23. Vance

4.1K 581 330
                                    

Capítulo XXIII

Apolo.

Gregory es muy bueno ignorando a las personas.

Lo ha echo desde que regresó de quién sabe qué, ni siquiera he sido lo suficientemente valiente como para preguntarle.

Ahora está disfrutando de la fiesta que hizo en el departamento para presentarme a sus amigos.

Que son un montón de personas, yo solo acepte por Cookie, la perrita que tiene Tania de mascota.

No conozco a casi nadie y no me ha dado tiempo de memorizarme sus rostros ni nombres.

A pesar de que Gregory me presentó ante todos hace unos momentos, no de la manera que me hubiera gustado pero bueno.

¿Ella estará aquí?

Es como si el destino me hubiera mandando la respuesta.

Venus esta bailando frente al sofá, trae un vestido ajustado que se ciñe jodidamente bien a su cuerpo; sus manos suben y bajan desde sus pechos hasta sus caderas, no puedo evitar excitarme. Se ve demasiado bien con su cabello rosa moviéndose de un lado a otro.

¿Me acerco? Pero, ¿Qué haría entonces?

Dejo de pensar por un instante.

¿Qué rayos?

Un chico alto —aparentemente mayor que yo. —de buena apariencia y que tiene una lata de cerveza en la mano, la toma de la cintura y ambos se sientan en el sofá, con ella en las piernas de él. Me parece conocido de algún lado.

No puedo evitar recordar la fiesta a la que fuimos juntos, cuando me presentó como su novio y me sentí el hombre más dichoso del mundo.

¿Ahora? Ahora me siento el más miserable.

La perdí por una explosión de hormonas.

¿Quién es él? ¿Y Gregory?

Por inercia busco a Gregory con la mirada para luego acercarme, él me sonríe y me tiende una lata de cerveza, yo la acepto pero después probablemente la bote.

—¡Chicos él es Apolo! —me presenta a sus amigos, no puedo evitar sonrojarme.

Ellos me miran por un instante, deben estar cansados de que cada diez minutos Gregory me presente escandalosamente. Yo ya estoy cansado de eso.

—¿Quién es el que vino con Venus?

Su sonrisa desaparece, lo noto nervioso.

—¿La algodón de azúcar vino?

Mueve se cabeza de un lado a otro, buscándola, cuando la encuentra me vuelve a mirar a mí.

—Ah, lo trajo.

—¿Quién es?

—Su novio.

Le da un trago a su cerveza como si nada, cada vez estoy más perdido. Yo los vi besándose, ¿Y ahora resulta que tiene novio?

—¿Qué?

—Sí, su novio, se llama Vance. Salen hace unos meses.

Auch.

Yo hace unos meses aún estaba intentando encontrarla.

No tengo derecho a decepcionarme, es normal que ella haya continuado con su vida.

Fue estúpido pensar que cuando no volviéramos a ver todo sería como antes.

Necesito aire, empiezo a caminar hacía el balcón; soy un idiota.

𝐏𝐈𝐍𝐊| Apolo HidalgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora