𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo Hidalgo

C.E. Seis

Capítulo especial-Seis(Que hubiera pasado si Ares estuviera interesado en Venus pt.3)

Advertencia: Recuerden que todos los capítulos especiales no suceden en realidad en la historia original, todo está explicado en la nota del capítulo xxxiii.

Tiempo: Después del C.E. Tres. 

Ares. 

Odio que haga esto. 

Venus suelta una risa, siento como una herida se hace en mi ego al saber que lo que le causa gracia proviene de su teléfono. 

Suelto un suspiro y miro nuevamente al techo de mi habitación, intentando ignorar el hecho de que estoy al lado de ella completamente desnudo, sólo con una sábana encima, y al parecer su teléfono le importa mucho más. 

Suelto otro suspiro. 

—¿Te estás desinflando o qué? —oigo su voz en la habitación, no tengo que mirarla para saber que tiene una sonrisa en su rostro. 

—¿Te diviertes hablando con tu novio? 

—Ya te dije que no es mi novio. —contradice, siento sus manos abracarme al rededor de mi cintura. —Y no te tiene porqué interesar, fuiste tú quién dijo que esto sólo era sexo. 

—Si no es tu novio, no entiendo porque no me dices quién es. 

No responde, así que volteo la cabeza para verla de frente, está haciendo figuras invisibles en mi abdomen con su dedo índice. Su cabello rosa me pica un poco la nariz, pero no lo quito al sentir su aroma llenar mis fosas nasales. 

Miro su teléfono de reojo, ¿Con quién hablará tanto? ¿Por qué no me dice quién es para partirle la cara de una vez? 

No te incumbe, Ares. 

Me sobresalto al sentir algo haciendo presión en mi miembro, Venus está sentada sobre mí, dándome una perfecta visión de sus senos. Rápidamente siento cómo la calentura sube por mi cuerpo. 

Me sonríe. 

—¿Estás celoso? 

Suelto una carcajada. 

—¿Yo? No me interesa con quién estés, Venus. Él debe ser un idiota, mientras te lleva rosas o chocolates, tú estás en mi cama. 

Su sonrisa desaparece. 

—Sí, y puedo irme si te sigues comportando como un patán. —trago saliva al sentir como empuja su cadera hacía mí, haciendo la fricción más fuerte. —No creas que quién tiene el control de esto eres tú, no podrías estar más equivocado. 

Lo que más me molesta es que tiene razón. 

Chasqueo la lengua y pongo mis manos sobre su cintura, me detengo un momento para admirar su cuerpo; no puedo evitar sonreír al ver los chupetones que le hice hace unos minutos. 

Empiezo a tocar con mi dedo índice cada uno de ellos, ella cierra los ojos disfrutando de mi tacto, trazo líneas en su piel, uniendo las marcas y a mi mente se me vienen recuerdos de cómo se los hice y donde. 

Me detengo al detectar uno entre su escote. Ese no lo hice yo. 

Siento mis músculos tensarse y aprieto mi mandíbula. 

—¿Quién te hizo esto? —pregunto sin dudar, Venus abre los ojos. 

—¿Qué? 

—Dije, quién te hizo esto. —repito.