Capítulo especial-Cuatro (Que hubiera pasado si Ares estuviera interesado en Venus)
Tiempo: Antes del capítulo uno
Venus.
—Hola, idiota mayor. —saludo a Ares, entrando en su habitación, echándome en su cama. Él me mira con una sonrisa. —¿Qué videojuego jugaremos hoy?
—¿Pes?
—Ya te gané en ese ayer. —le recuerdo, quitándome los zapatos con los pies para acomodarme. —¿Ya viene Marco?
—No va a venir, faltó al entrenamiento de futbol la otra vez así que el entrenador lo obligó a quedarse hasta tarde hoy.
Suelto un bostezo y me siento con la espalda apoyada en el respaldar de la cama, frunzo el ceño confundida cuando los ojos de Ares no se separan de mí.
—¿Qué miras?
—¿Por qué no me tienes miedo, Venus?
—¿A qué te refieres?
La cama se hunde a mis lados mientras Ares gatea hacía mí, mi corazón empieza a latir rápidamente.
—Vienes a mi cuarto y te tiras a mi cama con total confianza —susurra y puedo notar como su mirada cambia, su respiración choca con mi nariz. —, ¿No te preocupa que me sobrepase contigo?
—No, sé que no harías nada que yo no quisiera. —digo con total confianza, mi piel se eriza cuando sus dedos hacen contacto con mi cintura por debajo de mi blusa; jalandome hacía él.
—¿Y hasta donde me permitirías llegar, Venus?
No respondo, ni siquiera sé porque no lo hago. Simplemente dejo que sus labios hagan contacto con mi cuello por un buen rato.
—No lo sé...—jadeé mientras mi cabeza se iba para atrás, sin querer una pequeña risa salió de mi boca y casi inmediatamente Ares dejó de besarme para verme confundido.
—¿Te dió risa? —cuestionó arqueando una ceja, solté otra risa.
—Lo siento, es que se supone que eres un dios en esto. —bramé con una sonrisa en mis labios.
—¿Me estás retando, Venus?
Levante mis hombros, no era sorpresa que siempre tenía esa necesidad de molestarlo pero herirlo en su ego había sido muy gratificante.
Lentamente acerqué mis labios a su oído.
—Ni siquiera puedes calentar a una virgen, Ares Hidalgo. —susurré con un tono de burla y oí como un gruñido salió de su boca.
En un rápido movimiento, me sujetó de mis antebrazos y me echó por completo sobre la cama, con él encima mío.
—No debiste haber dicho eso.
—Pruébalo.
Una sonrisa traviesa se formó en su rostro, mi respiración se detuvo al sentir sus dedos bajar con lentitud por mi estomago hacía el filo de mi pantalón, ocasionando que mi piel se erizara.
Pero no se detuvo allí, su mano se introdujo en mis pantalones y casi inmediatamente solté un suspiro, la calentura llegó a mis mejillas y mis ojos viajaron al techo de su habitación.
Sus dedos recorrieron por encima de mi ropa interior hasta encontrar ese punto sensible en mí, que ya estaba palpitante, empezó a rozar con la yema de sus dedos provocando que un sentimiento de frustración creciera en mí.
Mi espalda se arqueo por inercia cuando, por fin, sus dedos tocaron ese punto y sin poder controlarlo un gemido salió de mis labios. Mis piernas flaquearon y una extraña sensación me invadió.
Mis manos se aferraron a la sabana mientras sus dedos acariciaban allí; subían y bajaban sin pudor alguno por mis pantaletas haciéndome jadear a niveles extremos. Estimulando mi ya palpitante intimidad.
—¡Oh, Ares! —gemí mordiendo mi labio inferior, con los ojos entrecerrados pude ver su sonrisa de triunfo. Me estaba haciendo sufrir, así que lentamente subí mi rodilla hasta rozar su dura entrepierna, allí se detuvo por un instante y contemplé como sus músculos se tensaban.
Entonces, sin poder controlarse más, movió a un lado mi ropa interior y tocó mi centro directamente, logrando hacerme soltar un gran gemido.
Quería, no, necesitaba más. Mis caderas hicieron presión sobre sus dedos, rogando porque se moviera. En ese momento mi rodilla hizo la presión mayor y sus dedos entraron con agilidad en mi húmeda intimidad. Otro gemido escapó de mis labios sin poder contenerlo, sentí sus labios recorrer mi rostro en busca de mi boca y después de unos segundos la encontró, su lengua rozó la mía con perspicacia y lentitud mientras sus dedos seguían haciendo de las suyas dentro de mí, saliendo, entrando, moviéndose y apretando en los lugares exactos.
Mis manos se aferraron a su espalda y en menos de un segundo ya había llegado a la cima, sentí como fluidos salían de mí y mis piernas se volvían gelatina.
Cuando Ares finalmente sacó su mano de mi pantalón, agarro mi cintura con fuerza y me sentó sobre su regazo con mis piernas al rededor de su cintura; permitiéndome sentir con profundidad su erecto miembro.
Mis piernas hicieron aún más fuerza en su cintura y sonreí al oír un gemido salir de sus labios, entonces moví mi cadera lentamente hacía atrás y volviendo hacía adelante segundos después. Ares tiro su cabeza para atrás y comprobé lo excitado que estaba.
—No debiste hacerme sufrir, Ares Hidalgo. —dije refiriéndome a cuando sus dedos jugaban conmigo sobre mi ropa interior. Casi inmediatamente me puse de pie y él rápidamente levanto la cabeza mirándome estupefacto.
—¿Qué demonios haces, Venus?
—Lo que muchas chicas debieron hacer.
Y sin decir nada más, cogí mis zapatos y salí de allí arreglándome, todo lo que pude, mi ropa.
*
¡Porque muchos lo pidieron! Aquí el esperado capítulo de Ares y Venus. ¡Hola, pequeñas bolas de sensualidad! ¿Cómo están?
Yo feliz porque Cuando lo Conocí ya casi llega al 1k de votos, allí también publique hoy, así que espero verlos por allí;)
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué otro "Qué hubiera pasado si..." les gustaría leer?
¡Besos de fresa! ¡Muak!
—Lxs ama, Mac <33
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𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo Hidalgo
FanfictionDonde Apolo esta enamorado de la hermana de la mejor amiga de Ares. FAN-FICTION (Apolo Hidalgo x oc fem!) Créditos a Ari Godoy, la autora del libro en el que se basa este Fanfic <33