría salir mal?

¡Hola pequeñas bolas de sensualidad! ¿Cómo están?

Bueno, como vieron yo me baso en AYDLL pero ya no hay más capítulos así que esta historia quedará pausada por un tiempo, hasta próxima actualización para seguirle el ritmo a la historia.

También la otra opción es hacer capítulos especiales, pero la historia tomaría otro rumbo y cuando Ariana continúe la otra historia retomaré desde aquí, para no dejarla historia varada. 

Por otro lado, tengo una idea para un fic de Hugo entonces pensé que podría hacerlo como agradecimiento para cuando CLC (mi historia original) llegue a los 2k de votos y lo llenen de comentarios, eso me dará tiempo de hacer los primeros capítulos. Ya les avisare cualquier cosa.

¡Besos de fresa! ¡Muak!

—Lxs ama, Mac <33

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora