31. La llamada

3.6K 480 329
                                    

Capítulo XXXI

Venus.

—Me gustaría poder quedarme así por siempre. —murmura Apolo, acariciando mi abdomen mientras yo le hago pequeñas trenzas en los mechones rebeldes de su cabello. 

A mí también, digo ¿A quién no?

Sus manos siguen encadenadas a mi cintura y su cabeza descansa en mi pecho con sus ojos cerrados. Es adorablemente sexy. 

Esto parece un sueño, es lo único que podría decir si me pidieran describir mis sentimientos ahora mismo. 

Es que no hay palabras que alcancen, así de simple. 

Caí nuevamente, y la verdad no me arrepiento. A veces es mejor dar un salto de confianza en lugar de quedarte pensando que hubiera pasado si tomabas otra decisión. 

Aún así no estoy en paz, no puedo estarlo si Vance insiste en llamarme todos los días. No voy a poder evitarlo todo el tiempo, eso lo sé de antemano. 

Hasta sabe donde estudio. Tendré que enfrentarlo tarde o temprano, pero tengo que hacerlo sola. Sé que Apolo querrá acompañarme, pero si Vance lo ve empeorará las cosas. 

¿En que momento se complicaron las cosas?

Salgo de mis pensamientos al oír el rington del teléfono de Apolo sonar al lado mío, él no se inmuta. 

No debería responder, es su teléfono. Sería invadir su privacidad. 

—Vee —me llama adormecido. 

—¿si?

—¿Puedes atender?

Bueno, me dio permiso. Ya no sería invadir su privacidad. 

Agarro su celular, número desconocido. 

—¿Aló?

—¿Hola? —mis músculos se tensan al detectar la voz femenina. —Soy Rain. 

Oh. Vio la publicación y el mensaje. 

—Claro, si un momento. 

Dudo antes de mover un poco a Apolo, él se queja por unos segundos pero después cede y abre los ojos. 

—¿Todo bien? 

—Es Rain —susurro tapando la bocina de su móvil.

Rápidamente se incorpora y se sienta sobre la cama, extiende sus manos y yo le paso el teléfono. 

—Por fin te encontré. —dice mirándome nervioso. 

Una corriente nada bonita pasa por mi cuerpo, no puedo evitar sentirme incomoda por estar allí. 

Me pongo de pie y mientras me coloco una de sus camisas para salir escucho como conversan, puedo sentir los ojos de Apolo sobre mí pero trato de ignorarlo. 

Termino de ponerme unas medias y salgo de allí, cerrando la puerta tras mío. 

Un delicioso aroma llama mi atención y no tardo en seguirlo, encontrándome con Gregory moviendo un cucharon dentro de una olla. 

Sopa. 

—Hola —saludo sonriendo, acercándome para poder ver lo que cocina más de cerca. 

A penas él voltea sus ojos se pasean por mi cuerpo, siento la sangre subir por mis mejillas. Una sonrisa nace de sus labios. 

—Hola, algodón de azúcar —miro curiosa la olla, huele increíble. —, la estoy calentando. Se supone que íbamos a comerla esta tarde, pero ustedes no controlaron sus hormonas. 

Siento el calor hacerse más fuerte en mis mejillas. 

—Lo siento —digo enserio apenada. 

—No importa. —noto como su sonrisa disminuye un poco. —¿Y Apolo?

—Está atendiendo una llamada. 

Muerdo mi labio inferior antes de sentarme sobre la encimera, apoyándome sobre mis brazos. 

—¿Estás celosa?

—Claro que no. —él suelta una risa. —¡Que no!

—Eso díselo a tu cara de niña berrinchuda. —insiste apagando la hornilla. 

—Yo no tengo cara de niña berrinchuda. 

Me mira directamente y no puedo evitar ponerme nerviosa cuando se para frente a mí. 

—Si que la tienes —ruedo los ojos. —Vamos, niña berrinchuda, pásame los platos. 

Cruzo mis brazos divertida. —No. 

—Entonces bájate. 

—No. 

Él suelta una carcajada, pero no se da por vencido. Siento sus manos agarrar mi cintura con fuerza y arrastrarme para adelante, en lugar de lograr bajarme, disminuye la cercanía entre nosotros. 

—Okey, tu ganas, me bajo. —digo intentando seguir con la broma. 

Pero Gregory ya no está bromeando, lo sé cuando sus manos empiezan acariciar mi cintura por encima de la fina tela de la camisa de Apolo. Mi sonrisa desaparece y si corazón empieza a latir cada vez más rápido cuando siento su nariz chocar con la mía. 

—No... —murmuro alejándolo con mis manos, una sonrisa débil nace en mis labios. Sus ojos vuelven a conectar con los míos. —, no puedo. Lo siento. 

—Entiendo, no tienes porqué disculparte. —vuelve a sonreír. —Tranquila, algodón de azúcar, estoy bien. 

Sus manos abandonan mi cintura y él estira sus brazos con fuerza para poder sacar los platos por mis costados. No puedo evitar sentirme mal al verlo con una pequeña sonrisa forzada en su rostro mientras sirve la sopa. 

Me bajo de la encimera y despacio lo abrazo por el torso, su colonia me invade. 

—¿Estamos bien, no? —pregunto apenada, siento sus brazos rodearme. —Enserio no quiero arruinar mi amistad contigo, cucaracha. 

—Estamos bien, algodón de azúcar. —susurra dándome un beso en la cabeza. 

¡Hola, pequeñas bolitas de sensualidad! ¿Cómo están? Este capítulo fue muuy intenso, pero bueno, del drama se vive. 

Otra cosa que quería comentarles, desde hace unos días Juliet (Un personaje de mi nueva historia) ¡Tiene instagram! Una chica me pidió permiso y pues yo acepte porque me pareció interesante (Vayan a seguirla de paso ig: julietadams__) y después una otra lectora me dijo que sería increíble que Venus tuviera instagram. Yo, lastimosamente, no tengo el tiempo para crear esas cuentas):, pero si alguien me pide permiso y lo hace ya les avisaré. 

Pd; también ya actualice Cuando lo conocí, aviso porque a algunxs no les lleva la notificación):

¡Comenten que los leo tomando chocolatada en mi copa de vidrio (Sí, soy rara y no me gusta el vino así que es lo que queda) o en mi taza de Harry Potter! 

¡Nos leemos luego! ¡Besos de fresa! ¡Muak!

—Lxs ama, Mac <33

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora